Las 'rojas' b¨¢lticas
Los hinchas letones y lituanos, los m¨¢s efusivos, inundan las canchas
La afici¨®n letona ha acudido en masa a apoyar a su selecci¨®n. Es, de lejos, la m¨¢s notoria y ruidosa, con unos 2.000 seguidores, de todas las hinchadas extranjeras que se han desplazado a la capital andaluza. Van en tropel, todos muy juntitos, incluso antes de entrar al pabell¨®n San Pablo. Forman una gran masa roja que se mueve al ritmo de unos globos cil¨ªndricos que hacen mucho ruido y que no paran de agitar y golpear contra todo. Roja porque esos son los colores de su equipo. De su equipo y de su sensible piel, castigada por el picante sol sevillano. Tres d¨ªas bajo sus rayos han hecho mella en esos cutis b¨¢lticos, todos con las mejillas sonrojadas. Y pelos muy rubios, en su mayor¨ªa.
Ellos parecen despreocupados. Animosos y algo rudos, pero de muy buen talante. Son altos, todos con pantalones cortos, chanclas y la camiseta de la selecci¨®n letona, roja y blanca, acorde con el tono de su piel. Casi uniformados. Como si fueran un grupo de reclutas que estuviera de permiso. Voces graves, ojos muy claros y cerveza en la mano. "Hace mucho calor y la cerveza en Sevilla est¨¢ muy buena", dice Arturs, que lleg¨® desde Riga hace cuatro d¨ªas. "All¨ª est¨¢bamos a unos 10 grados, y de repente te encuentras a m¨¢s de 30. Tenemos que refrescarnos", r¨ªe mientras le caen gotitas de sudor sobre su cara rosada. Es qu¨ªmico, no pensaba que su equipo fuera a hacerlo tan bien y no les seguir¨¢ en la segunda fase, en Madrid. Pero est¨¢ de vacaciones y piensa aprovecharlas. "Me ir¨¦ a Marbella, a la playa, a seguir disfrutando del sol espa?ol", sonr¨ªe.
Los letones no son la ¨²nica comunidad b¨¢ltica que estos d¨ªas se deja notar en Espa?a. En Palma, cuando suena el himno lituano, unas 700 gargantas puestas en pie entonan, como una sola voz, la letra. El amarillo, el verde y el rojo toman las gradas y anuncian la fiesta que vendr¨¢ despu¨¦s. Al grito de "?Lietuva, Lietuva!", los seguidores lituanos han echado por tierra todos los pron¨®sticos locales. En Palma, superan con creces a los alemanes, que prefieren disfrutar de la ciudad, de sus playas y sus restaurantes, a desga?itarse jaleando a Dirk Nowitzki, el mejor jugador de la historia del baloncesto alem¨¢n. "Esto no es nada extra?o para nosotros", asegura Dovile Kamarauskiene, especialista en baloncesto del Kanno Diena Jour, el tercer diario generalista de Lituania. "Los lituanos amamos el baloncesto y nos gusta seguir a nuestra selecci¨®n". Al Mundial de Jap¨®n se desplazaron unos 300 aficionados. No est¨¢ nada mal teniendo en cuenta que Lituania apenas supera los tres millones de habitantes y que, seg¨²n las previsiones, los seguidores de Jasikevicius y compa?¨ªa aumentar¨¢n en Madrid, donde se espera a unos 1.500.
Uno de ellos ser¨¢ Renato, que ahora ha acudido a Palma con su peque?a hija Kamile. Ataviado con la camiseta lituana. "Ahora regreso a Lituania unos d¨ªas y luego volver¨¦ a Madrid porque estoy seguro de que disputaremos la final contra Espa?a", cuenta este aficionado, que ya sigui¨® a su selecci¨®n en Jap¨®n y en los Juegos de Sidney. La suya es una convicci¨®n generalizada entre sus compatriotas, que han viajado en grupos, en familia y en pareja. "He venido con mis dos hijas, mi esposa y un grupo de unos diez m¨¢s", dice Valdas que, como muchos otros lituanos, suele hacer coincidir sus vacaciones con los torneos de la selecci¨®n.
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