Gana el Madrid, juega el Almer¨ªa

Con el equipo a la bartola y varios apa?os arbitrales, el Madrid encaden¨® su tercera victoria en la Liga. Esta vez, no hubo rastro del cosm¨¦tico y atractivo equipo de las dos primeras jornadas. En Chamart¨ªn s¨®lo dejaron huella el Almer¨ªa, altivo y descarado, y un ¨¢rbitro superado por la enjundia de una plaza como la de Chamart¨ªn. El trance final del encuentro fue significativo: con diez, por capricho del colegiado, el cuadro andaluz, mejor toda la noche, atrincher¨® a su her¨¢ldico rival. Sometido, el Madrid salv¨® el duelo sin grandeza, apurado de forma inopinada; pero mantiene el liderazgo.

Brioso como nunca, Guti fue el ¨²nico madridista enchufado al encuentro, el agitador del juego

Ya fuera por el traj¨ªn semanal de los internacionales o por los m¨¦ritos del Almer¨ªa, el Madrid sed¨® el partido desde el inicio. Le falt¨® voltaje, entusiasmo. Nada que ver con el seductor equipo de las dos primeras jornadas. Desde el primer instante, el Almer¨ªa le quit¨® la pelota, cortocircuit¨® por tanto la alianza entre Guti y Sneijder y el equipo de Schuster se qued¨® a la intemperie, con la mayor¨ªa de sus jugadores como estalactitas, sin movimiento alguno. Con el Madrid fuera de onda apareci¨® una versi¨®n desconocida de Guti. Del canterano cabe esperar cualquier cosa, pero ayer, a falta de plasticidad, al segundo capit¨¢n le dio por remangarse: peg¨® y quit¨® mucho m¨¢s que Diarra. Brioso como nunca, Guti fue el ¨²nico madridista enchufado al encuentro, el ¨²nico capaz de agitar el juego. Da la sensaci¨®n de que por fin Guti se siente importante, una excelente noticia para el Madrid.

No hubo quien secundara a Guti, como si el resto del equipo estuviera fundido. Sin huellas de un gladiador como Sergio Ramos, ni del art¨ªstico Robinho, ni del clarividente Sneijder -ausente del juego, dinamitero con el bal¨®n detenido- ni del debutante Heinze. Todos se exprimieron entre semana, algunos en Estados Unidos (Robinho) y Australia (Heinze y Saviola). Dos de ellos, el brasile?o y el lateral argentino fueron relevados tras el primer acto. Tan tieso hab¨ªa estado el equipo, que Schuster reaccion¨® de inmediato en el descanso.

Pero no ser¨¢ la primera vez que el Madrid pague el ¨¦xodo de sus internacionales. Y eso que s¨®lo se han disputado tres jornadas de Liga, y la Champions no abre el tel¨®n hasta el martes. Por la misma causa no pudo jugar Van Nistelrooy, lastimado o asfixiado tras su periplo en Albania. El holand¨¦s se cay¨® del equipo a ¨²ltima hora, cuando Schuster ya hab¨ªa decidido dejar en la tribuna a Soldado, de los pocos que pudieron abanicarse durante la semana. El t¨¦cnico alem¨¢n se inclin¨® por Saviola, que apareci¨® en el momento justo y en su ¨²nica intervenci¨®n meritoria caz¨® el gol del pillo, un rebote del poste tras un remate lejano de Ra¨²l -suerte que apenas ha practicado el capit¨¢n a lo largo de su carrera-. Nada m¨¢s hizo el Madrid en ataque, al menos mientras su adversario jug¨® con once. En realidad todo lo sustancial lo hizo el Almer¨ªa, al que le falt¨® pegada ante Casillas y m¨¢s imparcialidad de ?lvarez Izquierdo, un ¨¢rbitro catal¨¢n que recuerda, por su credo, a la inmensa mayor¨ªa de sus predecesores: m¨¢ximo respeto al grande, indiferencia ante el d¨¦bil. El Almer¨ªa se fue de Chamart¨ªn con un gol v¨¢lido anulado -Higua¨ªn abort¨® el fuera de juego de Uche-, la injusta expulsi¨®n de Crusat, que seg¨® la pelota a Saviola en una contra madridista y con un penalti favorable birlado.

Ni siquiera el cantazo arbitral destempl¨® al Almer¨ªa, un equipo valiente de principio a fin. En la l¨ªnea que distingue al f¨²tbol espa?ol, el conjunto de Emery, un reci¨¦n ascendido, desfil¨® por un capitolio como el Bernab¨¦u con una apuesta encomiable, con un 4-3-3 extinguido hace a?os por una cobard¨ªa general, y siempre trat¨® con mimo a la pelota. Equipos as¨ª multiplican el optimismo y embellecen una Liga como la espa?ola. En Madrid, el Almer¨ªa no se achic¨® ni en el calentamiento. Fue mejor de principio a fin, incluso en el tramo final, cuando el ¨¢rbitro le ten¨ªa al borde de un ataque de nervios y con s¨®lo diez jugadores. Resisti¨® el Madrid y sum¨® su tercer triunfo en las tres primeras jornadas, una suma sin precedentes desde los lejanos tiempos de Radomir Antic en el banquillo. En esta ocasi¨®n, sin brillo.