Una colaboradora de la fiscal Carla Del Ponte revela que EE UU y Rusia pactaron no capturar a Karadzic

Apoyada en un t¨ªtulo de alta carga simb¨®lica, Paz y castigo, Florence Hartmann, periodista y antigua portavoz de la fiscal¨ªa del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia, ha escrito un libro donde asegura que Estados Unidos, Rusia y el Reino Unido han entorpecido el arresto de los m¨¢ximos responsables del genocidio de Srebrenica: el l¨ªder pol¨ªtico serbobosnio Radovan Karadzic y su jefe militar, el general Ratko Mladic. Seg¨²n la autora, de los testimonios de ambos podr¨ªa deducirse que las potencias occidentales no evitaron a tiempo la matanza de cerca de 8.000 varones musulmanes perpetrada en aquella ciudad bosnia en 1995. Para eludir dicha responsabilidad, tanto Washington como Mosc¨² y Londres les habr¨ªan permitido ocultarse.

Sirvi¨¦ndose de documentos y notas confidenciales manejados durante los seis a?os en que trabaj¨® junto a Carla del Ponte, fiscal jefe del Tribunal (TPIY), Hartmann se?ala que este organismo sufre las consecuencias de la obstrucci¨®n de las mismas potencias que lo constituyeron en 1993. Del Ponte siempre ha dicho que Mladic y Karadzic estaban localizables, pero Belgrado no colaboraba lo suficiente para detenerlos. Su opini¨®n cambi¨® con la entrega de varios acusados de alto rango, el pasaporte necesitado por Serbia para negociar su ingreso en la UE.

Entre los pasajes m¨¢s significativos del libro, editado en franc¨¦s por Flammarion, figura la revelaci¨®n hecha en 2000 por el entonces presidente franc¨¦s, Jacques Chirac, a Del Ponte. "Que Karadzic siga libre es cosa de Rusia. Bor¨ªs Yeltsin

[presidente ruso hasta final de 1999] me ha dicho que Karadzic sabe demasiado de Milosevic

[ex presidente serbio] y nunca permitir¨¢ que le cojan".

Chirac tambi¨¦n le habr¨ªa dicho que durante la firma de los acuerdos de Dayton, que pusieron fin a la guerra de Bosnia en 1995, se habr¨ªa llegado a un pacto de caballeros con Karadzic. El mandatario galo reconoc¨ªa, sin embargo, no poder probarlo. Cuando la fiscal interpel¨® al general estadounidense Wesley Clark, representante entonces del Pent¨¢gono, obtuvo una respuesta bien distinta. Chirac habr¨ªa pactado con el l¨ªder serbobosnio a cambio de la liberaci¨®n de dos pilotos franceses.