Israel construye una carretera al 'apartheid'
Un muro de hormig¨®n separar¨¢ los carriles para israel¨ªes y palestinos en la nueva v¨ªa Ramala-Bel¨¦n
La Cisjordania ocupada es un enjambre de controles militares, vallas met¨¢licas, alambradas, torretas grises a las salidas de los pueblos palestinos, y de carreteras, algunas exclusivas para los colonos que viven en su torre de marfil. Es probable que alg¨²n d¨ªa se desmantelen algunos asentamientos. Pero el este de Jerusal¨¦n es diferente. Israel no va a renunciar a un cent¨ªmetro de esa tierra que pretende anexionar y que habitan un cuarto de mill¨®n de ¨¢rabes. En esta zona se est¨¢ terminando una carretera, que unir¨¢ Ramala con Bel¨¦n, propia del r¨¦gimen del apartheid. En uno de sus lados circular¨¢n los israel¨ªes; en el otro, segregados por un muro, los palestinos. Los primeros podr¨¢n salir a cualquier pueblo o ciudad; los segundos, no. Y menos a¨²n a la Ciudad Santa.
La proporci¨®n de poblaci¨®n palestina crece paulatinamente respecto a la jud¨ªa en Jerusal¨¦n. Aunque algunos l¨ªderes pol¨ªticos y religiosos israel¨ªes la preconizan, no es posible su expulsi¨®n. Pero ese cuarto de mill¨®n de personas van a quedar recluidas en el interior del muro de hormig¨®n, que bordear¨¢ por el este el asentamiento en expansi¨®n de Maale Adum¨ªn. Necesitan una salida. Eso s¨ª, nunca en direcci¨®n a Jerusal¨¦n. La carretera en construcci¨®n servir¨¢ para que los palestinos puedan trasladarse desde el norte hasta el sur de Cisjordania sin necesidad de atravesar barrios jud¨ªos. E Israel la utilizar¨¢ para seccionar Jerusal¨¦n del resto del territorio ocupado y para construir un cintur¨®n de asentamientos alrededor de la Ciudad Santa, anexionada ilegalmente en 1981 por el Ejecutivo hebreo.
En el desierto, habitado por beduinos y dominado por el asentamiento jud¨ªo de Maale Adum¨ªn (35.000 residentes), a los pies de la Universidad Hebrea y del monte de los Olivos, se asfalta esa carretera dividida por un muro construido con piedra blanca, el material preceptivo en toda construcci¨®n de Jerusal¨¦n desde los tiempos del mandato brit¨¢nico. Es menos impactante que el gris hormig¨®n que se levanta alrededor de pueblos y ciudades palestinas. La carretera contar¨¢ con muchas m¨¢s salidas para los ciudadanos israel¨ªes que para los palestinos, que no podr¨¢n acceder a Jerusal¨¦n, y permitir¨¢ que los israel¨ªes viajen por territorio ocupado sin toparse con ¨¢rabes.
"Hay cuatro carreteras m¨¢s de este tipo ya terminadas y seis en construcci¨®n. Te¨®ricamente, son v¨ªas para conectar pueblos aislados por la construcci¨®n del muro. Se trata de que los palestinos puedan moverse en zonas que quedar¨¢n bajo control israel¨ª", explica Yehezkel Lein, uno de los coordinadores de B'tselem, una de las ONG israel¨ªes que examinan peri¨®dicamente los hechos sobre el terreno.
Dentro del muro
"Estas carreteras transcurrir¨¢n en gran medida dentro del muro, e Israel podr¨¢ controlarlas a su antojo para restringir los movimientos de los palestinos", a?ade. La obra -"irracional desde el punto de vista econ¨®mico", a juicio de Lein- requerir¨¢ soterrar la carretera con terraplenes en sus bordes y la construcci¨®n de t¨²neles. "Por motivos de seguridad", seg¨²n las autoridades hebreas.
Hoy d¨ªa es frecuente ver a los colonos jud¨ªos de Cisjordania circular en sus veh¨ªculos por el arc¨¦n para no perder tiempo en los controles militares. Los soldados les dan v¨ªa libre. No esperan. Pero no deja de suponer una molestia. "Hoy d¨ªa, si se monta un control en cualquier v¨ªa, tambi¨¦n les afecta. Con este sistema [de segregaci¨®n] se podr¨¢n colocar puestos militares en el lado palestino sin que los conductores israel¨ªes los padezcan", comenta Lein. Cuando entre en funcionamiento, los colonos de Cisjordania podr¨¢n acudir a sus empleos en Jerusal¨¦n sin padecer la menor molestia.
La nueva v¨ªa -llamada "f¨¢brica de vida" por las autoridades israel¨ªes, porque los palestinos podr¨ªan circular sin cortapisas- no es m¨¢s que una nueva modalidad en un sistema laber¨ªntico organizado a veces para beneficio de unos pocos. Existen carreteras construidas s¨®lo para unas decenas de usuarios. "El gran boom de la construcci¨®n de carreteras para colonos se dio en los a?os noventa, durante el proceso de Oslo, para impedir que israel¨ªes viajaran por zonas controladas por la Autoridad Nacional Palestina". Hoy ya existen en Cisjordania 24 tramos de v¨ªas -unos 315 kil¨®metros- totalmente vetados a los palestinos, o a las que muy pocos pueden acceder, con permiso del Ej¨¦rcito. En las que pueden utilizar, las restricciones -mediante los controles militares fijos y los m¨®viles, siempre sorprendentes- provocan desesperaci¨®n. A este tipo de vetos alude el ex presidente de Estados Unidos Jimmy Carter cuando equipara el apartheid surafricano con el r¨¦gimen de ocupaci¨®n que el Gobierno israel¨ª impone en los territorios ocupados.
En opini¨®n de Lein, impera la arbitrariedad. Los palestinos lo saben mejor que nadie y lo han interiorizado. En la autopista 443, una alternativa a la v¨ªa principal que conecta Jerusal¨¦n con Tel Aviv, la carretera transcurre en parte por la Cisjordania ocupada y, en teor¨ªa, los palestinos podr¨ªan acceder. No hay prohibici¨®n expresa. "El Ej¨¦rcito dice que no existe tal prohibici¨®n para entrar en la 443 o en otras carreteras, pero todos los pueblos ¨¢rabes tienen a la salida bloques de piedra o monta?as de arena cortando la entrada a la autopista. Los mandos dan ¨®rdenes verbales de las que no queda constancia", concluye Lein. Con la nueva carretera, siempre bajo llave israel¨ª, puede suceder lo mismo.
El 'modelo bantust¨¢n'
La anexi¨®n de los grandes bloques de colonias que el Estado sionista juzga irrenunciables -Maale Adum¨ªn, al este de Jerusal¨¦n; Gush Etzi¨®n, en el sur de Cisjordania, y Ariel, en el noroeste- conduce a la formaci¨®n de bantustanes, de territorios casi inconexos que dif¨ªcilmente pueden constituir un Estado viable.El ex primer ministro Ariel Sharon prefer¨ªa el vocablo "cant¨®n" -una referencia amable asociada a Suiza- al de bantust¨¢n, ligado al r¨¦gimen racista surafricano. Terminolog¨ªa al margen, lo que no admite duda es que Israel dise?a la frontera con el futuro Estado palestino a golpe de hecho consumado. El muro que rodea Cisjordania avanza imparable; una gran comisar¨ªa se edifica al este de Jerusal¨¦n, y se construyen carreteras para aislar pueblos ¨¢rabes en el ¨¢rea que Israel pretende anexionar.Cuando en 2002 comenz¨® a levantarse el muro de 700 kil¨®metros, el estamento pol¨ªtico hebreo esgrim¨ªa el argumento de la seguridad. Ahora, infinidad de dirigentes pregonan que el trazado de la barrera dibuja los ansiados l¨ªmites de Israel. Llevan tiempo en el empe?o.Si alrededor de Jerusal¨¦n las obras de infraestructura marchan a ritmo vertiginoso -la negociaci¨®n con el presidente palestino, Mahmud Abbas, no frena la colocaci¨®n de un ladrillo-, en la ribera del Jord¨¢n la presencia de poblaci¨®n palestina es ya testimonial. En la carretera 90, que bordea el r¨ªo Jord¨¢n, apenas hay tr¨¢fico. Los campesinos no acuden a sus huertas. Cisjordania, ya fraccionada, tambi¨¦n se est¨¢ estrechando.
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