La vuelta
Me ha gustado el anuncio televisivo de promoci¨®n de la ¨²ltima edici¨®n de la Vuelta Ciclista a Espa?a: sobre el fondo de una canci¨®n joven, una serie de personas -entre ellas varios famosos del deporte y los medios de comunicaci¨®n- expresan su admiraci¨®n por el ciclismo con frases como "desde peque?o quise ser como ellos" o "te sientes un h¨¦roe" y con el recordatorio de la entrega, la fortaleza y el coraje que exige ese deporte, calificado ah¨ª mismo de ¨¦pico y de haza?a. "Por todo ello, por los sue?os, las ilusiones, el esfuerzo", concluye el anuncio, "creemos en el ciclismo". Me ha gustado precisamente porque pone el dedo en la llaga del creer. El deporte en general y el ciclismo en referencial necesitan con urgencia recuperar imagen, devolver confianza, en una palabra, reavivar el concepto, el monumento del esp¨ªritu deportivo, como quien rescata de debajo de una s¨¢bana polvorienta la escultura cl¨¢sica de un s¨ªmbolo. "Creemos en el ciclismo por todo ello" es otra manera de subrayar que en ese ello, es decir, en la belleza de la determinaci¨®n mental y en la pureza del gesto f¨ªsico, reside la esencia de cualquier deporte, su definici¨®n misma.
El problema es que esa belleza y esa pureza son hoy dif¨ªciles de encontrar -al menos en dosis significativas- en algunos espect¨¢culos que, probablemente por apego a la costumbre o por nostalgia ling¨¹¨ªstica, seguimos llamando deportivos. La lengua popular empareja el hacer algo "por deporte" con el "amor al arte", esto es, con el desinter¨¦s. Pero hoy el deporte es mayormente interesado: intereses de dinero, autopromoci¨®n o poder que dejan la competitividad en los huesos de la pura y dura rivalidad. Y estallan, por aqu¨ª y por all¨¢, esc¨¢ndalos de dopaje o de espionaje o de manejos econ¨®micos extradeportivos. Me dir¨¢n que no hay que caer ni en el tremendismo ni en la injusticia, que son muchas las expresiones deportivas que a diario nos muestran belleza y gestos puros. De acuerdo, pero incluso a esos momentos de autenticidad les veo como un desmayo, como una grieta por donde se cuela una contaminaci¨®n de valores que son, o deber¨ªan ser, de otros mundos. Y as¨ª contemplo, con estupefacci¨®n resistente, c¨®mo la brillant¨ªsima actuaci¨®n de la selecci¨®n espa?ola en el Eurobasket se hunde en su segundo puesto como en una sima. Como si un subcampeonato fuera una tragedia o una deshonra, o lo que es peor, como si de verdad s¨®lo contara ganar. Y con la misma estupefacci¨®n, a nuestra selecci¨®n de voleibol, que acaba de ganar el campeonato europeo y cuyo triunfo queda, en el tratamiento medi¨¢tico, a a?os luz del subtriunfo de la selecci¨®n de baloncesto. Como si de verdad tuvi¨¦ramos que aceptar en cualquier circunstancia que no todos los deportes son iguales, o mejor dicho, como si ni siquiera las circunstancias m¨¢s felices se pudieran aprovechar para extraer de los deportes el deporte, la sustancia deportiva, el alma de la pura voluntad y la belleza gestual, y detenerse y explayarse en ello, superando las jerarqu¨ªas, los intereses publicitarios o de capital o el despotismo de las audiencias.
Mientras escribo estas l¨ªneas oigo a unos ni?os que est¨¢n jugando al f¨²tbol en el patio de una escuela cercana. Me pregunto qu¨¦ es lo que piensan ellos de ese deporte, o del deporte en general. Qu¨¦ valores o expectativas asocian con su pr¨¢ctica, qu¨¦ o cu¨¢nta necesidad tienen de establecer y respetar reglas de juego. C¨®mo conciben el ello del anuncio de la Vuelta ciclista: la determinaci¨®n y el esfuerzo en estado puro (sin dopar). Y las respuestas que se me ocurren no son muy optimistas, porque en el deporte escolar he visto representados, a escala, muchos de los defectos del deporte en grande: competitividad exacerbada, satisfacci¨®n ligada al resultado m¨¢s que a la pr¨¢ctica, divisi¨®n hiriente entre incluidos y excluidos, y adem¨¢s sexismo. Y sin embargo, algo de optimismo me queda, como una vuelta, porque donde hay infancia hay esperanza. Y espero que las instancias competentes se tomen mucho m¨¢s en serio la tarea de rescatar, de debajo de tanta s¨¢bana polvorienta, el monumento del ello, de la educadora y prometedora deportividad.
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