Memoria de Barcelona

Francisco Gonz¨¢lez Ledesma guarda la memoria de una Barcelona que ya no existe, la misma que comparti¨® con Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n y Terenci Moix, y que recuerda ahora con Maruja Torres. Una Barcelona cuya frontera norte era la plaza de Catalunya, y al sur, el mar, el barrio chino, el Poble Sec, donde naci¨®, y que fue construido en parte sobre material de derribo de la Exposici¨®n Universal de 1929; la falda de Montju?c, donde de ni?o aprendi¨® a vivir y sobrevivir en la guerra y la posguerra.

Ahora, ese paisaje ha cambiado y la ordenaci¨®n urban¨ªstica del Raval ha dado un giro copernicano a aquellos barrios canallas. A menudo se observa cierta nostalgia en las novelas de Gonz¨¢lez Ledesma y el propio inspector M¨¦ndez, su afortunada creaci¨®n, se pierde en la modernidad. Lo cierto es que, entre el pasado y el presente, su obsesi¨®n es Barcelona, la verdadera protagonista de buena parte de sus libros. Sobre todo de Historias de mis calles, sus estupendas memorias; o de Expediente Barcelona (1983, recientemente recuperada por La Factor¨ªa de Ideas), en cuya p¨¢gina 134 apareci¨® por primera vez, como personaje secundario, Ricardo M¨¦ndez. M¨¦ndez naci¨® como polic¨ªa de la siniestra Brigada Criminal franquista, pero muy pronto se convirti¨® en un viejo perdedor que prefiere la justicia de la calle a la de los tribunales. Nueve libros, novelas y relatos despu¨¦s, M¨¦ndez sigue siendo un tipo entra?able.