Valentino se despide

"Cuando yo no est¨¦ al frente, espero que la gente que se ocupe de mi nombre haga lo mejor. Tambi¨¦n espero estar implicado en la selecci¨®n de un nuevo dise?ador cuando tenga que haberlo... Pero ya veremos", afirmaba Valentino en junio en su despacho en Roma. ?Est¨¢ pensando en jubilarse?, le preguntamos. "Por ahora, no".

Dos meses despu¨¦s, ha cambiado de opini¨®n. Ayer anunci¨® que en octubre presentar¨¢ su ¨²ltima colecci¨®n de pr¨ºt-¨¤-porter, y en enero de 2008, la de costura. Al final de ese mes, el dise?ador de 75 a?os abandonar¨¢ la casa que cre¨® en 1959. Con ello pondr¨¢ fin no s¨®lo a una de las trayectorias m¨¢s longevas y productivas del mundo de la moda, sino tambi¨¦n a un a?o particularmente intenso. El 6 de julio celebr¨® su 45? aniversario en el negocio con tres extravagantes d¨ªas salpicados de cenas con 500 invitados, un monumental desfile de alta costura y la inauguraci¨®n de una gran exposici¨®n retrospectiva. Todo ello en algunos de los lugares m¨¢s m¨ªticos de Roma y en compa?¨ªa de las arist¨®cratas, estrellas y realeza que han formado su fiel clientela todos estos a?os. De los Rothschild a los Grimaldi, pasando por Uma Thurman y Sarah Jessica Parker, todos estaban all¨ª.

"He tenido la oportunidad de convertir mi pasi¨®n en profesi¨®n"

"Fue un momento m¨¢gico, seguramente irrepetible. La ocasi¨®n perfecta para decir adi¨®s", afirmaba Valentino en el comunicado de ayer. "He tenido la oportunidad de convertir mi pasi¨®n de adolescente en la profesi¨®n que me ha dado tantas alegr¨ªas y reconocimientos y de mantener mi propio estilo, a pesar de los grandes cambios que ha sufrido la moda", a?ad¨ªa. Con ¨¦l se va uno de los ¨²ltimos de una estirpe, la de los maestros de la alta costura, educados como aprendices en la era dorada de los ateliers. Se mantiene, eso s¨ª, el incombustible Karl Lagerfeld, amigo de Valentino desde los a?os cincuenta.

Pero fue en Roma donde Valentino se estableci¨® por su cuenta y donde conoci¨® a Giancarlo Giammetti, su pareja durante m¨¢s de una d¨¦cada y el que siempre se ocup¨® de la parte empresarial del negocio. El auge de Valentino coincidi¨® con la explosi¨®n de la dolce vita, y a esa imagen estar¨¢ siempre vinculado su estilo. A pesar de eso, fue una estadounidense quien m¨¢s hizo por su popularidad. Jackie Kennedy le convirti¨® en su amigo y asesor en 1962, y eligi¨® un vestido suyo para casarse con Onassis.

Desde que Valentino y Giammetti vendieron la empresa en 1998 al grupo Marzotto, los rumores sobre la retirada han sido recurrentes. Permira, una sociedad de capital riesgo brit¨¢nica, pag¨® el pasado mayo 782,6 millones por hacerse con casi el 30% del grupo. Y aunque los n¨²meros sigan d¨¢ndole la raz¨®n al maestro (los beneficios aumentaron un 8,2% en el primer semestre de 2007), no se puede luchar indefinidamente contra el tiempo.