"Estimularemos el mercado de hoteles de lujo en Tenerife"
El grupo hotelero acaba de adquirir la gesti¨®n del complejo de lujo Abama en Gu¨ªa de Isora
Originario del Reino Unido, Simon Cooper empez¨® su carrera en la hosteler¨ªa hace m¨¢s de treinta a?os en Canad¨¢ y desde 2001 es presidente y chief operations officer de la cadena Ritz-Carlton Hotels, con sede en Washington. En su ¨²ltima visita rel¨¢mpago a Madrid, su suite "desgraciadamente" ten¨ªa vistas al Prado. "Tengo que verlo sabiendo que no tengo tiempo para visitarlo", explica. La compa?¨ªa acaba de adquirir la gesti¨®n del complejo de lujo Abama, en Gu¨ªa de Isora (Tenerife). Espa?a se convierte as¨ª en el primer destino europeo, con tres hoteles gestionados por la cadena, con el hotel Arts de Barcelona y el Villa Padierna de M¨¢laga. El Ritz de Madrid no est¨¢ gestionado por la empresa estadounidense, aunque dispone de un acuerdo comercial.
"Hace 20 a?os, los clientes eran principalmente hombres. Hoy hay m¨¢s familias y los clientes son m¨¢s j¨®venes, visten menos formal"
"Despu¨¦s de Pek¨ªn, estamos construyendo tres hoteles m¨¢s en China. Hay un fuerte mercado del lujo all¨ª, el crecimiento econ¨®mico es bueno"
"Ahora que tenemos Abama, habr¨¢ clientes que se dir¨¢n: 'Hemos ido a Barcelona dos veces, ?por qu¨¦ no ir a Tenerife?"
Pregunta. ?Viaja mucho por el trabajo?
Respuesta. No s¨®lo por el trabajo, aunque s¨ª principalmente, pero el caso es que viajo durante el 90% del tiempo. Pero, francamente, la mayor¨ªa de las veces consigo combinar trabajo y placer. Me encanta viajar, y Madrid es una gran ciudad a la que visitar.
P. ?Conoce el precio de las habitaciones de sus hoteles?
R. Depende mucho del mercado. En las grandes ciudades cosmopolitas como Nueva York, Mosc¨² y, desde luego, Par¨ªs es de unos 700 d¨®lares por una habitaci¨®n normal. Madrid es m¨¢s barata, tiene precios por debajo que Barcelona.
P. ?A qu¨¦ se debe?
R. De nuevo es el mercado. Barcelona ha hecho un gran trabajo con los Juegos Ol¨ªmpicos de 1992. Ha creado demanda, tanto de clientela de negocio como de ocio. Adem¨¢s tiene mucho tr¨¢fico de cruceros.
P. Con la nueva adquisici¨®n en Tenerife, Espa?a es el pa¨ªs europeo con m¨¢s hoteles de su cadena. ?Es uno de sus mercados prioritarios en Europa?
R. Es un gran mercado para nosotros. A menudo lo que ocurre es que tenemos ¨¦xito en un hotel, el mercado lo ve y piensa en c¨®mo repetirlo. Siempre digo que funcionamos bien en China porque nos movimos a Shanghai e hicimos un buen trabajo. Tenemos ¨¦xito en Tokio porque empezamos en Osaka hace 10 a?os. En Espa?a, tenemos el hotel Arts de Barcelona, reconocido en todas partes, y es un gran ¨¦xito financiero.
P. Tambi¨¦n contar¨¢ la relaci¨®n con los clientes...
R. Nosotros siempre decimos que tenemos cuatro distritos electorales. Servimos a nuestros clientes, a nuestros empleados, a nuestros propietarios y a nuestras comunidades. Si ninguno de los tres primeros estuviera contento con lo que hacemos, no tendr¨ªamos ¨¦xito. Pero s¨ª, los clientes son cr¨ªticos. Y tener una cadena global ayuda mucho porque tenemos hoteles de ¨¦xito en todas partes del mundo. Ahora que tenemos Abama habr¨¢ clientes que se dir¨¢n: "Hemos ido a Barcelona dos veces, ?por qu¨¦ no ir a Tenerife?". Tenemos que ser muy cre¨ªbles con nuestros clientes y nos seguir¨¢n a donde vayamos.
P. Ha estado en el negocio m¨¢s de treinta a?os...
R. Gracias por record¨¢rmelo, s¨ª.
P. ?C¨®mo ha evolucionado el mercado de hoteles de lujo en este tiempo?
R. Ha cambiado dr¨¢sticamente debido a la clientela. Hace veinte a?os, los clientes eran principalmente hombres, vestidos de traje y de mi edad. Hoy hay m¨¢s familias y los clientes son m¨¢s j¨®venes, visten menos formal, y hay m¨¢s diversidad de g¨¦nero y cultural.
P. ?C¨®mo se adapta a estos cambios?
R. Para la industria es dif¨ªcil porque una vez que tienes construido un edificio como, por ejemplo, el Ritz de Madrid, no tienes muchas opciones. Nosotros trabajamos mucho los restaurantes y spas. Incluso en nuestros hoteles tradicionales podemos tener restaurantes y spas poco tradicionales. Acabamos de abrir el Ritz-Carlton de Dallas, con una arquitectura y un dise?o bastante tradicional, pero el restaurante es algo totalmente diferente. Tiene seis o siete ¨¢reas, es muy energ¨¦tico, muy europeo, y con mucha m¨²sica. Supone un gran contraste con el hotel. Tenemos que hacer este tipo de cosas porque los hoteles han sufrido durante demasiado tiempo el que sus clientes abandonasen el hotel para ir a cenar. Bajo el paraguas del Ritz intentamos atraer a los mejores profesionales en su campo para refrescar al m¨¢ximo nuestros hoteles.
P. Pero ?tambi¨¦n construye edificios modernos?
R. Lo hacemos en los lugares apropiados. Nuestro hotel en Nueva York, por ejemplo, es contempor¨¢neo. El de Barcelona tambi¨¦n lo es bastante porque la ciudad es muy contempor¨¢nea. Dicho esto, construimos nuestros contempor¨¢neos de manera cl¨¢sica porque no queremos que pasen de moda.
P. ?Cu¨¢les han sido los factores clave para la adquisici¨®n de Abama?
R. Hay muchas cosas pr¨¢cticas que nos han gustado del hotel en Tenerife. La isla tiene una gran conexi¨®n a¨¦rea. Luego, el hecho de que Abama est¨¦ separado del resto de los hoteles y que tenga su propio campo de golf y playa tambi¨¦n ha sido clave. Estamos rodeados de pl¨¢tanos no de hoteles. Eso es algo muy importante, porque Tenerife no hubiera estado entre nuestros destinos prioritarios. Anticipamos que estimularemos el mercado de hoteles de lujo ah¨ª.
P. ?Est¨¢ seguro?
R. No conozco ning¨²n mercado en el que hayamos entrado y que haya bajado. Puedo asegurar que nuestros competidores tienen a personal all¨ª buscando hoteles y nuevas oportunidades. Yo hago lo mismo. Adem¨¢s, Tenerife tiene todos los atributos f¨ªsicos: el clima, la distancia con los principales mercados y la seguridad.
P. ?Es Asia su principal mercado?
R. Tenemos proyectos que estamos ya construyendo. Es una prioridad. Despu¨¦s de Pek¨ªn estamos construyendo tres hoteles m¨¢s en China. Hay un fuerte mercado del lujo all¨ª, el crecimiento econ¨®mico es bueno y hay un gran segmento de viajeros de negocios.
P. ?Y Europa?
R. Es m¨¢s complicado. Por ejemplo, para abrir un hotel en Madrid hay pocos edificios para hacerlo. Nuestros clientes nos esperan en esos pocos edificios. Si cualquiera de ellos entrara en el mercado, habr¨ªa una lucha por ellos, no s¨®lo por parte de los hoteles, sino de promotores de residencias y de oficinas. Adem¨¢s, la mayor¨ªa de los edificios que entran en el mercado son demasiado peque?os.
P. ?Cu¨¢les son las mayores dificultades a las que se enfrenta el negocio?
R. Las mayores dificultades probablemente son las incertidumbres globales. No hablo de la reciente incertidumbre financiera, no creo que eso haya acabado todav¨ªa. Me refiero a los huracanes, el terrorismo y, sobre todo, las epidemias. Otra gripe aviar ser¨ªa algo terrible, la primera tuvo un enorme impacto. Creo que habr¨¢ un efecto a corto plazo de la crisis hipotecaria, espero que de corto plazo, pero nuestros grandes miedos son siempre los tsunamis, el terrorismo y las epidemias.
P. Desde que lleg¨® a la presidencia de la cadena ha abierto decenas de nuevos establecimientos y sus hoteles han recibido cantidad de distinciones. ?Hay algo que cambiar¨ªa de su gesti¨®n?
R. Ojal¨¢ hubiese empezado m¨¢s agresivamente en materia de medioambiente. Lo cierto es que como industria podr¨ªamos haberlo hecho mucho mejor. Especialmente en Estados Unidos a la hora de tratar residuos. Utilizamos muchas botellas de pl¨¢stico. S¨®lo en el Ritz-Carlton de Boston ponemos siete millones de botellas cada a?o en los vertederos. Puede que seamos mejores que una refiner¨ªa o una miner¨ªa, pero nos queda mucho camino por recorrer.
P. ?Han tomado medidas?
R. Estamos en ello, llevamos un a?o trabajando en ese asunto, lo tenemos muy en cuenta con los nuevos hoteles, en la manera en que los construimos, la energ¨ªa que utilizamos, el tratamiento de los residuos... Pero podr¨ªamos haberlo hecho antes. Es de lo que m¨¢s me arrepiento.
Una joven compa?¨ªa de tradici¨®n centenaria
La cadena de la corona y el le¨®n naci¨® en 1983 con la adquisici¨®n del hotel Ritz-Carlton de Boston, Estados Unidos, y los derechos del nombre Ritz-Carlton. Pero su tradici¨®n se remonta al prestigioso hotelero suizo de la segunda mitad del siglo XIX, C¨¦sar Ritz, creador de los hoteles Carlton de Londres y Ritz de Par¨ªs, y de cuyos valores la empresa se reclama heredera.
En 1927, Edgard N Myner, un promotor inmobiliario de Boston, recibi¨® el encargo del alcalde para construir un gran hotel de lujo. Consciente del ¨¦xito de los establecimientos Ritz en Europa, pidi¨® y obtuvo el permiso a la compa?¨ªa Ritz-Carlton Investing y al hotel Ritz de Par¨ªs para utilizar su nombre. Mantuvo la filosof¨ªa de Ritz de total discreci¨®n con sus clientes y r¨¢pidamente se convirti¨® en un club privado para las personalidades m¨¢s selectas y adineradas de la cosmopolita Boston.
La Ritz-Carlton Hotel Company, subsidiaria de Marriot International, ha ido expandi¨¦ndose desde la adquisici¨®n del hotel de Boston hasta alcanzar los 67 establecimientos. Desde hace unos a?os tambi¨¦n ha entrado en la diversificaci¨®n de su negocio con la creaci¨®n de los clubes Ritz-Carlton -una f¨®rmula de propiedad compartida de residencias que sirve de modelo de segunda vivienda- y las residencias Ritz-Carlton -unos complejos de villas de gran lujo con servicios a domicilio y acceso a gimnasios-. La empresa se lleva un porcentaje de las ventas por la concesi¨®n de la marca.
"Hace unos cinco a?os nos dimos cuenta de que nuestra marca representaba un icono tan fuerte que podr¨ªamos trascender el negocio hotelero", explica Simon Cooper, presidente y chief operating officer de la cadena. "Y est¨¢ siendo un negocio muy pr¨®spero, en los pr¨®ximos cuatro a?os podr¨ªa alcanzar cerca del 25% de nuestra facturaci¨®n", contin¨²a. Sin embargo, tiene claro que la prioridad siguen siendo los complejos hoteleros. "S¨®lo queremos tener otras l¨ªneas de negocio para poder cumplir con las expectativas de la empresa madre", concluye.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.