El Artium reflexiona sobre el original y la copia en su nueva muestra propia

El Artium acude en la s¨¦ptima revisi¨®n a su colecci¨®n permanente a una doble reflexi¨®n: a partir de las posibilidades creativas de la fotograf¨ªa, la muestra Objeto de r¨¦plica propone el debate entre las capacidades de considerar obra art¨ªstica piezas que se pueden reproducir gracias a la tecnolog¨ªa. En esta muestra, formada por 114 obras de 74 artistas, el museo saca a la luz algunas de las mejores im¨¢genes de sus fondos junto a otras cedidas.

Entre otros autores, se ha seleccionado obra de Ana Laura Al¨¢ez, Alberto Garc¨ªa ?lix, Humberto Rivas o Jo?l-Peter Witkin. La muestra Objeto de r¨¦plica, comisariada por Daniel Castillejo, responsable de la colecci¨®n permanente, pretende llevar a la reflexi¨®n al visitante. Pero que no cunda el p¨¢nico: el recorrido por esta selecci¨®n de im¨¢genes, adem¨¢s de did¨¢ctico, es sobre todo, divertido. A partir del concepto de obra original y reproducci¨®n, de las posibilidades que ofrece la t¨¦cnica para conseguir miles de copias de una imagen, el Artium propone un recorrido salpicado por sorpresas con algunas de las mejores im¨¢genes de su colecci¨®n.

Ya la propia distribuci¨®n de la sala Sur del museo -16 compartimentos sim¨¦tricos, enfrentados ocho contra ocho, con un fondo de pasillo forrado con un espejo- crea en el visitante la sensaci¨®n de encontrarse en una estancia de infinitas habitaciones. Grandes n¨²meros de m¨¢s de dos metros de alto orientan en un recorrido planteado a partir de lo que es uno de los primeros engarces de la fotograf¨ªa, el retrato. El itinerario se plantea como un zoom vital que, al mismo tiempo que plantea las cuestiones a las que se enfrenta el artista como fot¨®grafo, va ampliado su campo de atenci¨®n hasta llegar a la humanidad en su totalidad.

Objeto de r¨¦plica pretende ser, por tanto, una prueba de las posibilidades creativas de la fotograf¨ªa. En un primer momento, se aprecian las miradas que buscan los rostros directamente. Im¨¢genes brutales o expresivas como las de Juan Arroz o Celine Van Balen. En ellas, todav¨ªa se puede encontrar el aura que rodeaba la obra de arte ¨²nica, tal y como se?alaba en 1936 Walter Benjam¨ªn, uno de los primeros en teorizar sobre el original y la copia.

Ya en la segunda sala, llega el primer gui?o, con las r¨¦plicas de la foto Pio I, de Pierre Gonnord. Poco a poco, van apareciendo los planos medios hasta llegar al cuerpo completo de Humberto Rivas y su Gabriela, retrato con el que la muestra vuelve a jugar con las posibilidades de copia de la fotograf¨ªa. Tal y como explic¨® Daniel Castillejo, la imagen original de Rivas sufre un creciente deterioro. "Podr¨ªamos haber optado por la restauraci¨®n museol¨®gica tradicional, pero preferimos pedirle al fot¨®grafo otra copia, exhibirla con la antigua, para que el visitante contemple las dos, y luego, al final de la muestra, destruiremos la antigua".

Las im¨¢genes pasan de incluir fragmentos de cuerpos vivos o de cad¨¢veres, como la impresionante foto de Joel-Peter Witkin, hasta incorporar parejas o grupos de personas, como es el caso de Alberto Garc¨ªa Alix, para llegar a las multitudes de Spencer Tunick. En el tr¨¢nsito, se incorporan nuevos juegos visuales, como es el caso del autorretrato autoreferente de Ga¨¹eca que ha sido copiado por el fot¨®grafo habitual del Artium, Gert Voor In't Holt. Para mostrar que ambas im¨¢genes, aunque copias digitales, no son id¨¦nticas, la sala ofrece sendos voluminosos tacos de folios en c¨®digo binario que demuestran que las dos piezas son distintas.

Sigue la exposici¨®n atendiendo distintas formas de entender la fotograf¨ªa, hasta que se llega a la siguiente sorpresa, una vuelta de tuerca que busca el desconcierto habitual en las exposiciones de pintura hiperrealista, cuando el espectador llega a confundir un cuadro con una fotograf¨ªa. En esta ocasi¨®n, se ha introducido una t¨¦mpera sobre papel de Jos¨¦ Ram¨®n Amondar¨¢in, que reproduce fielmente la conocida fotograf¨ªa de Nan Goldin Cookie at Tin Pan Alley.

Finalmente, Objeto de r¨¦plica recupera una obra de C¨¦sar San Mill¨¢n, en la que recoge im¨¢genes en las que estuvo trabajando basadas en el aura que deja la huella humana. Un cierre con el que se recupera el debate sobre la capacidad del creador para ofrecer su impronta.

Con esta nueva muestra, el Artium ya ha presentado al p¨²blico m¨¢s de la mitad de su colecci¨®n, integrada por 3.000 obras.