'L¨¢grima-share'
Es un recurso f¨¢cil, eficaz y muy antiguo. Las l¨¢grimas venden. Cualquier historia con l¨¢grimas en directo parece mucho m¨¢s trascendente, m¨¢s importante, m¨¢s humana, m¨¢s respetable. La l¨¢grima ennoblece al cretino y ablanda al duro de coraz¨®n. Sirven tambi¨¦n para dar rienda suelta a lo que sea que se acumule en el interior de cada espectador: sus propias penas o frustraciones. Hay quienes disfrutan llorando a gusto con un buen melodrama. Pero la b¨²squeda de esa l¨¢grima-share se est¨¢ convirtiendo en una obsesi¨®n abusiva y exagerada, a veces indecente, en la televisi¨®n. Y todos pecan: los informativos, los reportajes, las entrevistas, los realities. Por supuesto, los programas del coraz¨®n. Tambi¨¦n abundan los exhibicionistas del lagrimeo medi¨¢tico.
El lunes se estren¨® el magac¨ªn vespertino A3bandas (Antena 3), en el que se unen actualidad, cr¨®nica social y entretenimiento. Jaime Cantizano y Mar¨ªa Pati?o como presentadores. El primer programa se les fue un poco de las manos. Por querer ser ¨¢giles terminaron siendo atropellados. Se pasaba de un tema a otro dej¨¢ndolos todos incompletos. Interruptus. La tertulia no llegaba a calar en ninguna discusi¨®n, los titulares promet¨ªan reportajes que se quedaban luego en poco m¨¢s que lo enunciado antes. Es s¨®lo el principio, son cosas que se pueden medir y calibrar con el tiempo. Si quieren.
Entre los reportajes estuvo el de la madre de Yeremi, el ni?o canario desaparecido hace seis meses. El entrevistador fue directo a su cometido: buscar la l¨¢grima de la madre. La llev¨® a la habitaci¨®n del hijo y le pregunt¨®, "?ha llorado mucho en este cuarto? ?Qu¨¦ es lo que m¨¢s le recuerda a su hijo? ?Este peluche?". Y as¨ª hasta que la pobre mujer rompi¨® a llorar. Eso no se hace, hombre.
La b¨²squeda de la l¨¢grima f¨¢cil es el recurso de la falta de imaginaci¨®n. Tambi¨¦n puede ser una falta de respeto. Pero eso a nadie parece importarle. Lo que cuenta es la audiencia, y parece que los llantos y sollozos son moneda segura. Llora, llora, que te sacan en la tele. Llegar¨¢ el d¨ªa en que ya ni eso nos conmueva. Quiz¨¢ ese d¨ªa haya llegado ya.
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