Dos patrias
Qu¨¦ dif¨ªcil resulta hablarle a sus nietos y bisnietos sobre esa guerra que la oblig¨® a dejar su pa¨ªs. M¨¢s dif¨ªcil a¨²n es explicarles qui¨¦n fue su abuelo: el fundador del Partido Republicano Federal; el escritor, pol¨ªtico y jurista, el luchador incansable muerto en el exilio sin presenciar la ca¨ªda de Franco.
Aragon¨¦s de nacimiento, ?ngel Samblancat se traslad¨® desde muy ni?o a Barcelona, fund¨® y dirigi¨® en 1914 el peri¨®dico anarquista Los Miserables y estuvo al frente de muchos otros como La Campana de Gracia. En 1915 fue uno de los impulsores del Bloc Republic¨¤ Autonomista y en 1931, diputado al Congreso en las Cortes Constituyentes. Poco despu¨¦s de comenzar la Guerra Civil, fue nombrado presidente de la Audiencia Provincial de Barcelona y del Tribunal Popular Especial.
M¨¦xico y Catalu?a celebran con cuatro d¨ªas de diferencia su fiesta. Para los hijos del exilio la celebraci¨®n es doble
Su hija Dora Samblancat, a sus 80 a?os de edad, no habla mucho de la historia familiar: "Si mis nietos preguntan les hablo de ello, pero normalmente no pongo el tema en la mesa porque para m¨ª sigue siendo un episodio amargo. Quiz¨¢ alg¨²n d¨ªa se interesen por saber m¨¢s de mi padre; entonces les ense?ar¨¦ todos los documentos que conservo". Mientras eso sucede, en un ba¨²l de su casa en Ciudad de M¨¦xico permanece guardado un trozo de la historia de Espa?a, la que tiene que ver con la Espa?a revolucionaria.
"?ngel luch¨® hasta el final siempre por lo mismo, apoyando a las sociedades m¨¢s desvalidas. En Espa?a lo encarcelaron varias veces por su escritura cr¨ªtica y como abogado siempre estaba defendiendo a los obreros, no esperaba que le pagaran y a veces le recompensaban con pollos y conejos. Debo aclarar que mi padre no era anarquista, aunque muchos lo hayan encasillado as¨ª, era simpatizante del movimiento y manten¨ªa comunicaci¨®n con muchos de ellos, pero ¨¦l ten¨ªa clar¨ªsimo que la anarqu¨ªa era una utop¨ªa. Mi padre quer¨ªa un r¨¦gimen en el que hubiera una federaci¨®n con Estados que se administraran de manera independiente y su mentor m¨¢s importante fue Joaqu¨ªn Costa, a quien frecuent¨® mucho en su juventud", cuenta Dora al tiempo que se?ala algunas de las cartas que Costa escribi¨® a su padre, las cuales, siempre comenzaban con un "mi estimado amigo".
La familia Samblancat dej¨® Barcelona en 1939, ciudad donde naci¨® Dora y sus hermanas, as¨ª como su madre, Carmen P¨¦rez Mart¨ªnez: "Viv¨ªamos en la calle de Montpellier, n¨²mero 23 y cuando sucedieron los bombardeos del 39 salimos a Francia, donde estuvimos hasta 1942". Despu¨¦s vino el exilio y una nueva historia se iniciar¨ªa, primero en el barco Mar¨¦chal Liautey, que los transport¨® de Marsella a Casablanca y luego en el Nyassa, hasta M¨¦xico.
"Ten¨ªa yo 15 a?os y no era consciente de lo que estaba pasando. ?bamos con las persianas de las ventanillas cerradas durante la noche para que no saliera la luz del barco y en el trayecto vimos submarinos alemanes que nos vigilaban. Cuando llegamos al puerto de Veracruz, nos asombr¨® que estuviera tan iluminado, porque Francia siempre estaba de noche con las luces apagadas, y al llegar vimos las panader¨ªas tan exuberantes con esa abundancia, que contrastaba con la escasez de Europa. Nos admir¨® que en M¨¦xico nunca nadie nos pidiera papeles, porque est¨¢bamos acostumbrados durante el nazismo que en Francia nos requer¨ªan en la calle los documentos. Mi padre dec¨ªa que hab¨ªamos llegado a un pa¨ªs libre y que ¨¦l tendr¨ªa la oportunidad de expresarse de igual forma".
Al llegar a M¨¦xico, el pol¨ªtico y escritor ?ngel Samblancat ten¨ªa 55 a?os y pronto se volc¨® nuevamente al periodismo y la literatura. Fue corrector del peri¨®dico El Nacional de ese pa¨ªs y colaborador de Patria y Libertad y Espa?a Libre, de Argentina. En el exilio escribi¨® diversos ensayos y novelas siempre con su mirada cr¨ªtica y revolucionaria, tales fueron: Barro en las alas, Caravana nazarena, Hubo una Francia, Chamaca y su poema Plumero salvaje, entre otros.
- ?C¨®mo sobrellev¨® tu padre el exilio?
- Nunca regres¨® a Barcelona y siempre padeci¨® de una nostalgia terrible que convert¨ªa las historias en utop¨ªas e ideales; dec¨ªa que Espa?a era el mejor pa¨ªs del mundo, que los obreros despu¨¦s de su trabajo iban a las bibliotecas a leer, en fin. La Guerra Civil para ¨¦l fue el fracaso m¨¢s brutal de su vida porque pele¨® por algo que no prosper¨®, eso a m¨ª me duele, porque muchos exiliados tuvieron la oportunidad de regresar y ver un pa¨ªs democr¨¢tico; en cambio, mi padre muri¨® antes de la ca¨ªda de Franco.
-?C¨®mo vivi¨® tu padre sus ¨²ltimos a?os?
-Muri¨® de cirrosis. No tomaba alcohol ni fumaba, pero ten¨ªa un car¨¢cter muy fuerte y se indignaba tanto con la injusticia que todo le afectaba. Yo creo que muri¨® de eso. Hasta el final de su vida escrib¨ªa a m¨¢quina porque ten¨ªa una letra tan diminuta que era ilegible y lo hac¨ªa sin lentes con esa mirada muy penetrante que lo caracterizaba.
- Como exiliada, ?crees que vali¨® la pena la lucha de tu padre?
- S¨ª, claro, aunque veo muy mal la oposici¨®n que existe en el actual Gobierno, que me parece m¨¢s destructiva que constructiva. Pienso que las nuevas generaciones en Espa?a no se dan cuenta de que lo que tienen ahora, no es por los gobernantes actuales, sino por la lucha de muchos, entre ellos la de mi padre.
Cuando ?ngel Samblancat ancl¨® en Veracruz nunca pens¨® que ¨¦sa ser¨ªa la patria de sus descendientes. Dora tiene tres hijos, siete nietos y diez bisnietos, que celebran en septiembre las fiestas nacionales de sus dos patrias: Catalu?a y M¨¦xico. El d¨ªa 11 la primera y el d¨ªa 15 la segunda. Es en este mes cuando las banderas ondean recordando el origen al grito de: ?Viva M¨¦xico! ?Viva Catalu?a!
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