Bombas y urnas
LOS COCHES-BOMBA explosionados por ETA desde el 24 de agosto deber¨ªan suspender al menos las ociosas querellas libradas entre los partidos sobre sus responsabilidades y culpas durante los catorce meses de la tregua rota el 5 de junio por la banda terrorista. De nada vale seguir discutiendo sobre galgos y podencos. Est¨¢ claro que el presidente Zapatero sobrevalor¨® la posibilidad de conseguir la rendici¨®n condicional de ETA sin pagar ning¨²n precio pol¨ªtico a cambio. Los hechos tambi¨¦n han desmentido la truculenta acusaci¨®n del PP seg¨²n la cual el Gobierno habr¨ªa traicionado a los muertos pactando en secreto la capitulaci¨®n del Estado de derecho y la ruptura de la unidad territorial. La obscena utilizaci¨®n de los cr¨ªmenes de ETA con prop¨®sitos electoralistas puede f¨¢cilmente volverse contra quien lo intente. Aunque la dial¨¦ctica de los pu?os, las pistolas y los atentados no persiga ya romper las urnas sino s¨®lo influir sobre sus resultados, nadie puede predecir a ciencia cierta la respuesta de los votantes -en apoyo del Gobierno o de la oposici¨®n- si ETA emula en los pr¨®ximos meses a los terroristas del 11-M.
La ofensiva de ETA ensombrece el tramo final de la legislatura, dominado por la incertidumbre acerca de la fecha de las elecciones y la pugna librada por socialistas y populares para conseguir la victoria
Tambi¨¦n los pron¨®sticos sobre la fecha de las elecciones generales exigen cautela: s¨®lo es seguro que la actual legislatura concluye te¨®ricamente el 1 de abril de 2008. La convocatoria de las legislativas para el segundo domingo de marzo (las vacaciones de pascua comenzar¨¢n ocho d¨ªas despu¨¦s) podr¨ªa ser adelantada a causa de la negociaci¨®n presupuestaria o de otro tipo de problemas. Un rasgo hist¨®ricamente definitorio de los reg¨ªmenes parlamentarios -a diferencia de los sistemas pol¨ªticos presidencialistas- es la prerrogativa del jefe del Ejecutivo para disolver las C¨¢maras y llamar a las urnas: el art¨ªculo 115 de la Constituci¨®n fija los -escasos- l¨ªmites de esa pr¨¢ctica en Espa?a. Viene siendo usual que el presidente del Gobierno utilice la privilegiada facultad de se?alar la fecha de celebraci¨®n de las elecciones a su conveniencia.
Las encuestas sobre la intenci¨®n directa de voto han seguido durante la legislatura un ritmo m¨¢s bien espasm¨®dico: en esas bruscas alternancias los errores del Gobierno y de la oposici¨®n parecen haber pesado m¨¢s que sus aciertos. El ¨²ltimo vuelco se produjo despu¨¦s de que Mariano Rajoy desaprovechase el pleno sobre el estado de la naci¨®n para explotar la victoria por la m¨ªnima del PP en las elecciones municipales del 27 de mayo. A partir de ese debate -claramente ganado por el presidente Zapatero- las cosas no han hecho sino empeorar para los populares. Por si las desgracias fuesen pocas, la inesperada noticia de que Rodrigo Rato -arbitrariamente preterido en 2003 por Aznar como nuevo l¨ªder del PP en beneficio de Rajoy- abandona la direcci¨®n del Fondo Monetario Internacional y regresa a Espa?a en el oto?o ha dado p¨¢bulo a todo tipo de rumores sobre su eventual reincorporaci¨®n a la pol¨ªtica activa.
Las dimisiones de Jaume Matas y de Josep Piqu¨¦ como presidentes del partido en Baleares y Catalu?a han descabezado a las dos organizaciones. La extempor¨¢nea petici¨®n del re-electo Miguel Sanz para que Uni¨®n del Pueblo Navarro (UPN) -marca en la comunidad foral del PP desde 1991- disponga de un grupo propio en las Cortes Generales amenaza con cuartear la disciplina parlamentaria de los populares. La insistencia del alcalde Madrid en ocupar un puesto destacado de la candidatura de la capital para el Congreso de los Diputados ha sembrado la desaz¨®n en el nutrido grupo de sus adversarios (a cuyo frente figura la presidenta de la Comunidad). Manuel Fraga, presidente-fundador del PP, ha declarado que "hay que ir preparando las sucesiones": un ominoso aviso a Mariano Rajoy, que hab¨ªa anunciado previamente su voluntad de seguir al frente del PP incluso si perdiese las legislativas, trasluciendo una moral de derrota digna de los abnegados ciclistas gregarios del pelot¨®n. Sin embargo, el premier laborista Harold Wilson ya sosten¨ªa que una semana es mucho tiempo en pol¨ªtica: de aqu¨ª a las elecciones, en efecto, el Gobierno podr¨ªa devolver al PP los valiosos regalos y la inapreciable ayuda que ha venido recibiendo de su adversario durante los ¨²ltimos meses.
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