Sainete con Alzheimer
Hay en Vive y deja morir (1973) una escena memorable en la que Roger Moore, en la piel de James Bond, cruza un pantano pisando cabezas de cocodrilo y llega a la otra orilla con el traje impoluto. Y sin despeinarse. Algo muy parecido logran Manuel Alexandre y Jos¨¦ Luis L¨®pez V¨¢zquez en ?Y t¨² qui¨¦n eres?: atraviesan un pantano de melaza sentimental, humor de parroquia y lugares comunes sin que se resientan ni su carisma, ni su humanidad, ni su oficio. Sus dos composiciones son memorables y, aunque la afirmaci¨®n suene a t¨®pico cr¨ªtico, ser¨ªa dif¨ªcil encontrar en la ¨²ltima pel¨ªcula de Antonio Mercero argumentos para refutarla. El problema es el contexto. El problema es, de alguna manera, Antonio Mercero.
?Y T? QUI?N ERES?
Direcci¨®n: Antonio Mercero. Int¨¦rpretes: Manuel Alexandre, Jos¨¦ Luis L¨®pez V¨¢zquez, Cristina Brondo, Amparo Moreno, ?lvaro de Luna. G¨¦nero: drama. Espa?a, 2007. Duraci¨®n: 90 minutos.
Al autor de La cabina (1972) no se le puede negar ni sentido del espect¨¢culo, ni voluntad de riesgo. Tratar el tema del Alzheimer en clave de comedia amable y sentimental es algo que ya hizo, con una sospechosa voluntad de gustar a todo el mundo, el Juan Jos¨¦ Campanella de El hijo de la novia (2001), pel¨ªcula que, pese a todo, lograba ganar m¨¢s de un pulso con el espectador esc¨¦ptico. ?Y t¨² qui¨¦n eres?, por el contrario, exige entrega y compromiso con el proceso de mercerizaci¨®n -que es una especie de disneyizaci¨®n, pero con p¨¢tina de vieja telecomedia- que se aplica a un tema tan delicado. El prop¨®sito aleccionador del cineasta es tan transparente, su sentido del humor tiene tal aureola de picard¨ªa posconciliar y la est¨¦tica en juego es tan del barrio de La Moraleja que los ¨ªndices de grima ascienden a niveles estratosf¨¦ricos y este cr¨ªtico no logr¨® acceder al temblor que quiz¨¢ se oculte tras el sainete.
Comedia dram¨¢tica con Alzheimer, chistes de pedos incendiados y preservativos usados como running gag, nutre la trama de ?Y t¨² qui¨¦n eres? un conflicto generacional con ecos de La noche del licenciado (1979): aqu¨ª es una opositora a notar¨ªas quien propicia la fractura al descubrir su lugar en el mundo como cuidadora de enfermos. No ayuda nada que la actriz Cristina Brondo desgrane sus frases como si las acabase de leer en un folleto. En el desenlace, Mercero saca al Rod Serling que llevaba dentro desde los tiempos de La cabina y reduce el gran tema de su pel¨ªcula a funcional golpe de efecto.
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