Pobres modelos...
Leo en el diario ADN que en la London Fashion Week, que arranc¨® el lunes pasado, se har¨¢n "tests aleatorios de consumo de droga a las modelos que por all¨ª desfilan". En el reportaje se explica tambi¨¦n que la directora de Cibeles dijo que no se har¨ªa lo mismo en Madrid. "Estoy segura", afirm¨® "de que aqu¨ª la droga no se estila".
Bueno, pues como me dec¨ªa un camello, si la directora del Cibeles lo dice habr¨¢ que creerla, "que para algo entiende de estilos". Y aunque no la creamos por la falta de rigor cient¨ªfico de su afirmaci¨®n, no importa. Se trata de tratar mal a las modelos, que para algo lloran con facilidad. Si los encargados del catering de la pasarela de Londres le dan al estupefaciente, da igual. Es su vida privada. Las modelos son distintas y a ellas hay que controlarles todo. Tambi¨¦n tienen que pasar controles de peso, no sea que pesen menos de lo saludable. (Si pesan s¨®lo un poco m¨¢s de lo saludable no las contratar¨¢n como modelos, pero nadie las pesar¨¢ porque ser¨ªa de una gran incorrecci¨®n). ?No tiene derecho una modelo mayor de edad a pesar lo que quiera, aunque sea poco, del mismo modo que tiene derecho a cortarse las mejillas con hojas de afeitar? Si a alg¨²n dise?ador no le gusta el cuerpo flaco de una de sus candidatas, tiene una f¨¢cil soluci¨®n: no contratarla. Otra cosa es que se quiera controlar si las menores de edad sufren anorexia, pero es que las menores de edad no deber¨ªan trabajar ni en las pasarelas, ni en el mundo del cosido de pelotas o de la construcci¨®n.
En el deporte es muy normal que se hagan controles antidroga, porque los deportistas que la consumen tienen ventaja sobre los que no la consumen. M¨¢s reflejos, menos cansancio, etc¨¦tera. Eso est¨¢ claro. Y est¨¢ claro que hay que hacer controles de alcoholemia y estupefacientes en la carretera y a los pilotos de avi¨®n. Pero en la pasarela no veo por qu¨¦. ?Qu¨¦ pasa si una modelo se droga antes o despu¨¦s de desfilar? Pues lo mismo exactamente que si un pol¨ªtico se droga antes de una comparecencia en noche electoral y hace su discurso con las pupilas dilatadas. Pero los que promueven estas medidas lo tienen claro: las modelos son ejemplos para muchas ni?as.
Entonces, yo ir¨ªa m¨¢s all¨¢. A las modelos les controlar¨ªa muchas m¨¢s cosas. Que no sean clept¨®manas, que no practiquen juegos sexuales depravados y que no escuchen a David Bisbal en privado. Y si aceptamos que las modelos son ejemplos para muchas ni?as, tendremos que aceptar tambi¨¦n que no son las ¨²nicas. Tambi¨¦n damos ejemplo los escritores (sobre todo los que vamos a Francfort en nombre de la cultura catalana). Y los periodistas, y los m¨²sicos, y los humoristas. Que nos hagan controles a todos. Y que proh¨ªban las obras que est¨¢n inspiradas directamente por el alcohol y la droga. Cargu¨¦monos la obra Bukowsky y la de William Burroughs. Y la canci¨®n Cocaine, de J. J. Cale (a pesar de que habla en contra de esta droga) y la otra Cocaine, la de Jackson Brown; y Heroine, de la Velvet Underground; y Rock bottom, de ?lex Tor¨ªo; y Lucy in the Sky with Diamonds, de los Beatles; y Brown Sugar de los Rolling Stones; y The needle and the damage done, de Neil Young, y Tired eyes, del mismo autor, dedicada a Danny Whitten, que muri¨® de sobredosis. Y eso sin contar que hay obras de arte (discos, pel¨ªculas, libros, reportajes, art¨ªculos...) que se han creado con el concurso de la droga aunque no hablen de ella. Estoy segura de que los pol¨ªticos no se prestar¨ªan a este parip¨¦. Ni los periodistas de la televisi¨®n. Ni los miembros de la nobleza. (Y en todos estos colectivos hay tanta droga como en las pasarelas). Los m¨²sicos tal vez s¨ª se prestar¨ªan. Aunque a lo mejor los ¨²nicos que quedar¨ªan limpios ser¨ªan Jos¨¦ Luis Perales y el grupo infantil Macedonia.
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