En la corte del emperador chino
Qui?¨®nez, finalista de los 110 metros vallas, coto de Xiang, con r¨¦cord espa?ol incluido
Jackson Qui?¨®nez entr¨® ayer en la corte del emperador de China. "Esperemos que la carrera sea lenta. Esperemos que sea lenta", gem¨ªa, negro de temores, tras lograr el r¨¦cord nacional en los 110 metros vallas (13,33s). Espa?ol de origen ecuatoriano, Qui?¨®nez miraba con gesto alterado un televisor en las entra?as del estadio Nagai. Acababa de correr su serie de las semifinales. Se jugaba entrar por tiempos en la final, el dominio privado del chino Liu Xiang.
Nubarrones sobre la cabeza, Qui?¨®nez depend¨ªa de que la ¨²ltima serie clasificatoria fuera m¨¢s despacio que la suya. "Esperemos que sea lenta", se repet¨ªa. Lo fue. La mejor marca de la historia de Espa?a alcanz¨® para estar entre los mejores del mundo. Confirm¨® que la revoluci¨®n vino del tr¨®pico: desde Carlos Salas en Roma 87 no hab¨ªa un espa?ol en una final mundial de los 110 metros vallas.
"Cuando salgo bien, empeoro la llegada, y al rev¨¦s", se lamenta el ecuatoriano de origen
Qui?¨®nez es un m¨¦dico de urgencias. Su rivalidad con Felipe Vivancos ha reanimado el pulso de una prueba que languidec¨ªa atascada en el pasado. Javier Moracho tuvo que esperar m¨¢s de 20 a?os para gritar "?ya era hora!" cuando el pupilo de Ascensi¨®n Ib¨¢?ez bati¨® sus r¨¦cords de 60 y 110 metros vallas. A Qui?¨®nez, escuela cubana pulida en Lleida, le va la marcha.
"Entrar en la final ha estado bastante duro", dijo mientras estiraba su corpach¨®n de velocista, m¨²sculos largos y fuertes, la percha indispensable para una prueba celebrada como la uni¨®n entre la fuerza bruta del sprint y la armon¨ªa del salto. "Ser finalista de unos Mundiales era uno de mis sue?os desde chico, uno de los grandes objetivos de mi vida. Ahora que lo he logrado pensar¨¦ en otros, como la medalla. A ver si puedo dar la talla y lograr otro r¨¦cord para Espa?a en la final. Voy a correr mucho y se lo voy a poner a los dem¨¢s muy dif¨ªcil", advirti¨®.
A Qui?¨®nez le sobra verbo y le falta trap¨ªo. Eso, al menos, es lo que dice ¨¦l. "Es que cuando salgo bien empeoro la llegada y cuando salgo mal llego muy fuerte al ¨²ltimo tramo de vallas", explica. "Tengo que trabajar", contin¨²a; "si salgo bien y llego con mucha velocidad al primer tramo, me cuesta aguantar de cuerpo, no pegarme al resto de las vallas. En cambio, cuando salgo mal, voy muy progresivo, ascendente, y tengo que controlar la velocidad para explotar al final. Creo que puedo estar por debajo de los 13,30s".
El vallista, de 25 a?os, es un hombre a la b¨²squeda de un secreto. Liu Xiang, el campe¨®n ol¨ªmpico, el atleta que da por "demostrado que el hombre amarillo puede esprintar", vive rodeado de los honores reservados a los dioses vivientes. Se venden a montones sus camisetas. Se siguen con locura sus carreras. Xiang, dice Qui?¨®nez, ha desentra?ado el secreto de las vallas. "No es mucho m¨¢s r¨¢pido que nosotros", cuenta; "pero ha descubierto c¨®mo hacer tramos muy r¨¢pidos de una valla a otra. Felipe y yo, que podemos ser m¨¢s r¨¢pidos en los 100 metros lisos, todav¨ªa no lo hemos descubierto. Ah¨ª, entre valla y valla, nos saca much¨ªsimo". "T¨¦cnicamente, no pierde nada", prosigue; "ha descubierto c¨®mo hacer toda la carrera homog¨¦nea. Aqu¨ª cada uno tiene sus trucos, su forma particular de pasar las vallas y de correr. ?se es su secreto".
Qui?¨®nez tiene la oportunidad de aplicar el suyo en la final, que no contar¨¢ con Ladji Docuore, el campe¨®n saliente, eliminado ayer. Un espa?ol ha entrado en la corte del emperador chino. Ah¨ª pelear¨¢ Dayron Robles, el pavo real cubano. ?Qu¨¦ hay que hacer para ganar en 13 segundos?, le preguntaron. Robles dispar¨® r¨¢pido. Toca aplicar secretos: "Todos tenemos nuestra t¨¢ctica. Y se trata de emplearse a fondo".
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