En el mercado de la trivialidad
Gran verdad encierra el t¨ªtulo del libro de los Pease. Para demostrar lo f¨¢cil que es meterse a la gente en el bolsillo bastan dos ejemplos: el arrollador ¨¦xito de ventas de sus libros anteriores, en especial el celebrado Por qu¨¦ los hombres no escuchan y las mujeres no entienden los mapas y la facilidad con que la gente a la que se refieren los autores cae una y otra vez en cepos como Gescartera o Afinsa. Los antecedentes editoriales de la pareja confirman que han construido una industria provechosa sobre el cimiento de esas chispeantes peculiaridades de los sexos -v¨¦ase Por qu¨¦ los hombres mienten y las mujeres no paran de llorar- o sobre las imperfecciones inexplicables de los adultos en busca de trabajo, tal como aparecen en El arte de negociar y persuadir: presentaciones poderosas, c¨®mo obtener el s¨ª, las claves del lenguaje corporal, networking. El t¨ªtulo lo dice todo.
Es f¨¢cil meterse a la gente en el bolsillo
Allan y B¨¢rbara Pease
Editorial Bresca
ISBN 978-84-935590-6-9
La ¨²ltima producci¨®n de los Pease queda muy por debajo de lo exigible a un texto articulado. Es tan destartalada que roza lo inveros¨ªmil. El prop¨®sito del libro, vamos a llamarlo as¨ª, consiste en construir un universo almibarado en el cual, mediante sonrisas, conversaciones pautadas y halagos sin medida, los empleados consigan aumentos de sus jefes, los jefes logren un rendimiento excepcional de sus subordinados, los candidatos consigan el puesto de trabajo que persiguen, los hombres entiendan a las mujeres (y viceversa) y reine, si nos dejamos llevar del entusiasmo, la felicidad universal. Se trata, y esto es literal, de "c¨®mo dar la raz¨®n a todo el mundo", partiendo de la evidencia (para los autores) de que "el deseo de sentirse importante es m¨¢s acuciante que el hambre o sentir amor" y utilizando como instrumentos triqui?uelas seudopsicol¨®gicas como sonre¨ªr, mirar a los ojos, inclinarse hacia la persona a la que se escucha y otras banalidades de la misma naturaleza.
Con esta l¨ªnea argumental, los Pease se precipitan hacia la ?o?er¨ªa estrafalaria. "No dude en decirle palabras bonitas a su pareja, a sus compa?eros de trabajo, a sus empleados, a su jefe, a las personas que acaba de conocer, a su cliente, al cartero, al jardinero, a sus hijos... ?A todo el mundo!", proclaman sin rubor. En otras ocasiones, se aproximan a los sinsentidos de la escritura autom¨¢tica, como cuando se preguntan "?qui¨¦n hace siempre m¨¢s amigos que nadie y es aceptado por todas las personas que conoce?" y se responden: "Un perro". As¨ª que el modelo impl¨ªcito que se propone a los gestores es el canino. Consid¨¦rese la cantidad de chistes que podr¨¢n hacer los hermanos Marx o Gila con esta lun¨¢tica premisa.
La retah¨ªla de perlas tronadas sugiere que los autores fabrican los libros con alegre inconsciencia en una cadena de montaje, dejando caer las frases en la p¨¢gina seg¨²n van surgiendo de su rancia experiencia como anfitriones de c¨®cteles vespertinos. Por eso no merece la pena lamentar frases como "una persona estar¨¢ m¨¢s interesada por el lunar que tiene en la nariz que por el sida que sufren los pueblos de ?frica" o la sabidur¨ªa rotunda de que "el cerebro femenino est¨¢ estructurado para hablar y escuchar de forma simult¨¢nea". La perplejidad que producen libros como Es f¨¢cil... nace de la disociaci¨®n extrema que existe entre el sobrentendido fin del producto -entregar a los lectores un cuadro de instrucciones para manejar con soltura sus relaciones personales en el mundo de los negocios- y la baj¨ªsima calidad de los materiales entregados para conseguir ese objetivo. Si alguien quiere mejorar sus relaciones profesionales, conseguir los mismos resultados leyendo el manual de instrucciones del frigor¨ªfico que leyendo el texto de los Pease.
Nada impide extrapolar esta extra?eza a esa rama editorial que se conoce como libros de gesti¨®n, management o autoayuda. Seguramente existir¨¢n obras brillantes y ¨²tiles, pero en los ¨²ltimos a?os la impresi¨®n dominante es que se ha extendido como una excrecencia tumescente en multitud de libros de ¨ªnfima calidad y que, en algunos casos, ofenden el buen sentido del lector.
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