Suave esplendor
La poes¨ªa polaca ¨²ltima no es muy conocida en Espa?a, creo. El Aleph y Pre-textos han publicado algo de Jozef Wittlin (que muri¨® en el exilio), Hiperi¨®n ha hecho lo propio con Zbigniew Herbert y el Premio Nobel ha beneficiado al tambi¨¦n desaparecido Czeslaw Milosz -editado por Tusquets y muy citado por Zagajewski- y a Wislawa Szymborska (en Hiperi¨®n y Lumen y mi preferida entre los aludidos), pero Szymborska tiene 84 a?os. Especialistas aparte, ocurre lo de siempre: los poetas extranjeros nos suelen llegar tarde, sino post m¨®rtem, a no ser que medie alg¨²n evento de resonancia mundial, como el Nobel.
De ah¨ª lo novedoso -en el ¨¢mbito polaco- del caso de Adam Zagajewski (nacido en 1945), traducido y conocido entre nosotros desde hace tres o cuatro a?os a trav¨¦s de las ediciones de Pre-Textos y Acantilado. Quiz¨¢s el haber sido un exiliado del r¨¦gimen comunista -desde 1982 vivi¨® fuera de Polonia, adonde regres¨® en 2002, al menos de visita- sea un factor que contribuya a esa universalidad. Su patria se cerraba pero se abr¨ªa lo dem¨¢s. Pero quiz¨¢s lo m¨¢s importante sea que Zagajewski es a la par un poeta culto y popular, es decir, un poeta que en sus mejores momentos puede satisfacer el gusto del grupo m¨¢s ancho de lectores. Dice en uno de sus poemas: "La poes¨ªa es b¨²squeda de resplandor", y es cierto. En su concepci¨®n la poes¨ªa nos salva los momentos mejores, por lo que los libros de Zagajewski suelen tener algo de dietario: viajes, encuentros, pensamientos, recuerdos, todo ello se nos da en un tono coloquialmente culto, que busca la sorpresa y el pensamiento l¨ªrico, pero que no desde?a la cotidianeidad, lo consuetudinario. Por ello su poes¨ªa puede ser de celebraci¨®n y elegiaca a un tiempo, o detenerse tanto en una memoria como en un momento de amor. Antenas, su libro m¨¢s reciente (aqu¨ª se incluye adem¨¢s una antolog¨ªa de su libro anterior, Regreso, centrado en su retorno a Polonia), puede ir desde la bella yuxtaposici¨®n de im¨¢genes de Antenas en la lluvia hasta, por dos veces, la evocaci¨®n de El viejo Marx o un an¨¢lisis de Siracusa, la ciudad siciliana, y una evocaci¨®n -casi una oda- de las Grandes naves, bajeles o transatl¨¢nticos que surcaron el mar y que nos suenan a mito o leyenda. El mejor Zagajewski se acerca al c¨¢ntico o al apunte atinado, fino. El menos conseguido (es lo normal en esta est¨¦tica de lo inmediato) suele parecer la nota de un diario, mera remembranza. Pero la idea subyacente de salvar la vida, reviviendo en el poema lo m¨¢s f¨¦rtil de ella, sin descuidar el arte, no da malos resultados, como saben algunos poetas espa?oles de ahora mismo no muy lejanos a ese estilo. (Zurbar¨¢n, por ejemplo, es uno de los meros poemas-apunte). "La vida normal ans¨ªa", concluye otro poema. Sin duda el "resplandor" en que lo puede transformar la poes¨ªa...
ANTENAS
Adam Zagajewski
Traducci¨®n de Xavier Farr¨¦
Acantilado. Barcelona, 2007
149 p¨¢ginas. 14 euros
Los poemas de Regreso no
tienen una est¨¦tica diferente pero se centran en la sensaci¨®n, parece que agridulce, del retorno a Polonia: lo que era ya no est¨¢ y el poeta no deja de ser un algo extra?o en su tierra. El tema del exilio est¨¢ espl¨¦ndidamente valorado en el poema ?Vali¨® la pena?, que termina: "s¨ª no s¨ª no / no tachar nada". Sin embargo, el mejor poema para m¨ª es Iglesias de Francia -tambi¨¦n en ancho tono de oda- y donde se dir¨ªa que el viajero huye de Polonia... El conjunto (bello) est¨¢ como digo siempre muy cerca del lector y parece que sin apenas concesiones. (La traducci¨®n suena sin duda bien, pero creo que un par de veces el traductor tiene un desliz religioso. En contextos que hablan de iglesias o de ¨®rdenes religiosas el traductor dice "dominicanos" donde debe decir, imagino, "dominicos". Una bagatela).
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