Bush, en Al Anbar
Menos tropas americanas, pero ?misma misi¨®n? ?sta parece la apuesta esbozada por Bush en su visita sorpresa -no pod¨ªa ser de otro modo, aunque no sali¨® de la base militar- a Al Anbar, uno de los n¨²cleos de la resistencia sun¨ª y del terrorismo de Al Qaeda. Rodeado de sus secretarios de Estado y de Defensa, habl¨® del "¨¦xito" de la estrategia seguida. Mientras se espera la pr¨®xima semana el informe del general David Petraeus sobre los efectos de la estrategia de refuerzo militar americano, la Casa Blanca calienta el ambiente para convencer a una opini¨®n p¨²blica y a un Congreso, al que pide m¨¢s dinero para la guerra, reticentes a que las tropas sigan en Irak.
La mayor presencia militar americana, 6.000 soldados m¨¢s, en Al Anbar ha surtido algunos efectos. Puede haber provocado la retirada de los insurgentes y de Al Qaeda. Sin embargo, si los soldados bajan la guardia, podr¨ªan regresar los rebeldes, o seguir, como han venido haciendo, atentando en lugares que se cre¨ªan pacificados. Y es significativo que destacados l¨ªderes sun¨ªes hayan querido salir en la foto con Bush, pero tambi¨¦n que el ministro de Exteriores, el kurdo Zebari, no quisiera suspender una visita a Ir¨¢n.
La iraquizaci¨®n de la seguridad no progresa, debido especialmente a la corrupci¨®n y el sectarismo de la nueva polic¨ªa. Adem¨¢s, para los iraqu¨ªes, el conflicto ha cambiado de car¨¢cter. Los chi¨ªes, mayoritarios en Irak, est¨¢n viviendo una guerra civil para determinar qui¨¦n prevalecer¨¢. La retirada de los brit¨¢nicos de la sure?a Basora indica lo delicado de la situaci¨®n.
Bush lanz¨® un mensaje de apoyo p¨²blico al debilitado Gobierno del sun¨ª Al Maliki, y tambi¨¦n al Parlamento iraqu¨ª para que haga urgentemente sus deberes: que apruebe una ley que permita el regreso a la funci¨®n p¨²blica de los militantes del antiguo partido Baas de Sadam Husein, y otra para el reparto de los dividendos de la producci¨®n de petr¨®leo. Son cuestiones esenciales que pueden ahondar a¨²n m¨¢s la divisi¨®n entre chi¨ªes, sun¨ªes y kurdos. Bush est¨¢ vendiendo triunfos que no tiene en sus manos. Su apuesta es reducir las tropas americanas, que aument¨® en 30.000 hombres hace unos meses. Pero no ha cambiado su objetivo central: permanecer en Irak.
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