Murcia herida y redimida

Afortunadamente, la cornada en el escroto que se llev¨® ayer en Murcia ante sus paisanos el bueno de Pep¨ªn Liria, no result¨® ser tan grave como parec¨ªa en un principio. Jos¨¦ Tom¨¢s es mucho Jos¨¦ Tom¨¢s y hab¨ªa que dejar a la tierra en buen lugar, raz¨®n por las que el torero de Cehej¨ªn baj¨® sus precauciones. Y es que dos temporales conmovieron este fin de semana Murcia. Uno, mal¨¦fico, inund¨® media provincia y arras¨® las cosechas. Otro benigno, de toreo llevado al l¨ªmite, pudo contribuir a consolar a los murcianos de tanto da?o: el cicl¨®n Tom¨¢s se present¨® cargado de aparato el¨¦ctrico para volver a decir aqu¨ª estoy yo y que nadie se mueva en la foto, que aqu¨ª el que pone los pelos como escarpias es mi menda Esta vez parece que le dio por el temple y el reposo, como si fueran el sedante necesario para el duro trance por el que pasa Murcia. Como gesto de solidaridad con el compa?ero herido, ni El Fandi, que cort¨® una oreja en cada toro, ni el propio Tom¨¢s, con cuatro, quisieron salir a hombros por la puerta grande del coso de La Condomina.

En el extremo norte de la geograf¨ªa taurina, N?mes, hubo ayer doble sesi¨®n de toros y triple salida por la llamada puerta de Los C¨®nsules. En la matinal, la atravesaron Hermoso de Mendoza, que estuvo en Hermoso de Mendoza, con cuatro orejas y un rabo en la mano, y Juan Bautista, que exhibi¨® su clasicismo proverbial, con tres. Por la tarde, c¨®mo no, Miguel ?ngel Perera que empieza a mostrarse intratable, deleit¨® a los exigentes aficionados del Midi franc¨¦s con un toreo en el que priv¨® la hondura sobre la espectacularidad, que tambi¨¦n tuvo. El fallo con la espada de su segundo enemigo le impidi¨® obtener un triunfo de esc¨¢ndalo. Dan ganas de verle enfrentado en un mismo cartel con Tom¨¢s, para hacerse una composici¨®n de lugar sobre la distancia real que actualmente existe entre el hacer de uno y otro. El Cid campe¨® en la tarde de ayer por Albacete, y, al parecer, estuvo hecho un Quijote de la t¨¦cnica y el temple que choc¨® con el molino de viento de la presidencia que solo le otorg¨® una oreja. Se cuenta que Talavante anduvo algo sanchopancesco. Manolo S¨¢nchez, en fin, abri¨® tambi¨¦n la puerta grande de su ciudad natal de Valladolid.