Escuela de inmigrantes
En el curso escolar que empieza estos d¨ªas habr¨¢ alrededor de un 9,4% de estudiantes extranjeros en las aulas espa?olas (de 7,2 millones que estudian educaci¨®n no universitaria), m¨¢s del doble que hace cinco a?os. A pesar de que este fen¨®meno se est¨¢ viendo venir desde hace una d¨¦cada, la inmensa mayor¨ªa de estos ni?os sigue escolariz¨¢ndose en centros p¨²blicos (82%) y muy pocos estudian en colegios concertados. En 1996, los estudiantes inmigrantes representaban el 0,7%. Los constantes cambios legislativos que se han ido realizando en la ¨²ltima d¨¦cada no han abordado este problema, que provoca el florecimiento de un n¨²mero cada vez mayor de colegios p¨²blicos donde los inmigrantes llegan a representar el 80% del alumnado. Esta situaci¨®n, asimilable a un gueto escolar, lleva a un descenso del nivel educativo en numerosos centros, porque es evidente que no es lo mismo dar clase a 20 alumnos cuando 15 son extranjeros y hablan diferentes lenguas que cuando s¨®lo son tres.
La llegada de ni?os procedentes de otras culturas, que es sin duda un enriquecimiento para la educaci¨®n de los alumnos espa?oles y una escuela permanente de convivencia, se est¨¢ convirtiendo en un problema inquietante para el sistema educativo. No ha habido ninguna iniciativa pol¨ªtica que promueva la distribuci¨®n equitativa de los inmigrantes por todos los centros financiados con los impuestos de los ciudadanos, es decir, los p¨²blicos y los concertados.
La principal raz¨®n de esta acumulaci¨®n de alumnos en la escuela p¨²blica es que la mayor¨ªa de los colegios concertados, aunque muchas veces no lo reconozcan, escogen a sus alumnos, ya que la mayor¨ªa cobra cuotas, te¨®ricamente voluntarias, a todos sus estudiantes a trav¨¦s de fundaciones o de asociaciones de padres. Huelga decir que muchos padres de inmigrantes no pueden permitirse pagarlas y, a menudo, son ellos mismos los que se echan atr¨¢s a la hora de intentar matricular a su hijo en la concertada. La escolarizaci¨®n de los alumnos depende de comisiones formadas por representantes de los ayuntamientos, comunidades aut¨®nomas y diferentes sectores sociales. Aunque un Gobierno no puede entrar en las competencias municipales, s¨ª podr¨ªa implantar medidas que, por ejemplo, impidieran el cobro de cuotas en la escuela concertada -quiz¨¢ a cambio de revisar la cuant¨ªa de los conciertos-, o bien les obligaran a escolarizar a un m¨ªnimo de extranjeros.
La Espa?a multicultural y multirreligiosa que se est¨¢ formando no encaja ni con la lucha de una sola religi¨®n por mantener el monopolio de la educaci¨®n en valores ni con el empe?o de algunos en evitar la integraci¨®n de ni?os extranjeros en todo el sistema. El apoyo a la escuela p¨²blica para otorgar a todos los alumnos el derecho a una educaci¨®n de buen nivel no puede esperar m¨¢s. No debe seguir permiti¨¦ndose que ese abandono de lo p¨²blico siga causando la marcha masiva de muchas familias de clase media a la escuela concertada por miedo a dar a sus hijos una educaci¨®n de peor nivel.
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