Morales por naturaleza

?Ser seres morales nos distingue o nos acerca a los animales? Es decir, el germen de nuestra moralidad ?estaba en nuestros ancestros evolutivos y lo compartimos con los grandes simios actuales o, sencillamente, es una novedad evolutiva exclusiva de los humanos? Si es una fina capa que recubre muy al final la cebolla de nuestro ser o est¨¢ en el interior de cada uno de nosotros, como las instrucciones para aprender a hablar, la cuesti¨®n est¨¢ en plena efervescencia. Fil¨®sofos, et¨®logos, evolucionistas y primat¨®logos discuten en este libro si la moral es una originalidad humana estudiando los comportamientos de los simios y analizando cu¨¢nto hay en ellos de moral, cu¨¢nto de decisi¨®n y cu¨¢nto de instinto.

No es un libro sencillo, aunque s¨ª es apasionante, como es apasionante saber si nuestra moralidad, distinguir lo bueno y lo malo, es una elecci¨®n o un destino natural. Frans de Waal se plantea estas preguntas con el bagaje de muchos a?os de trabajo con simios, con miles de horas de observaciones suyas y de otros colegas para analizar el sentido de la justicia en los bonobos (los chimpanc¨¦s pigmeos) y la manera en la que las hembras de chimpanc¨¦ com¨²n liman las disputas entre los machos, entre otros muchos comportamientos que, a primera vista, dir¨ªamos exclusivamente humanos. No en vano los humanos no dejamos de ser, para Jared Diamond, el tercer chimpanc¨¦.

Adem¨¢s del texto de Frans de Waal, basado en las Tanner Lectures que imparti¨® en la Universidad de Princeton en el a?o 2004, se incluyen en el libro cuatro comentarios cr¨ªticos de los fil¨®sofos Christine M. Korsgaard, Philip Kitcher y Peter Singer, y del periodista cient¨ªfico Robert Wright, que a su vez son refutados por De Waal. Un di¨¢logo rico e interesante que hace avanzar el libro de una manera muy peculiar y que permite volver a las ideas expuestas con otro nuevo giro.

No hay duda, para De Waal,

de cu¨¢l es la respuesta a estas dudas: "Las normas morales no est¨¢n grabadas a fuego en el genoma. (...) No nacemos con ninguna normal moral concreta en mente, sino con una agenda para el aprendizaje que nos indica qu¨¦ informaci¨®n debemos absorber. (...) Debido a que una agenda para el aprendizaje similar es la que subyace en la adquisici¨®n del lenguaje, veo algunos paralelismos entre los fundamentos biol¨®gicos de la moralidad y los del lenguaje". Miles de horas estudiando muchos tipos de monos avalan la hip¨®tesis del primat¨®logo.

Para ¨¦l las posibilidades est¨¢n ah¨ª, como est¨¢ la capacidad de los humanos para aprender una lengua al nacer, sea cual sea. Y est¨¢n ah¨ª, formando parte de nuestra condici¨®n humana porque "toda moralidad humana forma un continuo con la sociedad de los primates". Frans de Wall (Holanda, 1948), profesor de la Universidad de Emory (Atlanta, Estados Unidos), es psic¨®logo, primat¨®logo y et¨®logo, y autor de La pol¨ªtica de los chimpanc¨¦s. Para De Waal, nuestros sistemas morales "no est¨¢n transformando radicalmente el comportamiento humano: sencillamente, potencian capacidades preexistentes". De Waal, acusado por sus cr¨ªticos de haber antropoformizado sus investigaciones y sus conclusiones al juzgar desde la ¨®ptica humana comportamientos animales, asegura, tras distinguir el buen y el mal antropomorfismo, que "el antropomorfismo asume las existencias de experiencias similares en humanos y animales, que es exactamente lo que cabr¨ªa esperar en el caso de que hubiera procesos subyacentes compartidos".

En algunos pasajes la disputa

conecta intelectualmente con No piense en un elefante, de George Lakoff, y la reflexi¨®n del modelo de familia, y de sociedad, para los dem¨®cratas y los republicanos en Estados Unidos. La naturaleza es buena y s¨®lo hay que encaminar a los ni?os con afecto o el mal est¨¢ ah¨ª y hay que saber defenderse de ¨¦l. Es la naturaleza la que nos dota de la capacidad de distinguir el bien y el mal, que ha de ser potenciado por la sociedad o, por el contrario, ser humanos es, precisamente, combatir todo el mal que est¨¢ ah¨ª afuera. La moral, la pol¨ªtica y la ideolog¨ªa, despu¨¦s de todo, tambi¨¦n las compartimos con los chimpanc¨¦s.