Un error de Rajoy

La derrota de ETA, la reforma constitucional para reparar los efectos de la pol¨ªtica territorial de Zapatero y la mejora de la situaci¨®n econ¨®mica de los espa?oles ser¨¢n las prioridades que el PP plasmar¨¢ en su programa electoral, seg¨²n adelant¨® ayer su presidente, Mariano Rajoy. Las reformas constitucionales tienen seguramente que ver con la delimitaci¨®n clara de las competencias del Estado que ser¨¢n intransferibles en todo caso, e incluso con la posibilidad de recuperaci¨®n de algunas de las transferidas, como plante¨® Rajoy hace un a?o, al calor de la entonces reciente reforma del federalismo alem¨¢n. Sobre econom¨ªa dijo que los socialistas han dilapidado la herencia que recibieron del PP, lo cual es poco respetuoso con las cifras y los hechos.

Pero lo primero, la prioridad m¨¢xima, es la derrota de ETA. Derrota como opuesto a di¨¢logo o negociaci¨®n, hasta el punto de exigir al PSOE que en su programa se comprometa a no hablar nunca con los terroristas. Desde la oficializaci¨®n de la ruptura de la tregua, en junio, el PP ha manifestado su apoyo sin fisuras al Gobierno "para derrotar a ETA"; como el Gobierno no dec¨ªa tener otro objetivo que esa derrota, la precisi¨®n no ten¨ªa mayor efecto. Pero la exigencia de un compromiso en los t¨¦rminos planteados por Rajoy est¨¢ fuera de lugar. Pues ni siquiera ¨¦l mismo podr¨ªa comprometerse a ello: no sabe si, en un momento dado, siendo ¨¦l responsable de la pol¨ªtica antiterrorista (o sea, de intentar derrotar a ETA), no habr¨¢ datos que hagan conveniente, para hacer posible esa derrota, propiciar una retirada pactada.

Eso no significa que no pueda haber otra forma de derrotarla que ofreciendo contrapartidas pol¨ªticas, como todav¨ªa sostienen algunos nacionalistas; simplemente, que no es posible conocer por adelantado la forma que tendr¨¢ el fin definitivo de ETA. Lo que s¨ª sabemos es que para llegar a esa situaci¨®n ahora es necesario poner todo el esfuerzo en la actuaci¨®n policial; y que, tras la experiencia ¨²ltima, ETA ha anulado la credibilidad de la tregua como punto de partida para cualquier salida pactada: el abandono definitivo de las armas ser¨¢ en todo caso condici¨®n previa, y no parte del proceso de final pactado. En esto existe un acuerdo amplio que va de Aralar al PP: ser¨ªa absurdo comprometerlo con exigencias que ni corresponden a la situaci¨®n actual ni es prudente convertirlas en punto de partida para la unidad democr¨¢tica.

Si la derrota de ETA es la prioridad n¨²mero uno del PP, y si para conseguirla considera necesario recomponer la unidad de los dem¨®cratas, y en particular la de los dos ¨²nicos partidos con posibilidades realistas de gobernar, es incoherente poner condiciones que la dificulten de manera un tanto artificial. En ese sentido es un error el emplazamiento de Rajoy.