Barbate quiere sonre¨ªr
La tragedia del 'Nuevo Pepita Aurora' hunde a un pueblo marcado por las dificultades
A Barbate no lo quieren ni los carteles en el asfalto. La autov¨ªa A-48, que une la bah¨ªa gaditana con el municipio de Vejer de la Frontera, se interrumpe bruscamente poco antes de alcanzar el desv¨ªo barbate?o. Tras una curva cerrada un min¨²sculo letrero, apenas perceptible para los nuevos viajeros, se?ala el camino. Para el alcalde, Rafael Quir¨®s (PSOE), las exiguas indicaciones que gu¨ªan hasta su pueblo son un s¨ªmbolo.
El municipio, con 3.000 desempleados, tiene una tasa de paro del 34%
El Ayuntamiento de la localidad gaditana tiene 70 millones de euros en n¨²meros rojos
"?Qui¨¦n va a venir aqu¨ª si ni siquiera se anuncia en la carretera?", protesta. Barbate ha sufrido la tragedia del naufragio del pesquero Nuevo Pepita Aurora, con tres marineros muertos y otros cinco desaparecidos, cuando estaba intentando salir de su propio hundimiento. Han vuelto las l¨¢grimas a un municipio que le cuesta sonre¨ªr.
En el taller de Rafael Narv¨¢ez se resume Barbate en apenas diez metros cuadrados. Este viejo marinero centra sus esfuerzos diarios en cuidar de su peque?o local en el puerto pesquero. Hay muchas fotograf¨ªas. Algunas enmarcadas y visibles. Otras guardadas en ¨¢lbumes. "As¨ª era esto hace 20 a?os", explica mientras apunta con el dedo un muelle barbate?o en blanco y negro repleto de barcos, formando filas de hasta seis pesqueros desde el cantil. La imagen actual, justo enfrente del taller de Rafael, no puede ser m¨¢s diferente. En el puerto apenas hay amarrados cuatro barcos que funcionan. Otros son casi chatarra flotante. La flota se reduce ahora a apenas una treintena de pesqueros artesanales pero que dan de comer a buena parte de los 22.600 habitantes de un pueblo que trata de mirar al turismo y la industria como sus salvavidas frente a la crisis del sector tradicional.
Muchos bolsillos barbate?os est¨¢n vac¨ªos. Los primeros, los del Ayuntamiento. 70 millones de euros en n¨²meros rojos, de los que 24 son deudas directas con la Seguridad Social. "No podemos pedir subvenciones mientras no solucionemos ese problema", lamenta el primer edil. As¨ª que la renovaci¨®n de la renqueante flota de coches de la polic¨ªa local o la nueva gr¨²a municipal tendr¨¢n que esperar . Rafael Quir¨®s fue elegido por primera vez alcalde el pasado 27 de mayo y en estos meses ha comprobado las dificultades de ser quien manda en Barbate. Su inminente antecesor, Juan Manuel de Jes¨²s, del PP, ha explicado muchas veces que renunciaba a ir a la playa del pueblo para evitar a los vecinos que le abordaban en la arena y le reclamaban dinero para comer o la soluci¨®n inmediata a sus carencias diarias. Barbate sufre una tasa de paro del 34%. Un tercio de sus 3.000 desempleados no tuvo empleo anterior y sobre todo solicita mayoritariamente trabajo sin cualificaci¨®n. La renta media anual declarada alcanza los 12.000 euros aunque no es extra?o ver a muchos j¨®venes en grandes coches o motos de sospechosa procedencia. Durante un tiempo Barbate fue un municipio marcado por la inseguridad ciudadana. Los grupos rurales de seguridad de la Guardia Civil tuvieron que instalarse hace cuatro a?os durante varios meses en sus calles para controlar los disturbios que favorec¨ªa la delincuencia del narcotr¨¢fico. Cuentan los agentes del Instituto Armado que Barbate siempre se pon¨ªa al final en las solicitudes de destino en la provincia de C¨¢diz. La situaci¨®n hoy ha mejorado considerablemente, aunque nombres como el del narco Ant¨®n o casos todav¨ªa en los juzgados como la Operaci¨®n Estela sigan vinculando el nombre del pueblo con la lacra de la droga.
El anterior alcalde ofreci¨® una campa?a de imagen para devolver la sonrisa a sus vecinos. Barbate, la mar de buena gente. ?se era el lema principal. Los barbate?os se han acostumbrado a esperar. Hace casi ocho a?os que el entonces ministro de Pesca, Miguel Arias Ca?ete, anunci¨® la construcci¨®n de un pol¨ªgono industrial para diversificar la econom¨ªa local. Todav¨ªa no funciona aunque las primeras naves terminadas se asoman ya en la carretera de entrada al pueblo. Es un espacio para crear empleo. Un lugar para la esperanza. Gran parte de las empresas all¨ª ubicadas tendr¨¢n relaci¨®n con el sector pesquero. Algunos marineros podr¨¢n ser recolocados. Pero, sobre todo, sus hijos. Pocos padres quieren dejar en herencia la profesi¨®n en el barco. Los pesqueros barbate?os regresaron este a?o a su caladero tradicional, el de Marruecos, pero las ilusiones se rompieron muy pronto. La pesca est¨¢ resultando escasa, los viajes demasiado largos y, por encima, ocho vidas que se quedaron en el camino del Nuevo Pepita Aurora.
La tragedia no ha hecho m¨¢s que acentuar las necesidades del pueblo. Ha agrandado sus carencias. En el puerto deportivo no hay parada de taxis que recoja a los visitantes. Tampoco ning¨²n gran hotel que aloje a los reci¨¦n llegados en barco, esos turistas de gran poder adquisitivo que terminan por irse a dormir a Conil o Vejer. Pero, al mismo tiempo, el drama ha puesto en evidencia tambi¨¦n sus enormes posibilidades para crecer. El turismo es el gran sue?o de futuro pero no hay dinero con el que apostar.
El Ayuntamiento quiere una nueva carretera que conecte directamente con el puerto y un hotel frente a ¨¦l. Tambi¨¦n plantea un complejo tur¨ªstico en los Ca?os de Meca, una circunvalaci¨®n para Zahara de los Atunes, un segundo pol¨ªgono industrial, un renovado centro de salud, un museo o una escuela de hosteler¨ªa. El presidente de la Junta de Andaluc¨ªa, Manuel Chaves, anunci¨® en una reciente visita a los familiares de los desaparecidos que la localidad recibir¨ªa ayudas. El alcalde se apresur¨® a aclarar que no se cambiar¨¢n inversiones por muertos pero s¨ª reconoci¨® que la tragedia del Nuevo Pepita Aurora tiene que ser un "punto de inflexi¨®n" que acelere los gestos para cambiar Barbate. Para conseguir un pueblo digno de anunciarse en grandes carteles.
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