El hermoso vuelo de Felix

Allyson Felix, la gacela de Los ?ngeles, revalid¨® su t¨ªtulo en los 200 metros, recort¨® su mejor marca en 30 cent¨¦simas y baj¨® por primera vez de 22s, con 21,81s. La atleta larguirucha, un junco en la pista, flexible y ligera, pero con una tremenda fuerza, es tambi¨¦n la primera que desciende de esa barrera en el siglo XXI.

La gesta, sin embargo, no le vale m¨¢s que para colocarse en el puesto 12? del r¨¢nking hist¨®rico de la prueba, lo cual dice mucho del desquiciado estado de la velocidad en los a?os 80 y 90, las d¨¦cadas de la apoteosis de los anabolizantes, los a?os de esplendor de la antigua Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (tres germanas, ya casi olvidadas, figuran entre las diez primeras de la lista), los a?os tambi¨¦n del descontrol en Estados Unidos, los que van de la fallecida Flo Griffith-Joyner -a¨²n plusmarquista mundial con 21,34s desde hace 19 a?os- a la Marion Jones ca¨ªda en desgracia con el cambio de siglo. Lo cual dice otro tanto de la calidad y la clase de la atleta de las largas rastas y sonrisa desbordante, que ya fue medallista ol¨ªmpica a los 18 a?os en Atenas y a quien entrena Bob Kersee, miembro del clan de la Griffith. Por entonces ya andaba ennoviada con Justin Gatlin, otro r¨¦cordman mundial ca¨ªdo en desgracia, a quien dej¨® poco despu¨¦s.

La carrera en la que lo consigui¨® fue un fogonazo luminoso de menos de 22s, un estallido de belleza en medio de la noche ya no tan calurosa de la Osaka que se acerca al oto?o. La carrera fue, sobre todo la recta, hermosura fugaz y veloz. Felix sali¨® mal, como acostumbra, y en la curva, como el d¨ªa anterior Gay con Usain Bolt, fue a rastras de una jamaicana, de la campeona de 100, Veronica Campbell. S¨®lo hasta la recta. Porque entonces solt¨® sus alas y con agilidad de gacela, las largas piernas apenas tocando el suelo de uretano, el suelo m¨¢s r¨¢pido del mundo, despeg¨®. Vol¨®. Los talones de las zapatillas tocando su espalda, incrementaron el ritmo de la zancada sin por ello perder amplitud, una de las ecuaciones m¨¢s dif¨ªciles de conseguir, imposible para la mayor¨ªa de los atletas. Fue terrible. En poco m¨¢s de 70 metros, empujada por un viento a favor de 1,7 metros por segundo, sac¨® m¨¢s de medio segundo, 53 cent¨¦simas exactamente, a Campbell, la mujer m¨¢s r¨¢pida del momento. Fue inaudito. La mayor ventaja jam¨¢s conseguida en un Mundial de la primera sobre la segunda en los 200 meros. Lo que no consiguieron Flo Griffith ni Marion Jones ni Merlene Ottey ni Marita Koch lo consigui¨® la hija de un predicador, profesor de griego b¨ªblico, y de una maestra de California, que a los 22 a?os ya es dos veces campeona del mundo.

Los 21,81s de Felix, la atleta de m¨¢s amplio espectro del panorama -este a?o tambi¨¦n ha rozado la barrera de los 11s en los 100 (11,01s) y ha descendido de 50s en 400 metros (49,70s)-, fueron el primer acto de la mejor noche del Mundial. Poco despu¨¦s fue el show de Wariner. Y a¨²n quedaban en la pista aromas de la marcha del tejano cuando Liu Xiang, el mejor atleta chino, r¨¦cordman mundial, campe¨®n ol¨ªmpico, super¨® a partir de la pen¨²ltima valla a Terrence Trammell para hacerse, con 12,95s con su primer t¨ªtulo mundial. Jackson Qui?¨®nez igual¨® su r¨¦cord de Espa?a (13,44s) y fue s¨¦ptimo.