Andr¨¦ Chouraki, ling¨¹ista

Crueldades del destino, su muerte le sorprendi¨® una semana antes de que su buen amigo, Sim¨®n Peres, jurara solemnemente el cargo de presidente del Estado de Israel. Conocido por sus exactas y monumentales traducciones de la Biblia, los Evangelios y el Cor¨¢n, su ampl¨ªsima y variada colecci¨®n de obras y su amor plasmado en libros y ensayos hacia Francia e Israel, le faltaron semanas para llegar a la cifra m¨¢gica de los 90.

De m¨¢gica se puede describir su trayectoria profesional y personal, que empez¨® el s¨¢bado 11 de agosto de 1917 en la ciudad argelina de Ain-T¨¦mouchent. A las doce de la ma?ana nac¨ªa Nathan Andr¨¦, hijo de Isaac Chouraki, dirigente de la comunidad jud¨ªa y descendiente de una dinast¨ªa de rabinos, y Melea Meyer, de profundas ra¨ªces sefard¨ªes, concretamente de Andaluc¨ªa.

A los nueve a?os, Andr¨¦ sufre una par¨¢lisis que le impide salir de su casa durante varios meses. Se recupera, aunque siempre arrastr¨® importantes secuelas en su pierna izquierda. Como muchos jud¨ªos en Argelia, aprende hebreo en la sinagoga y franc¨¦s en la guarder¨ªa. Se traslada a Par¨ªs, donde estudia Derecho en la Universidad de la Sorbona y acaba sus estudios en la escuela rab¨ªnica de la capital francesa. Su vida, como la de todos los jud¨ªos europeos, se ve alterada por la Segunda Guerra Mundial. Tras el asedio nazi, huye de Par¨ªs y se integra en la resistencia, donde conoce a Albert Camus. Tras la guerra, obtiene el t¨ªtulo de abogado, y en 1948 obtiene el doctorado con la tesis Creaci¨®n del Estado de Israel y la justicia internacional.

El 11 de julio de 1950 llega en barco y por primera vez al reci¨¦n creado Israel, en donde est¨¢ m¨¢s de un mes. Publica varios libros, en los que describe con pasi¨®n y detalle la vida de los jud¨ªos en el Magreb. Durante la guerra de 1956 viaja a Israel, donde se encuentra con el fundador del Estado, Davi Ben Gurion. Una cita que marca el futuro de Chouraki, que en 1958 decide establecerse finalmente en Israel junto con su esposa, Annette Levy, con la que tiene 5 hijos y 11 nietos. Se convierte en estrecho consejero de Ben Gurion e incluso asume algunas funciones p¨²blicas, destacando en el campo educativo, donde aplica importantes reformas. En 1963 es enviado al Vaticano, donde mantiene contactos con la curia romana pese a la inexistencia de relaciones bilaterales. Varios libros al respecto se encuentran en la prol¨ªfica obra de Chouraki.

Deja las labores p¨²blicas tras la marcha de Ben Gurion, y en 1965 es elegido vicealcalde de Jerusal¨¦n. Representante de la di¨¢spora y perfecto conocedor de otras culturas, ejerce de puente entre jud¨ªos, cristianos y musulmanes en la Ciudad Santa. Diez a?os despu¨¦s de la guerra de los seis d¨ªas (1967), que vive en el frente, escribe Carta a un amigo ¨¢rabe, reeditado en 1994 con el pr¨®logo de su amigo Peres, donde marca la pauta de c¨®mo deben ser las relaciones interconfesionales.

En 1977 aparece su espectacular traducci¨®n en 26 vol¨²menes de la Biblia, adem¨¢s de traducir la obra b¨ªblica C¨¢ntico de los c¨¢nticos. Una obra que entrega personalmente al papa Pablo VI, que le confiesa: "Se necesita mucho amor para confeccionar una obra de este calibre". Tras traducir tambi¨¦n los Evangelios, en 1985 se apresta a otra misi¨®n complicada: el Cor¨¢n. Y lo hace escrupulosamente gracias a su dominio del ¨¢rabe, lengua que aprende desde su infancia en Argelia, sus viajes por el Magreb y de escuchar atentamente las emisoras ¨¢rabes de Jerusal¨¦n. Los expertos en el Cor¨¢n aplauden su traducci¨®n, pero los m¨¢s integristas montan en c¨®lera por el hecho de que sea jud¨ªo. Lo que nadie discute es que fue el primero en atreverse, y con ¨¦xito, en bucear en los textos m¨¢s sagrados del cristianismo, juda¨ªsmo e islam.

Merecedor de condecoraciones como la orden de la Legi¨®n de Honor, la medalla dorada de la Academia Francesa y premios internacionales por su labor intercultural, y miles de textos que van desde la traducci¨®n de dichos textos b¨ªblicos hasta comentarios sobre las disyuntivas espirituales y pol¨ªticas, el prestigioso Andr¨¦ Malraux no se cansaba de elogiar al otro "Andr¨¦" cuyas obras han sido traducidas a 21 idiomas. Autor tambi¨¦n de ocho tomos de Universo de la Biblia y una obra de teatro, El proceso de Jes¨²s.-