2.500 d¨ªas de pleno
Cerca de 2.500 d¨ªas con sus respectivas noches. M¨¢s de 30 vueltas al mundo de 80 d¨ªas cada una. Un mandato completo y tres cuartas partes de un segundo. Siete rebajas de enero y siete vueltas al cole. ?ste ha sido el tiempo que ha tardado la justicia en contestar a la oposici¨®n marbell¨ª que en el a?o 2000 exigi¨® a Jes¨²s Gil la convocatoria de un pleno extraordinario. El motivo: se neg¨® informaci¨®n sobre las alegaciones que el consistorio hab¨ªa presentado contra un informe del Tribunal de Cuentas. Moco de pavo el asunto, comparado con lo que ha ido saliendo despu¨¦s, pero un claro ejemplo de la lentitud de la justicia a la hora de poner coto al asalto a las arcas municipales.
Durante el tiempo que ha tardado el Supremo en pronunciarse han ocurrido algunas cosillas de cierta trascendencia que complican tan competente resoluci¨®n. Jes¨²s Gil, por ejemplo, se muri¨® mientras esperaba ¨¦sta y otras sentencias. El ex alcalde de Marbella, entre otros muchos m¨¢s, se debi¨® de llevar el secreto de las alegaciones a la tumba, ya que los documentos no aparecen ahora por ning¨²n sitio y el nuevo equipo de gobierno se los va a reclamar otra vez a Jos¨¦ Mar¨ªa del Nido, el abogado que a tenor de los honorarios que cobr¨® por su elaboraci¨®n debi¨® de realizar un molde en plata de ley con los dict¨¢menes.
Pero sigamos contando otras cosillas que han pasado en ese tiempo. Muchos miembros del equipo de gobierno de Jes¨²s Gil estuvieron en prisi¨®n algunos meses. Salieron de la c¨¢rcel y la resoluci¨®n judicial les pilla ahora preocupados de cu¨¢ndo tienen que volver a ella. Tendr¨¢ que admitir el tribunal que est¨¢n todos como para ponerse a buscar la documentaci¨®n que ahora se les exige, con la de papeles que tuvieron que tirar deprisa y corriendo.
Hay m¨¢s cosillas. Uno de los partidos de la oposici¨®n que exigi¨® el pleno, el PP, gobierna en la actualidad, y ya es mala suerte que en una de las escasas ocasiones que denunciaron algo contra el GIL les caiga ahora el marr¨®n de ejecutarla. Algunos de los concejales del otro partido que tambi¨¦n acudi¨® a los tribunales reclamando la ansiada sesi¨®n, el PSOE, tambi¨¦n tuvieron que pasar unos meses en prisi¨®n y tienen muchas papeletas para volver a ella, por lo que no parece que est¨¦n de humor para felicitarse por esta decisi¨®n del Supremo.
Habr¨¢ que reprochar a este ¨®rgano su lentitud, pero no su determinaci¨®n final. Se ha mostrado implacable: dos meses, dos, ha dado de plazo al Ayuntamiento para cumplir la sentencia que la propia justicia ha tardado siete a?os en dictar. La resoluci¨®n es categ¨®rica y exige la celebraci¨®n de este pleno extraordinario donde, por fin, se conocer¨¢n las alegaciones que los asesores de Gil presentaron contra los informes del Tribunal de Cuentas entre 1991 y 1999. O sea, que entre el primer a?o alegado y el pleno van a transcurrir 16 a?os. Un periodo de tiempo que ha provocado que en la corporaci¨®n no quede ni uno s¨®lo de los miembros del equipo de gobierno que deb¨ªan informar, y apenas dos ediles de los que quer¨ªan ser informados.
Uno pensaba que, despu¨¦s de la rapidez con la que se ha llevado la investigaci¨®n del caso Malaya -aunque, de momento, s¨®lo se haya puesto la lupa sobre dos a?os de los 16 que gobern¨® el GIL en Marbella-, hab¨ªa razones para recuperar la confianza en la justicia, pero ha tenido que venir el Supremo para poner las cosas en su sitio. Han sido siete a?os, 2.500 d¨ªas con sus respectivas noches, para convocar un pleno por unas simples alegaciones. Cu¨¢nto tardar¨¢ en celebrarse el juicio contra los 86 procesados en la mayor trama de corrupci¨®n descubierta en Espa?a. Cu¨¢nto tardar¨¢ el Supremo en ratificar las sentencias condenatorias, si las hay, tras los reiterados recursos que plantear¨¢n las defensas para deslegitimar la investigaci¨®n y anular el proceso. Y finalmente, cu¨¢nto tardar¨¢ la justicia en actuar sobre los a?os anteriores a Malaya. Es mentira que siete a?os no sean nada, aunque sean s¨®lo un tercio del famoso tango de Gardel.
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