Ingobernable B¨¦lgica
Cada vez parece m¨¢s dif¨ªcil formar gobierno en B¨¦lgica. Las elecciones parec¨ªan haber arrojado un claro mandato en favor del democristiano flamenco Yves Leterme y una mayor¨ªa de centro-derecha, la llamada "naranja azul". Pero las tensiones entre flamencos y valones van creciendo a medida que pasa el tiempo. El sistema federal no basta para contener unas tendencias centr¨ªfugas, al menos por parte de los flamencos, que son los que m¨¢s han prosperado en los ¨²ltimos tiempos en un pa¨ªs que se mantiene unido por la religi¨®n cat¨®lica, la monarqu¨ªa, y el hecho de que Bruselas alberga las instituciones europeas. Cada vez menos flamencos hablan franc¨¦s, y menos valones flamenco.
Leterme tir¨® (al menos temporalmente, pues todo es temporal en la pol¨ªtica belga) la toalla tras dos meses de intentar formar gobierno con los democristianos valones y los liberales de ambas partes, a los 90 d¨ªas de las elecciones. Consideraba que hab¨ªa recibido un mandato para un programa de reformas radicales en muchos aspectos de la vida econ¨®mica, pero tambi¨¦n en materias b¨¢sicas de descentralizaci¨®n como el impuesto sobre las personas f¨ªsicas, la justicia, los convenios laborales e incluso algunas normas de tr¨¢fico entre otras dimensiones. Los valones democristianos y liberales declararon que era inaceptable esta acentuaci¨®n de la divisi¨®n real, y tampoco fueron admitidas sus demandas de que las reformas federales fueran s¨®lo v¨¢lidas si se consegu¨ªan dos tercios de los votos en el Parlamento.
Probablemente, al final se llegue a un acuerdo, so pena de tener que acudir a nuevas elecciones legislativas. Pero lo ocurrido refleja las dificultades de mantener a B¨¦lgica con un sentido de unidad. Los flamencos, entre los que han crecido las opciones independentistas y las de extrema derecha, quieren nuevas reformas en el sistema federal para alcanzar mayores cotas de autogobierno, acerc¨¢ndose a la idea de una confederaci¨®n, mientras los valones, perdedores econ¨®micos, salvo en la regi¨®n, federalmente con entidad propia, de Bruselas, donde predomina el habla francesa, se resisten. B¨¦lgica es muy suya, aunque cada vez sea menos belga.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.