La inteligencia artificial y la productividad
La preponderancia de los gigantes tecnol¨®gicos ha entorpecido la difusi¨®n de los avances
![Inteligencia artificial](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/LMWRXMPCGPBMRNFDVN4EWJZ5TE.jpg?auth=688ddbcc67ae29a33c6862d7d5c7fb055517662e0788caea32cd446e9efa6b3c&width=414)
La irrupci¨®n de DeepSeek en el paisaje tecnol¨®gico global no solo quiebra el oligopolio vigente. Tambi¨¦n facilita el despliegue de la inteligencia artificial (IA) en el conjunto del sistema productivo, siendo esta una oportunidad relevante para la econom¨ªa espa?ola, a condici¨®n de aprovecharla.
El gran salto adelante de la empresa china muestra que las barreras de entrada en el mercado de la IA no son tan elevadas como se pensaba. Veremos si algunas iniciativas europeas logran tomar el relevo, compitiendo en algunos nichos de mercado con los gigantes mundiales. Para Espa?a, esta eventualidad es m¨¢s un futurible que un escenario realista en el corto plazo: los 12.000 millones de euros del plan espa?ol de microchips financiados con fondos Next Generation no han generado un ecosistema a la altura de las expectativas y, de momento, solo se ha ejecutado el 2,4% de los recursos previstos para este programa.
Sin embargo, el desarrollo m¨¢s esperanzador para nuestra econom¨ªa procede de la reducci¨®n de los costes de acceso y de incorporaci¨®n de la IA en los sistemas productivos. Hasta la fecha, los beneficios de las nuevas tecnolog¨ªas en t¨¦rminos de productividad han estado muy concentrados en torno a los l¨ªderes mundiales del sector, como se desprende de sus cotizaciones burs¨¢tiles. En el periodo 2019-2023, la productividad de los sectores productores de tecnolog¨ªa creci¨® un espectacular 27,2% ¡ªen t¨¦rminos de valor a?adido por ocupado equivalente a tiempo completo en el sector de informaci¨®n y comunicaciones, que incluye el grueso de las actividades de las big tech¡ª. Esto es seis veces m¨¢s que en el resto de sectores, de modo que, hoy por hoy, no se percibe una aceleraci¨®n en la productividad del conjunto de la econom¨ªa americana.
Los datos avalan tambi¨¦n la sensaci¨®n de retraso tecnol¨®gico europeo. Casi la mitad del diferencial de productividad entre ambos lados del Atl¨¢ntico, y el 40% en el caso de Espa?a, se explica por la preponderancia de las corporaciones norteamericanas. Pero la brecha de productividad es mucho m¨¢s limitada en el resto de sectores de servicios. En la industria, Europa incluso consigue una ligera ventaja. Todo ello certifica el retraso europeo en la generaci¨®n de nuevas tecnolog¨ªas, evidenciando tambi¨¦n la d¨¦bil velocidad de difusi¨®n de dichas tecnolog¨ªas.
La novedad es que la tecnolog¨ªa china facilita la difusi¨®n de la IA a un coste muy reducido, al tiempo que genera innumerables oportunidades de aplicaci¨®n gracias a su c¨®digo abierto. Se trata de beneficios potenciales de gran alcance cuya materializaci¨®n, no obstante, no es autom¨¢tica, sino que depende de la buena praxis en las empresas y de condicionantes que se derivan de la experiencia reciente. Uno de los factores, de gran inter¨¦s para la pol¨ªtica europea de competencia, es el funcionamiento adecuado de los mercados, ya que la difusi¨®n tecnol¨®gica ser¨¢ m¨¢s lenta en presencia de operadores rentistas. Los hechos desmienten a algunos ide¨®logos de la IA como Peter Thiel y su prof¨¦tica concentraci¨®n de poder de mercado como vector de la revoluci¨®n tecnol¨®gica.
En segundo lugar, un cambio disruptivo como el que se avecina conlleva un proceso acelerado de creaci¨®n de empresas y de reestructuraciones que conviene acompa?ar. De ah¨ª la importancia de la profundizaci¨®n del mercado ¨²nico y de la liberalizaci¨®n de los movimientos del ahorro en el seno de la Uni¨®n Europea. Las pol¨ªticas activas de empleo tambi¨¦n est¨¢n destinadas a jugar un papel importante.
Finalmente, un replanteamiento de los fondos previstos para la producci¨®n de procesadores avanzados en Espa?a parece ineludible, no solo por su escaso impacto actual. Tambi¨¦n porque estos recursos, redise?ados, pueden ser cruciales de cara a la adaptaci¨®n del sistema productivo a la IA, ante los cambios en la organizaci¨®n del trabajo, de las tareas y de la gesti¨®n empresarial que se vislumbran. Seg¨²n el economista Olivier Blanchard, el avance de DeepSeek podr¨ªa desatar un shock de productividad sin precedentes. Ojal¨¢, pero los beneficios no caer¨¢n del cielo.
Tama?o y uso
Según los datos ofrecidos por la oficina estadística europea (Eurostat), el 11,3% de las empresas españolas utilizan la inteligencia artificial (IA) en sus actividades (con datos para 2024 que incorporan las empresas de más de diez asalariados). El resultado se compara favorablemente con Francia (9,9%) e Italia (8,2%), pero se sitúa casi dos puntos por debajo de la media de la Unión Europea. El tamaño es un factor determinante: cerca del 44% de las corporaciones de más de 250 trabajadores usan la IA, mejorando la media europea, frente al 10,2% del resto de empresas, un resultado inferior a la media.
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