La pianista
Raquel Caba?as tendr¨ªa ocho o nueve a?os cuando a su hermana, ya casi adolescente, le compraron un piano. "Escuchaba lo que tocaba mi hermana", recordaba ayer, "y aprend¨ª las notas antes de entrar a solfeo. No recuerdo muy bien c¨®mo las aprend¨ª y no tengo constancia del momento en que empec¨¦ a o¨ªr sus nombres. Me da la sensaci¨®n de que siempre los escuch¨¦, aunque la l¨®gica me dice que es imposible, que hasta no saber solfeo no pod¨ªa conocerlos, obviamente, pero yo no not¨¦ ese proceso. Cuando empec¨¦ solfeo s¨ª que s¨¦ que ya los o¨ªa, porque no entend¨ªa por qu¨¦ pon¨ªan el piano de espaldas para preguntarnos las notas; ese recuerdo es muy n¨ªtido. Ni por qu¨¦ dec¨ªan 'voy a dar un La si ya al tocarlo se o¨ªa la palabra la". Raquel, naturalmente, estaba convencida de que todo el mundo era igual que ella, y a¨²n a sus 34 a?os no acaba de entender muy bien a qu¨¦ viene tanta pregunta.
Discut¨ªamos ayer en el blog (http://blogs.elpais.com/formulas_ mueven_el_mundo/) sobre un experimento reci¨¦n publicado acerca del o¨ªdo absoluto -la rara habilidad de identificar una nota en el vac¨ªo, sin que otra nota sirva como referencia-, y ella escribi¨® para comentar su caso en tres l¨ªneas. Total, que no la dejamos en paz en toda la tarde.
"Creo que mi caso no es un o¨ªdo absoluto; por ejemplo, puedo equivocarme entre semitonos a los que diera el mismo nombre: cuando escucho un si bemol no escucho las dos palabras, sino que escucho si un poco grave, pero esta diferencia es sutil. A veces lo escucho como un si con la i un poco hacia la a, lo que me hace asegurar que sea un si bemol". Porque va hacia la palabra la, que es la nota por debajo de si bemol.
"Una de las veces que me di cuenta de lo poco habitual que era, fue en un estudio de grabaci¨®n. No me conoc¨ªan de nada, yo estaba all¨ª por otros motivos, pero me preguntaron si les pod¨ªa ayudar, as¨ª que les dije que me dieran papel y le dieran al play y, seg¨²n escuchaba la canci¨®n, se la fui escribiendo sin haber tocado ni una sola nota con ning¨²n instrumento. Despu¨¦s hice los c¨¢lculos para trasponerla (en eso soy un poco lenta), y ya estaba lista. No hice ninguna comprobaci¨®n, porque ese d¨ªa notaba que escuchaba bien y no ten¨ªa ninguna duda de que todas las notas que hab¨ªa apuntado eran las correctas".
?Y qu¨¦ dijeron los chicos?
"Oh, ellos estaban perplejos, y me qued¨¦ como pianista de su grupo una buena temporada".
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