"En el espacio p¨²blico ideal el conflicto es continuo"
Apesar de su avanzada edad, David Harvey (Kent, 1935) parece estar lejos de jubilarse. De ello dan cuenta no s¨®lo su actual energ¨ªa y productividad intelectual, sino la apariencia extraordinariamente juvenil que le infieren su melena recogida en coleta y su vestir informal: puede lucir una camiseta de la antiglobalizaci¨®n con la misma naturalidad que cualquier estudiante de su facultad.
Harvey ocupa la c¨¢tedra de antropolog¨ªa del College University de Nueva York, tras haber ense?ado geograf¨ªa y urbanismo en Oxford y Baltimore durante m¨¢s de treinta a?os. Desde la d¨¦cada de 1970, este veterano ge¨®grafo de reconocido prestigio internacional ha contribuido a renovar la disciplina a trav¨¦s de la ¨®ptica del materialismo hist¨®rico.
Este verano, sendos congresos organizados por la Universidad Internacional de Andaluc¨ªa y el Foro Complutense lo han tra¨ªdo, respectivamente, a Sevilla y a Madrid, en donde se realiz¨® esta entrevista.
PREGUNTA. ?Por qu¨¦ considera necesario enfatizar la relaci¨®n actual entre capital y territorio?
RESPUESTA. Porque la producci¨®n del espacio es un aspecto central de la econom¨ªa capitalista. ?ltimamente he prestado atenci¨®n al importante papel que el desarrollo urban¨ªstico ha jugado en las din¨¢micas de acumulaci¨®n de capital. Ahora mismo hay un auge de la construcci¨®n en el mundo. El otro d¨ªa pas¨¦ cerca de Ciudad Real ?y pude contar hasta ochenta gr¨²as! Lo parad¨®jico de esto es que cuanto m¨¢s dinero parece invertirse, menos asequible resulta la vivienda.
P. Un fen¨®meno que usted vincula con la competencia interterritorial.
R. S¨ª, entre municipios, regiones y Estados. La ¨²nica manera con la que un lugar puede competir para atraer inversiones consiste en crear un buen clima para los negocios, y a veces, incluso, subvencionarlos. Hace tres semanas uno de los bancos de inversiones m¨¢s importantes del mundo, Goldman Sachs, obtuvo una subvenci¨®n de 650 millones de d¨®lares para mantener su sede en Nueva York. La competencia territorial es muy fuerte en el ¨¢mbito de los servicios financieros.
P. ?No existe una contradicci¨®n entre, por un lado, la competencia territorial, a trav¨¦s de lo que usted denomin¨® rentas monopolistas, y, por otro, la creciente homogeneizaci¨®n de los paisajes construidos?
R. Desde luego, es una gran tensi¨®n, porque en un principio quieres tener una ciudad muy especial que atraiga al capital, pero, al mismo tiempo, cuando ¨¦ste llega, trae consigo las mismas tiendas que hay en todas partes, as¨ª que de pronto la ciudad pierde esa cualidad particular que la hac¨ªa ¨²nica. Yo creo que, desde los Juegos Ol¨ªmpicos, Barcelona ha perdido todo su car¨¢cter.
P. ?Y qu¨¦ funci¨®n asume la cultura en estos procesos?
R. En muchas ciudades tenemos una larga historia cultural que est¨¢ siendo tratada como mercanc¨ªa por la industria tur¨ªstica. Y luego est¨¢ lo que llamamos la "invenci¨®n de la tradici¨®n", incluso la creaci¨®n de nuevas "historias", como alguien que encuentra un objeto hist¨®rico perdido y hace de ¨¦l algo especial, construyendo un mito a partir de la nada. O cuando encargas una arquitectura de firma con la que consigues poner una ciudad en el mapa, como ha ocurrido en Bilbao.
P. ?C¨®mo interpreta el actual desarrollo urbano en Espa?a?
R. A m¨ª me parece que mucho de lo que est¨¢ pasando ahora mismo en Espa?a tiene que ver con la absorci¨®n de excedentes de capital por medio de un desaforado proceso urbanizador y constructivo. Al recorrer la costa se percibe un desarrollo urban¨ªstico excesivo, lo que acaba acarreando todo tipo de problemas ecol¨®gicos, as¨ª como sociales, pol¨ªticos y econ¨®micos. Creo que el ritmo y la escala de la actual urbanizaci¨®n en Espa?a necesita un aparato regulador muy fuerte para intentar convertirlo en algo sensato. Adem¨¢s, muchas de las cosas que se est¨¢n construyendo en las ciudades me parecen bastante innecesarias, realmente no contribuyen al bienestar de la gente, son meros s¨ªmbolos. ?Por qu¨¦ no gastan el dinero en viviendas decentes para la gente con pocos ingresos? ?Hacia d¨®nde va todo esto? Es una tragedia que el actual Gobierno no preste atenci¨®n a lo que realmente deber¨ªa.
P. Alguien ha vaticinado que el planeta ser¨¢ pronto un gran suburbio en donde las "metropol¨ªticas de la globalizaci¨®n" suceder¨¢n a las "geopol¨ªticas de las naciones". ?Qu¨¦ opina usted al respecto?
R. No cabe duda de que hemos presenciado una reterritorializaci¨®n del poder pol¨ªtico. Lo vemos en la formaci¨®n de la Uni¨®n Europea o del NAFTA, en la manera en que se est¨¢n estableciendo las alianzas, o en que el poder regional se reafirma en lugares como Escocia y Catalu?a. Incluso las ciudades regionales est¨¢n participando en la competencia global. Hay que reconocer que el poder pol¨ªtico se est¨¢ ejerciendo de muchas maneras territoriales diferentes, pero no creo que hayamos desbancado todav¨ªa al Estado-naci¨®n como una de las entidades primordiales a trav¨¦s de las cuales se organiza y se ejercita ese poder.
P. Aparte de analizar las formas de urbanismo imperantes, a usted le interesa estudiar otros modelos posibles de habitar un lugar. ?D¨®nde se pueden localizar esos "espacios de esperanza"?
R. Se est¨¢n haciendo muchos experimentos ahora mismo, como los asentamientos de poblaci¨®n pobre en Asia, el movimiento de campesinos en Brasil o muchas comunidades vecinales que tratan de mejorar las formas de vida en las ciudades con diferentes maneras de hacer las cosas. Hay mucha inventiva y ah¨ª residen para m¨ª los lugares de esperanza. La gente tiene que vivir, y si no pueden vivir en Manhattan o en los barrios ricos de Madrid...
P. Tienen que buscar otro lugar...
R. Efectivamente, tienen que sobrevivir. Pero hay otros espacios de esperanza que considero importantes: creo que hay mucha gente de clase media que se est¨¢ cansando de vivir en guetos de oro. Vivir en una comunidad cerrada y protegida es muy aburrido. La mezcla de diferentes grupos de inmigrantes, la fusi¨®n de estilos musicales, gastron¨®micos, es lo que hace de la vida urbana algo fant¨¢stico. ?ste no es el tipo de urbanismo que queremos; queremos algo diferente, que congregue a la gente en lugar de segregarla, que es en realidad lo que ha estado pasando en estos ¨²ltimos treinta a?os.
P. Seg¨²n su idea de ciudad, ?debe el espacio p¨²blico promover el consenso o enfatizar el conflicto?
R. Ambos. Una frase brillante de Her¨¢clito sugiere que la armon¨ªa m¨¢s bella nace del enfrentamiento de las diferencias. Creo que una idea de consenso que no contemple la diferencia no tiene sentido. El espacio p¨²blico ideal es un espacio de conflicto continuo y con continuas maneras de resolverlo, para que ¨¦ste despu¨¦s se vuelva a reabrir.
Geograf¨ªa humana
LOS ESCRITOS de David Harvey han contribuido enormemente al actual debate pol¨ªtico sobre las estrategias espaciales de la globalizaci¨®n, as¨ª como al conocimiento de la geograf¨ªa humana. En lengua castellana contamos con la traducci¨®n de sus ya cl¨¢sicos Urbanismo y desigualdad social (Siglo XXI, 1992), La condici¨®n de la posmodernidad (Amorrortu, 1998) y Espacios de esperanza (Akal, 2003). Experto analista de la ciudad contempor¨¢nea, su labor se ha centrado en investigar la distribuci¨®n y organizaci¨®n del territorio en las econom¨ªas capitalistas avanzadas.
Pero en su obra tambi¨¦n tiene cabida un pensamiento m¨¢s especulativo, que busca imaginar y aportar f¨®rmulas alternativas de producci¨®n espacial.
Entre El nuevo imperialismo y Espacios del capital (ambos publicados por Akal en 2004 y 2007) tambi¨¦n ha aparecido un peque?o libro a d¨²o con Neil Smith titulado Capital financiero, propiedad inmobiliaria y cultura (Macba/UAB, 2005), que trata el modelo urbano de Barcelona; una ciudad que, seg¨²n David Harvey, est¨¢ perdiendo sus se?as de identidad mediante un progresivo proceso de "disneyficaci¨®n".
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