Hijos de Don Quijote
El gobierno andaluz ha conseguido con su proyecto de ley de vivienda todo lo que propone George Lakoff en su ya famoso libro No pienses en un elefante. Los partidos pol¨ªticos, los medios de comunicaci¨®n, otros gobiernos aut¨®nomos, el Gobierno de Espa?a, los Ayuntamientos y los promotores han opinado y se ha formado un amplio e interesante debate que excede incluso el ¨¢mbito de la comunicad aut¨®noma. Es raro que haya alg¨²n andaluz que no haya o¨ªdo hablar del proyecto. El PP, su principal detractor, al hacer una reducci¨®n al absurdo ha contribuido a la difusi¨®n del proyecto, sobre todo cada vez que dice que el presidente de la Junta va a regalarle una vivienda a cada andaluz. No es el menor de los disparates, pero su contribuci¨®n a la causa de la difusi¨®n del proyecto ha forjado el marco del que habla el investigador norteamericano. Los promotores del proyecto han conseguido con creces sus prop¨®sitos, al menos en el apartado de la difusi¨®n. Hasta las discrepancias del vicepresidente Solbes se han convertido en un agente propagador de la ley. En ese ¨¢mbito el ¨¦xito es total. El Gobierno andaluz ha ocupado el centro del terreno de juego en la pol¨ªtica nacional y ha cogido con el paso cambiado a Javier Arenas, que ha acumulado toda una serie de perlas contra el proyecto de ley: es sovi¨¦tico porque propone alojamientos colectivos con servicios comunes, es franquista porque vuelve a los corrales, es un fraude, una chapuza, una promesa que se va a incumplir, es electoralista e incluso desincentiva casarse (sic). Tambi¨¦n pill¨® por sorpresa a Solbes que a pesar de su fama de riguroso habl¨® sin saber. A la mayor¨ªa de los gobiernos aut¨®nomos los ha dejado en evidencia, hasta el punto de que se ha producido la curiosidad de ver a Jos¨¦ Montilla y a Esperanza Aguirre en coincidencia pol¨ªtica. As¨ª que en este aspecto la Junta ha obtenido un diez. Ha puesto una iniciativa concreta sobre la mesa en un tema de inter¨¦s general, en momentos en los que se habla del fin de la burbuja inmobiliaria y de crisis hipotecaria.
Cosa diferente es su oportunidad. Centrar¨¢ los debates de precampa?a y campa?a en un asunto en el PSOE va a jugar con ventaja. Distinto es aprobar un proyecto de ley que no se va a poner en marcha en esta legislatura. Suena a electoralismo. No es que est¨¦ mal satisfacer a la mayor¨ªa, con en la famosa frase "tener el coraje de adoptar medidas populares", del tipo de subir pensiones o dar dinero por el nacimiento de ni?os. Son tentaciones que ning¨²n gobierno resiste y si al final benefician a los que menos tienen, no est¨¢ tan mal. Otra cosa es que el procedimiento l¨®gico hubiera sido abrir un di¨¢logo con ayuntamientos, promotores y sindicatos para sentar las bases con las que acometer la ley, sobre todo para el caso de que el Partido Socialista gane las elecciones. Ahora se ha convertido en el primer compromiso electoral del presidente de la Junta.
A m¨ª me parece acertado poner por ley la posibilidad de reclamar un derecho, un poco al hilo del debate similar que hubo en Francia hace unos meses con los llamados Hijos de Don Quijote. Tiene un aroma social de mucho mayor calado que la propuesta de Javier Arenas para bajar los impuestos, que al final reducir¨ªa al Estado la capacidad de redistribuci¨®n de la riqueza. Los socialdem¨®cratas alemanes tienen una frase que viene al pelo "el mercado siempre que sea posible y el Estado siempre que sea necesario" y como ha recordado la consejera de Obras P¨²blicas, muchos andaluces se han quedado fuera del festival inmobiliario y es obligaci¨®n de la Junta incluir su derecho en la actuaci¨®n p¨²blica. Hace falta conocer la memoria econ¨®mica, aunque no parece ning¨²n disparate que pueda haber fondos para construir 30.000 viviendas protegidas al a?o. Hasta la cr¨ªtica sobre la posible picaresca es absurda, porque se puede hacer igual sobre las actuales VPO. Otra cosa son los plazos para poner el derecho en vigor de manera efectiva: aprobaci¨®n de la ley, de su reglamento, ayuntamientos que ofrezcan suelo o lo tengan que recalificar, construcci¨®n y entrega de las viviendas. Cinco a?os m¨ªnimo. De todas formas al final da igual si es un principio rector o un derecho fundamental. Es una necesidad.
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