La Liga del Mundo
Un nigeriano que ha vivido en China y Estados Unidos preguntaba la semana pasada en Ciudad del Cabo, "?Por qu¨¦ la Liga inglesa es la m¨¢s rica del mundo, y la que m¨¢s gente ve por televisi¨®n, si en la espa?ola es donde se juega mejor?". Se podr¨ªa debatir si la Liga espa?ola es realmente mejor que la inglesa. Hasta hace un par de a?os, seguro que s¨ª. Hoy no est¨¢ clara la cosa. Pero lo que no admite discusi¨®n es la premisa del nigeriano. La Premier League genera m¨¢s dinero y atrae m¨¢s inter¨¦s internacional que cualquier otra. Se ha convertido en la Liga del Mundo, en un permanente Mundial que se juega en Inglaterra.
El componente ingl¨¦s lo dan los estadios y los fans. Pero lo que ocurre en el campo es un fen¨®meno global. No s¨®lo son los grandes clubes los que cuentan cada temporada con menos jugadores ingleses (el Arsenal de momento no tiene ingleses ni siquiera en el banquillo) sino tambi¨¦n el Portsmouth, el Reading, el Bolton... Este ¨²ltimo, donde milita el espa?ol Iv¨¢n Campo, tiene 21 nacionalidades en su plantilla. El Reading, 17. El Portsmouth, 15. El total de pa¨ªses representados en la Premier es 66.
Y ese tribalismo es lo que da al f¨²tbol su fuerza, su pasi¨®n, y su dinero. El equipo m¨¢s atractivo del mundo en este momento en cuanto a la calidad de sus jugadores es, sin duda, el Barcelona. Es el modelo gal¨¢ctico, mejorado. Los mejores, m¨¢s tres o cuatro jugadores que saben defender, y un banquillo poblado no de Pavones, sino de jugadores cuyos nombres todo aficionado conoce. Si hay un equipo que, por puro gusto est¨¦tico, tanto los tailandeses como los californianos van a querer ver esta temporada, es el Bar?a fant¨¢stico de Henry, Messi, Ronaldinho y Eto'o.
Pero donde el mismo tailand¨¦s y el mismo californiano invertir¨¢n m¨¢s emoci¨®n, donde el resultado de un partido ser¨¢ m¨¢s importante para ellos que la calidad del espect¨¢culo, ser¨¢ en la Premier, donde adem¨¢s ocho de los due?os de los 20 clubes son extranjeros.
Esta nueva realidad (cuando se fund¨® la Premier en 1992 hab¨ªa s¨®lo 11 jugadores no brit¨¢nicos; hoy son 331) genera en los propios ingleses sentimientos ambiguos. Por un lado, orgullo; por otro, desconcierto. De los 600 millones de euros gastados en fichajes, la gran mayor¨ªa se invirti¨® en extranjeros. Con pocas excepciones (Rooney, Gerrard), los ¨ªdolos son de fuera de las islas. Hasta hace poco hubiera sido impensable que un espa?ol, Arteta, llegase a ser el jugador m¨¢s aclamado por la afici¨®n de un venerable club como el Everton; o que otro espa?ol, Cesc, se convirtiese a los 20 a?os en el emblema del Arsenal, club que forj¨® su leyenda con sus grandes equipos de los a?os 30, ¨¦poca en la que los ingleses ni siquiera sab¨ªan que el f¨²tbol se jugaba fuera de su pa¨ªs.
Aunque este fen¨®meno desconcierta, no preocupa, salvo quiz¨¢ a los analistas del deporte. Los fans est¨¢n, en general, encantados. Por un lado, la calidad del f¨²tbol que ven ha mejorado much¨ªsimo; por otro, lo que m¨¢s les interesa es que su club gane partidos, y si para ganar hay que fichar a georgianos, a omaneses e incluso (en cantidades industriales) a franceses, pues bienvenidos sean.
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