Cosmograf¨ªa de un embrollo

El robo de los dos mapamundis de la Cosmograf¨ªa de Ptolomeo se ha convertido, en apenas tres d¨ªas, en un ins¨®lito embrollo con alcance pol¨ªtico y l¨®gica esquiva. El escenario tambi¨¦n es singular: las sobrias salas de la Biblioteca Nacional, poco dadas a los sucesos y habitadas por silenciosos lectores e investigadores.

Rafael Estrella: "Rotundamente, no. No he avalado a nadie para que investigue en la Biblioteca Nacional"

Reg¨¤s: "Las medidas que hay aqu¨ª son las mismas que en el resto de bibliotecas nacionales europeas, y a veces m¨¢s estrictas"

Rosa Reg¨¤s, que dimiti¨® el lunes como directora de la Biblioteca Nacional, atiz¨® ayer su propia hoguera. Ech¨® al fuego la identidad del ladr¨®n. Fue por la ma?ana, en un programa de Catalu?a Radio. "Sabemos qu¨¦ persona ha sido. Tenemos muchos indicios, pero claro, esta persona ya debe haber huido", dijo Reg¨¤s. Eso, despu¨¦s de que la biblioteca hubiera mantenido, desde que el viernes se supo que hab¨ªa habido un robo, una actitud herm¨¦tica sobre la investigaci¨®n. A continuaci¨®n, se desprendi¨® con desparpajo de la informaci¨®n m¨¢s solicitada por los periodistas: "Sabemos el nombre, la personalidad, la direcci¨®n y la nacionalidad de la ¨²nica persona que ha tenido estos libros desde que nosotros tenemos constancia de que estaban enteros. Se le dio el carnet en febrero de 2004 y ven¨ªa avalado por el embajador de Espa?a en Buenos Aires".

Pocas horas despu¨¦s de que la directora revelara los datos, concedi¨® una entrevista en su despacho a este peri¨®dico. Tras negar haberlo dicho, Reg¨¤s matiz¨®: "Me han preguntado [en el programa de radio] que si entre las personas que hab¨ªan usado esos libros [de los que se robaron los mapas] hab¨ªa alguien avalado por el embajador de Argentina. Y, claro, yo no digo nada de la investigaci¨®n, pero tampoco voy a mentir. Lo que s¨ª veo es que alguien de aqu¨ª [de la Biblioteca Nacional] ha filtrado informaci¨®n, lo cual tampoco me sorprende. Siempre pasa".

Quiz¨¢ Reg¨¤s pas¨® por alto que, mientras ella se afanaba en este desmentido, ya circulaba por toda la Red el audio de la entrevista, y que cualquiera que entienda el castellano y el catal¨¢n puede escuchar sus declaraciones en www. catradio.cat. Para que no hubiera dudas, la agencia EFE recogi¨® las declaraciones y las public¨® en castellano.

La noticia no tard¨® en llegar a Argentina y media hora despu¨¦s de que se supiera que Reg¨¤s hab¨ªa apuntado al embajador de Espa?a en ese pa¨ªs como avalista de un ladr¨®n de mapas, ya circulaban chistes en la Red, de esos que llegan al correo electr¨®nico en cadena. Uno de ellos dec¨ªa, como si fuera una noticia de alcance: "Allanan la casa de Reg¨¤s: los mapas est¨¢n all¨ª".

El embajador espa?ol en Buenos Aires, Rafael Estrella, no estaba ya para bromas. Se encontraba en un desayuno de trabajo cuando este peri¨®dico intent¨® hablar con ¨¦l para contrastar su versi¨®n con la de Reg¨¤s. Con un tono mucho menos burlesco que el del chiste, Estrella dijo por tel¨¦fono: "Rotundamente le digo que no he avalado a nadie para que investigue en la Biblioteca Nacional, y adem¨¢s he comprobado que ning¨²n consejero de esta Embajada lo ha hecho. Me parece aberrante". Cabe la posibilidad de que Reg¨¤s se refiriera a otro embajador espa?ol en Buenos Aires, ya que el actual lo es desde enero de este a?o, pero ni lo precis¨® en la radio, ni fue posible pregunt¨¢rselo ayer por la tarde. M¨®vil desconectado. Jefa de prensa, desconcertada.

Los escenarios del l¨ªo se fueron ampliando simult¨¢neamente. La Biblioteca Nacional, la Embajada espa?ola en Argentina y, tambi¨¦n, el Congreso de los Diputados. All¨ª estaba el ministro de Cultura, C¨¦sar Antonio Molina, en su primera comparecencia en la comisi¨®n desde su nombramiento. Y all¨ª se refiri¨® a su reuni¨®n con Reg¨¤s el pasado viernes, informa J. A. Rojo. "Transparencia informativa u ocultamiento": ¨¦sa fue la ¨²nica cuesti¨®n de la que se trat¨®, dijo Molina, desmintiendo as¨ª la afirmaci¨®n de la escritora catalana de que dimiti¨® este lunes porque el ministro le hab¨ªa dicho entonces que "durante m¨¢s de tres a?os no hab¨ªa hecho nada".

Su posici¨®n sobre el robo, asegur¨® el ministro, fue rotunda y clara: le pidi¨® a Rosa Reg¨¤s durante el encuentro que optara por la "transparencia informativa previa a la denuncia". Finalmente no fue ella quien la interpuso, fue la subsecretar¨ªa de Cultura, seg¨²n desvel¨® Molina.

Reg¨¤s ya hab¨ªa iniciado para entonces su escalada de declaraciones. En la misma entrevista en la que se?alaba al supuesto autor del robo, arremeti¨® contra el ministro sin contemplaciones. Le acus¨® de ser "col¨¦rico" y de no escuchar las explicaciones que ella le dio sobre el robo. Adem¨¢s, se aventur¨® a decir a este peri¨®dico que Molina, en ese momento, durante su comparecencia, la estar¨ªa acusando de "haber dado la noticia a la prensa". "?Pero no es verdad!, dijo. La noticia la dio el ministerio; yo no tengo responsabilidad en eso. La Guardia Civil pidi¨® que no se informara sobre el robo para no perjudicar la investigaci¨®n". En este cuerpo, se niegan a facilitar datos. No ofrecen ning¨²n detalle relativo a la desaparici¨®n de los mapamundis ni se pronuncian sobre las medidas de seguridad de la Biblioteca, que Reg¨¤s defendi¨® ayer con vehemencia. "No s¨®lo no se han eliminado medidas, sino que se han reforzado, aunque no le voy a decir cu¨¢les, ser¨ªa una irresponsabilidad. Lo ¨²nico que he quitado es que se cachee a los investigadores, que me parece una indignidad. Si roban en bancos, ?c¨®mo no van a robar aqu¨ª? Siempre hay un loco que pasa d¨ªas y d¨ªas tratando de averiguar qu¨¦ medidas usamos", explic¨®.

El martes, la Biblioteca Nacional inform¨® de nuevos robos. Esta vez eran p¨¢ginas arrancadas de cuatro ejemplares de los siglos XVI y XVII. ?C¨®mo se han dado cuenta? "Hemos empezado a investigar en otros libros poco a poco para ver si faltaba algo m¨¢s. Vimos que s¨ª, pero no le voy a decir cu¨¢les hemos investigado ni por qu¨¦ los hemos escogido", respondi¨® Reg¨¤s.

"Las medidas que hay aqu¨ª son las mismas que en el resto de bibliotecas nacionales europeas, y a veces m¨¢s estrictas", asegura rotunda Reg¨¤s. "Si quiere le puedo ense?ar las cartas que he recibido de los directores de otras bibliotecas [se entiende que en se?al de solidaridad]". -De acuerdo. "No, no se las voy a ense?ar, no tengo por qu¨¦ demostrar todo esto".

Declaraciones, desmentidos. Rosa Reg¨¤s ha sido ¨²ltimamente el centro de la pol¨¦mica en muchas ocasiones. La ¨²ltima, tras su dimisi¨®n. Adem¨¢s de decir que era objeto "de una persecuci¨®n implacable por parte de una serie de medios concretos: la Cope, Abc y Ans¨®n", asegur¨®: "No les gusta que manden las mujeres. Y menos una de izquierdas como yo, que no tiene costumbre de callarse".

Tampoco, dicen fuentes cercanas al ministro de Cultura, sent¨® nada bien que declarara que estaba preparando una ley que permita salvaguardar los textos digitales. Pero de sus ¨²ltimas declaraciones la m¨¢s sonada fue, sin duda, su invitaci¨®n a no leer peri¨®dicos. Ella dijo que se hab¨ªan tergiversado sus palabras.