Al Qaeda pone precio a la cabeza de un dibujante sueco
Los terroristas ofrecen 100.000 d¨®lares por matar a un artista que caricaturiz¨® a Mahoma
La tormenta desatada tras la publicaci¨®n en un peri¨®dico sueco, a finales de agosto pasado, de cuatro dibujos a l¨¢piz del artista Lars Vilks con el rostro del profeta Mahoma en la figura de unos perros, subi¨® en intensidad el fin de semana, cuando se difundi¨® por la red un mensaje de un supuesto representante de Al Qaeda en Irak. En ¨¦l, se pone precio a la vida del artista, as¨ª como a la de Ulf Johansson, redactor jefe del diario de la ciudad sueca de ?rebro (200 kil¨®metros al oeste de Estocolmo) Nerikes Allehanda.
Hasta ahora, hab¨ªa habido protestas frente a la redacci¨®n del diario y amenazas por Internet. Pero ninguna comparable en gravedad con las ocurridas contra el diario dan¨¦s Jyllands-Posten y el Gobierno de ese pa¨ªs, con ocasi¨®n de un episodio similar en enero de 2006.
La amenaza se extiende al responsable del diario que public¨® los dibujos a finales de agosto
En esta ocasi¨®n, el terrorista Abu Omar al Baghdadi, sobre cuya importancia dentro de Al Qaeda hay diferentes versiones, ofrece una recompensa de 100.000 d¨®lares (72.000 euros) a quien mate al dibujante sueco Lars Vilks, con el agregado macabro de un plus de 50.000 d¨®lares si la v¨ªctima es "sacrificada como un cordero", o sea, degollada. Y ofrece otros 50.000 d¨®lares por la vida del responsable del diario.
El mensaje tambi¨¦n extiende las amenazas a las multinacionales suecas Ericsson, Scania, Volvo, Ikea y Electrolux, entre otras. El anuncio terrorista caus¨® conmoci¨®n en el mundo medi¨¢tico y cultural sueco, que por medio de representantes individuales as¨ª como de asociaciones afines, expres¨® su solidaridad con los colegas amenazados y con la defensa de la libertad de expresi¨®n.
Vilks, entrevistado por distintos medios, aparent¨® restar importancia a la amenaza, que cree tiene m¨¢s de "intento intimidatorio que de contenido real", y dijo no tener miedo "por ahora". Aunque admiti¨® que la gravedad consiste en que "pueda haber fan¨¢ticos en Suecia que asuman el mensaje".
Preguntado sobre si sus dibujos no hab¨ªan sido "una provocaci¨®n innecesaria", Vilks justific¨® la publicaci¨®n como "una actitud consecuente con los valores occidentales" que dijo sustentar. Y en relaci¨®n al precio ofrecido por su vida, en plan de broma se?al¨® que "considerando los precios que se pagan actualmente por una obra de arte, lo que se ofrece por la totalidad de un artista resulta barato".
El redactor jefe Ulf Johansson no ocult¨® el "desagrado" que le produce la situaci¨®n. "No es asunto de cada d¨ªa que uno reciba una amenaza en la que se pone precio a su cabeza", manifest¨®. El Nerikes Allehanda public¨® los dibujos, que pertenec¨ªan a una serie que las galer¨ªas de arte suecas se hab¨ªan negado a exponer, alegando la defensa de la libertad de expresi¨®n.
Las medidas de seguridad en torno a los amenazados se han extremado. Representantes de la comunidad musulmana en Suecia condenaron la amenaza.
Por su parte, el Gobierno sueco ha mantenido una actitud de prudencia. El primer ministro conservador, Fredrik Reineldt, a diferencia de su colega dan¨¦s Anders Fogh Rasmussen, que en su momento, se neg¨® a recibir a los diplom¨¢ticos de pa¨ªses isl¨¢micos, convoc¨® hace un par de semanas a una veintena de embajadores de dichos pa¨ªses para explicarles que en Suecia "el Gobierno no puede limitar la libertad de expresi¨®n". Y abog¨® porque las buenas relaciones mantenidas hasta ahora con la comunidad musulmana en este pa¨ªs no se vean alteradas por este incidente. Algunos sectores defend¨ªan una posici¨®n m¨¢s en¨¦rgica de condena por parte del primer ministro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.