Pensiones de Rodiezmo

La subida de las pensiones m¨ªnimas en una proporci¨®n que dobla la del resto, seg¨²n el compromiso asumido el domingo por el presidente del Gobierno en Rodiezmo (Le¨®n), beneficiar¨¢ en particular a las viudas menores de 60 a?os y con personas a su cargo. Su situaci¨®n viene siendo objeto de denuncia desde hace a?os: al enviudar pasan a cobrar la mitad de la pensi¨®n que percib¨ªa su marido, lo que reduce de manera dr¨¢stica y repentina sus ingresos y en muchas ocasiones las condena a la pobreza. Con la subida prometida pasar¨¢n a cobrar 600 euros al mes, frente a los 493 que perciben ahora. Se trata de una medida de justicia social dif¨ªcilmente criticable, excepto por la forma en que ha sido anunciada.

Zapatero acostumbra a inaugurar el curso pol¨ªtico, a comienzos de septiembre, en un mitin de su partido celebrado en su tierra. Y lo hace cada a?o anunciando una subida de pensiones. Mejor es que anuncie eso que otras cosas, pero, al hacerlo en un mitin partidista, confunde su condici¨®n de presidente del Gobierno con la de secretario general de su partido. Y en esta ocasi¨®n lo confunde sobre todo con su condici¨®n de candidato electoral para los comicios de marzo.

Quiz¨¢ ha habido exageraci¨®n en algunas cr¨ªticas, pero el argumento con que le ha defendido el secretario de organizaci¨®n del PSOE, Jos¨¦ Blanco, es de doble filo: ha dicho que se trata de cumplir un compromiso electoral. Es cierto que en v¨ªsperas de las elecciones de 2004, Zapatero se comprometi¨® a subir las pensiones m¨ªnimas un 24% a lo largo de la legislatura, lo que implicaba subirlas cada a?o por encima de la media; pero en el mismo acto prometi¨® hacerlo al inicio de la legislatura y no a las puertas de una campa?a electoral. "Eso nunca lo har¨¦", dijo el 25 de febrero de 2004, a dos d¨ªas del inicio de la campa?a.

Lo dijo a modo de reproche al PP, cuyo ministro de Trabajo (y Portavoz del Gobierno), Eduardo Zaplana, hab¨ªa anunciado tres meses antes incrementos en las pensiones de jubilaci¨®n y viudedad, lo que los socialistas consideraron una medida electoral pagada con fondos p¨²blicos. El reproche ten¨ªa sentido porque, entre otras cosas, esa subida m¨¢s que proporcional para esas pensiones ya figuraba en el acuerdo de desarrollo del Pacto de Toledo (acuerdo suscrito en 1995 por todos los partidos para garantizar la viabilidad del sistema de las pensiones); y porque en ese pacto, y a instancias precisamente del PP, se hab¨ªa incluido el compromiso de los partidos firmantes de no utilizar el problema de las pensiones como elemento de confrontaci¨®n partidaria. Pero es un reproche que resulta hoy perfectamente aplicable a los socialistas.