Broto esencial
En el veleidoso y convulso mundo del arte actual, pocas trayectorias hay tan coherentes y serenas como la de Jos¨¦ Manuel Broto (Zaragoza, 1949), que se dio a conocer hacia el ecuador de la d¨¦cada de 1970 y que, m¨¢s de treinta a?os despu¨¦s, sigue a lo suyo sin que haya mermado el inter¨¦s por lo que hace. En este sentido, habiendo fijado Broto su identidad art¨ªstica inicial en una concepci¨®n anal¨ªtica de la pintura, no ha dejado de evolucionar, en primer lugar, durante los a?os de 1980, afrontando una dimensi¨®n m¨¢s expresionista y barroca de lo pict¨®rico, de atm¨®sfera muy rom¨¢ntica, y, m¨¢s tarde, durante la de 1990, depurando sustractivamente su lenguaje hasta transformarlo en una visi¨®n cada vez m¨¢s, vamos a decirlo as¨ª, "vitrificada". En realidad, desde hace m¨¢s de diez a?os, Broto ha alisado la superficie pigmentada, no s¨®lo convirtiendo las figuras y los gestos en apenas una impronta patinada, sino neutralizando los campos de color, que parecen como barridos crom¨¢ticos mecanizados. La influencia que en este proceso ha tenido la experimentaci¨®n digitalizada y la absorci¨®n de la visi¨®n mediante pantallas parece evidente, asimilando con naturalidad todos los medios que la tecnolog¨ªa pone a su servicio.
JOS? MANUEL BROTO
'Obra reciente'
Galer¨ªa Soledad Lorenzo
Orfila, 5. Madrid
Hasta el 13 de octubre
La obra que ahora exhibe, fechada en 2006 y 2007, consta de acr¨ªlicos sobre tela, la mayor parte de los cuales son grandes formatos y forman conjuntos compositivos complejos. Son cuadros en los que se aprecia la huella de la asimilaci¨®n sensible de la digitalizaci¨®n, pero tambi¨¦n la reflexi¨®n sobre las nuevas posibilidades del dise?o compositivo por ordenador. Es algo que empez¨® a hacer Broto hace a?os, aunque sin los resultados tan sofisticadamente maduros que ahora muestra. Una s¨ªntesis m¨¢s completa, profunda y refinada que puede ser interpretada como una forma m¨¢s cabal de quedarse progresivamente con lo m¨¢s esencial, pero tambi¨¦n como una mejor integraci¨®n entre los lenguajes y, sobre todo, una manera de actualizar la materia y el esp¨ªritu de la pintura tradicional. Es como si el Broto actual hubiera logrado transfigurar las abruptas atm¨®sferas pict¨®ricas de anta?o en algo tan sutil como casi un aroma o perfume; como si la tramoya escenogr¨¢fica de ayer ahora fuera el ligero ondear espectral de unas el¨¢sticas membranas crom¨¢ticas; como si la bronca gestualidad ca¨®tica del pasado en la actualidad se revistiese de un orden cinem¨¢tico et¨¦reo.
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