En l¨ªnea de bajo coste y por la zona VIP
Los padres de Madeleine abandonan Portugal para preparar su estrategia ante la probable acusaci¨®n
Gerry y Kate McCann abandonaron ayer el Algarve, en el sur de Portugal para volver a su casa de Rothley (Reino Unido), tal y como hab¨ªan planeado antes de ser considerados sospechosos oficiales de la desaparici¨®n de su hija Madeleine. Aunque el s¨¢bado por la ma?ana dijeron que permanecer¨ªan en Portugal para ayudar en la investigaci¨®n y "limpiar su nombre", finalmente tomaron el avi¨®n reservado hace algunas semanas.
La compa?¨ªa elegida es una low cost (bajo coste), pero los McCann embarcaron a trav¨¦s de la zona VIP del aeropuerto de Faro y evitaron as¨ª al centenar de periodistas que los esperaban para filmar su marcha. Junto a ellos iban sus dos hijos peque?os, varios familiares y sus inseparables asesores de comunicaci¨®n. Una discreta protecci¨®n policial escolt¨® a la familia hasta la sala noble del aeropuerto. La pareja de m¨¦dicos brit¨¢nicos justific¨® el viaje en el deseo de normalizar la vida de los mellizos. Adem¨¢s, buscar¨¢n asesoramiento legal en su pa¨ªs para afrontar una m¨¢s que probable acusaci¨®n formal.
A las 6.30 de la ma?ana de ayer ya hab¨ªa actividad en las cercan¨ªas de la casa de los McCann, una bonita villa con vistas al Atl¨¢ntico situada en la urbanizaci¨®n Os Montinhos da Luz, a unos dos kil¨®metros del Ocean Club, el lugar de donde desapareci¨® Maddie. Una multitud de periodistas vigilaba la entrada. Pasadas las siete, poco antes del amanecer, Kate y Gerry subieron a su Renault Scenic de alquiler, el mismo donde los perros especializados hallaron restos del ADN de su hija, y salieron rumbo al aeropuerto. En el asiento trasero viajaban los mellizos de dos a?os, Sean y Amelie, acompa?ados de un familiar. En otro coche, les preced¨ªan sus asesores de prensa y algunos colaboradores.
Diez o doce veh¨ªculos con periodistas y c¨¢maras los siguieron sin incidencias durante los 90 kil¨®metros de camino hasta Faro.
Antes de partir, los McCann negaron rotundamente cualquier participaci¨®n en la desaparici¨®n de su hija, pero evitaron escrupulosamente criticar el trabajo de los investigadores, tal y como requiere su actual situaci¨®n procesal de arg¨¹idos, o sospechosos formales. El regreso a casa fue todo lo pac¨ªfico posible, dada la tensi¨®n acumulada. La pareja tiene libertad de movimientos, pero debe comunicar a la polic¨ªa lusa cualquier ausencia del pa¨ªs que dure m¨¢s de cinco d¨ªas. As¨ª lo hizo, y el pl¨¢cet obtenido de la polic¨ªa se interpreta aqu¨ª como el resultado de un nuevo cap¨ªtulo del serial, que deber¨ªa estar marcado por la cordura, seg¨²n el pacto de caballeros que habr¨ªan establecido sin hacerlo expl¨ªcito las autoridades brit¨¢nicas y las portuguesas. El primer s¨ªntoma de ese nuevo clima es que la polic¨ªa judicial ha dejado ver que tiene la certeza de que la pareja regresar¨¢ a Portugal en cuanto les mande la citaci¨®n para declarar ante el fiscal y el juez, lo que puede ocurrir "en cualquier momento", seg¨²n aventur¨® ayer la cadena Sky News.
A estas alturas, parece prematuro pronosticar si las pruebas e indicios que ha ido reuniendo la polic¨ªa lusa con la ayuda crucial de la brit¨¢nica acabar¨¢n fraguando en un juicio, o si el caso quedar¨¢ en una especie de limbo legal. Los restos de ADN de Madeleine encontrados en la habitaci¨®n donde desapareci¨® y en el Renault alquilado por Kate 25 d¨ªas despu¨¦s del d¨ªa de autos, y el olor a cad¨¢ver detectado por los perros brit¨¢nicos en dos prendas de ropa de la doctora, el peluche de la ni?a del que no se separa y, seg¨²n se ha confirmado recientemente, incluso en su Biblia de cabecera, ser¨¢n los elementos decisivos de esa acusaci¨®n, seg¨²n ha asegurado la prensa brit¨¢nica.
Esta sensaci¨®n de firmeza contrasta con el mensaje atribuido por Sky News a detectives sin identificar de que la investigaci¨®n "puede prolongarse durante un a?o", lo que significar¨ªa que el caso no quedar¨ªa zanjado con la llegada de los resultados finales de los an¨¢lisis del laboratorio de Birmingham, que se esperan de un d¨ªa para otro.
La polic¨ªa necesita encontrar el cuerpo de Maddie para poder armar un juicio s¨®lido. Ayer, se anunci¨® que se reanudar¨¢n las b¨²squedas en la zona de Praia da Luz. Adem¨¢s, la polic¨ªa judicial quiere citar de nuevo a declarar a todos los asistentes a la famosa cena del 3 de mayo en el restaurante Tapas del Ocean Club. El grupo de amigos, muchos de ellos m¨¦dicos como los McCann, tendr¨¢n oportunidad de verse de nuevo en su pa¨ªs. La polic¨ªa judicial deja traslucir que Kate y Gerry se proponen obtener asesoramiento legal para estudiar la mejor manera de afrontar su nueva situaci¨®n en Portugal.
La nueva actitud de unos y otros quiz¨¢ sirva para enfriar un caso que hab¨ªa llegado a temperatura de ignici¨®n en los dos ¨²ltimos d¨ªas, a ra¨ªz de los largos interrogatorios realizados a Kate y Gerry en Portim?o. Ayer la prensa local dijo que el fiscal Jos¨¦ Magalh?es Meneses, responsable de la investigaci¨®n, debati¨® con la polic¨ªa la petici¨®n inmediata de prisi¨®n preventiva para Kate, y que las dudas sobre la calificaci¨®n jur¨ªdica del delito -presunto homicidio involuntario u homicidio con posible dolo, m¨¢s supuesta ocultaci¨®n de cad¨¢ver- aconsejaron no hacerlo finalmente. La madre de Madeleine se salv¨® as¨ª de tener que pasar de una tacada de testigo (y v¨ªctima) a sospechosa y acusada por la desaparici¨®n de su hija.
La duda estriba ahora en saber si la polic¨ªa ha preferido no forzar demasiado la m¨¢quina ni demasiado r¨¢pido, si no ha podido hacerlo, o si ha ido ya todo lo lejos que pod¨ªa ir. Por un lado, es obvio que sin una confesi¨®n necesita reunir el mayor n¨²mero de pruebas. Por otro, sabe mejor que nadie que para los McCann ser calificados como sospechosos ha sido un golpe duro. Sucediese la desaparici¨®n de Maddie como sucediese -y nadie en Portugal maneja ni por asomo la posibilidad del homicidio voluntario-, la pareja ha perdido a su hija, una ni?a adorable. Y despu¨¦s de unos meses en los que el sufrimiento se mitig¨® con la fantas¨ªa de ser el centro de atenci¨®n de medio mundo, la polic¨ªa ha devuelto a la familia a una realidad muy cruda. Por mucha sangre fr¨ªa que se tenga, no debe ser f¨¢cil pasar de recibir consuelo y dinero a espuertas a escuchar abucheos y acusaciones en una comisar¨ªa de pueblo chapada con azulejos.
Ayer, sin ir m¨¢s lejos, los McCann no pudieron utilizar para volver a casa el avi¨®n privado que durante estos meses puso a su disposici¨®n un millonario escoc¨¦s. La reciente retirada de la p¨¢gina oficial del Vaticano del enlace a la web de Madeleine (findmadeleine.com); la obligaci¨®n de devolver la llave de la parroquia de Praia da Luz donde rezaban, con reprimenda incluida del obispo de Beja al cura que se la prest¨®; las presiones que han recibido para aclarar si pagar¨¢n a sus abogados con su propio dinero o con el de la fundaci¨®n que montaron, y las primeras voces cr¨ªticas en su propio pa¨ªs han debido hacer mella.
No es frecuente que los sospechosos oficiales de un delito abandonen un pa¨ªs con masiva escolta de medios y por la sala VIP del aeropuerto; quiz¨¢ los McCann deber¨ªan agradec¨¦rselo a algunos factores externos, l¨¦ase la hist¨®rica relaci¨®n de sinton¨ªa anglo-portuguesa, la vital importancia del turismo brit¨¢nico para la econom¨ªa del Algarve (14 de los 15 vuelos que sal¨ªan de Faro ayer de ma?ana iban al Reino Unido), y el hecho de que el primer ministro, Gordon Brown, sea escoc¨¦s y amigo del entorno de Gerry y Kate.
SOSPECHOSOS BAJO CONTROL
Los McCann tendr¨¢n que regresar en breve a Portugal para declarar.
El matrimonio puede viajar si lo comunica antes a la polic¨ªa.
Gerry y Kate usaron la zona VIP en el aeropuerto.
El fiscal se plante¨® pedir prisi¨®n para Kate.
La polic¨ªa citar¨¢ otra vez a los asistentes a la cena de la noche en que desapareci¨® Madeleine.
Los investigadores creen tener pruebas para abrir un proceso judicial.
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