Sobran las palabras
La selecci¨®n se ha convertido en un esperpento que supera sus raqu¨ªticos resultados y su ulceroso juego. Deslegitimada sobre el campo, fuera del c¨¦sped el equipo transmite una sensaci¨®n penosa: una tropa de federativos que se perpet¨²an a sus anchas desde hace 20 a?os, un t¨¦cnico desnortado y un grupo de jugadores sin car¨¢cter, incapaces de rebelarse, incapaces de aumentar los decibelios en situaciones de crisis. No hay un l¨ªder entre ellos. En conjunto, t¨¦cnicos, directivos y futbolistas forman una expedici¨®n bab¨¦lica en la que cada uno se gu¨ªa a su libre antojo.
La noche y ma?ana siguientes al p¨¦simo espect¨¢culo de Oviedo se sucedieron las espantadas de unos y otros: Luis se qued¨® mudo tras el partido, hizo un desplante a la opini¨®n p¨²blica y, a¨²n insatisfecho con su rid¨ªcula cruzada, regres¨® a Madrid por carretera junto a su principal ayudante, Jes¨²s Paredes. ?l, tan sabio como dicen, tan curtido tras m¨¢s de 30 a?os en los banquillos, no quiso arrimarse al vuelo oficial, al ch¨¢rter contratado por el ¨®rgano federativo que le paga y en el que abundan los periodistas. Luis est¨¢ molesto porque considera que se ha orquestado una campa?a medi¨¢tica en su contra. Hasta el punto de que en el Carlos Tartiere lleg¨® a pensar que el espectador que le dio la matraca toda la noche con un altavoz era alguna marioneta teledirigida por una imaginaria pe?a de plumillas antiluis. No hay rastro de tama?a conspiraci¨®n, pero, en cualquier caso, Aragon¨¦s nunca dijo nada cuando una mayoritaria orquesta period¨ªstica le aup¨® al banquillo nacional. "No veo normal que la prensa quiera echar a una persona porque le d¨¦ la gana", sostuvo el martes en su ¨²ltimo encuentro con los periodistas. Una deriva similar a la mayor¨ªa de sus predecesores, que siempre esgrimieron campa?as en contra para justificar la incompetencia deportiva de sus equipos.
Espa?a debe encender el ventilador; el 'modelo Villar' se agot¨® hace 20 a?os
Con Luis se repite la historia. Lleg¨® al cargo convencido de que el f¨²tbol espa?ol no sab¨ªa competir. Tres a?os despu¨¦s, tampoco. Ni siquiera es ya un referente para los futbolistas, por mucho que ¨¦stos se empe?en en maquillar su relaci¨®n. S¨®lo as¨ª se entiende que no le hicieran caso en Islandia, donde el entrenador les reclam¨® rasear la pelota y ellos se liaron a pelotazos. "En situaciones puntuales no sabemos qu¨¦ hacer", desliz¨® Xavi el martes. A la vuelta de Reikiavik Luis reclam¨® a la plantilla "mayor compromiso". En definitiva, con ¨¦l Espa?a no es m¨¢s competente, el juego le deprime incluso a ¨¦l, los jugadores no le atienden como deb¨ªan y el compromiso, al parecer, era cuestionable y necesitaba ser reforzado. No es necesario que Luis articule discurso alguno. Hasta pudiera resultar contraproducente. Con ¨¦l Espa?a no ha mejorado su cr¨¦dito deportivo y, encima, su incontinencia verbal y gestual ha sido un foco infeccioso para la imagen del f¨²tbol espa?ol, marca que tendr¨ªa que fidelizar como nadie el seleccionador. A sus 69 a?os, Luis deber¨ªa abrochar su meritoria carrera de otra forma. Tuvo que hacerlo cuando lo prometi¨®, tras el Mundial de 2006, y se hubiera evitado buscarse ahora un escondite.
Una pr¨¢ctica, la del refugio, muy propia de su superior, ?ngel Mar¨ªa Villar, sin parlamento desde que llegara al cargo hace dos d¨¦cadas. Villar abandon¨® Oviedo tras el partido, de madrugada, en un veh¨ªculo tintado con aire ministerial y con un puro entre los dientes. Un pase¨ªllo pat¨¦tico mientras la selecci¨®n se desmorona, mientras ¨¦l contrata a Fernando Hierro como director deportivo cuando a principios de a?o tiene que convocar elecciones por orden del CSD. Pero, convencido como est¨¢ de que gestiona una empresa particular, pretende pleitear y darse por aludido. Con o sin el soplo de Hierro el presidente tiene que decidir ahora si Luis est¨¢ en condiciones de pilotar a Espa?a en el decisivo duelo de Copenhague del 13 de octubre. Con su espantada asturiana no parece recomendable, pero Villar ha estado m¨¢s ocupado de contratar un amistoso en Helsinki d¨ªas despu¨¦s del ¨®rdago dan¨¦s. Un disparate: si a Espa?a le sale cruz, la convivencia en Finlandia ser¨¢ infernal.
Y quedan los jugadores, que en la ma?ana de ayer partieron de Oviedo cada uno por su lado. S¨®lo cinco subieron al ch¨¢rter. Y s¨®lo cuatro hablaron tras el partido: Albelda, Casillas, Joaqu¨ªn y Cesc. Al parecer a ellos les molesta que se les compare con los internacionales del baloncesto, capaces de popularizarse mucho m¨¢s desde su pasarela, por la que desfilan con normalidad, simpat¨ªa y buenos resultados. Es el veredicto del pueblo, el mismo que, pese a todo, mima a sus futbolistas como a nadie.
Con este paisaje al f¨²tbol espa?ol no le queda m¨¢s remedio que encender el ventilador cuanto antes. Esta vez no s¨®lo hace falta relevar al t¨¦cnico. Los hechos mandan. El modelo Villar se agot¨® hace 20 a?os.
Sobran las palabras.
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