Fujimori lleva miedo y divisi¨®n a Per¨²
Los seguidores del ex presidente conf¨ªan en su vuelta a la pol¨ªtica y sus cr¨ªticos temen un juicio injusto
"Fue peor que una pel¨ªcula de terror", recuerda Rosa Rojas, viuda de Manuel R¨ªos, una de las 15 v¨ªctimas de la matanza de Barrios Altos, perpetrada el 3 de noviembre de 1991 por el Grupo Colina, una unidad de exterminio del Ej¨¦rcito peruano. Tom¨¢s Livias sobrevive como vendedor ambulante en una silla de ruedas, con tres balas alojadas en la columna vertebral. Felipe Le¨®n tambi¨¦n escap¨® de la muerte hace 16 a?os. Ellos aguardan expectantes el juicio contra el ex presidente Alberto Fujimori. Con su extradici¨®n a Lima, ha dividido al pa¨ªs entre quienes a¨²n le admiran y quienes sufrieron su persecuci¨®n. Para los familiares de las supuestas v¨ªctimas, la extradici¨®n del ex presidente Alberto Fujimori para ser juzgado en Per¨² por violaci¨®n de derechos humanos y seis cargos de corrupci¨®n, es una noticia esperanzadora, tras tantos a?os de demora. "Para m¨ª, las puertas de la justicia han estado tapiadas", dice Felipe Le¨®n, padre de ocho hijos. "Ahora tengo fe en que la justicia, al menos moralmente, llegue de fuera", a?ade Le¨®n.
Unas 40 personas, estudiantes, parejas, familias pobres de origen andino, participaban en una fiesta en aquella casa de Barrios Altos, un distrito de Lima. Los servicios de inteligencia del Gobierno de Fujimori hab¨ªan recibido el chivatazo de que la reuni¨®n era para recaudar fondos para Sendero Luminoso, la organizaci¨®n terrorista que manten¨ªa en jaque al Estado. Cubiertos con pasamonta?as y armados con fusiles de asalto, los miembros del Grupo Colina reunieron en el patio de la casa a 15 de los asistentes a la fiesta y los acribillaron. La investigaci¨®n revel¨® que no hab¨ªa orden de captura contra ninguno de ellos, aunque tres ten¨ªan antecedentes por terrorismo.
El 17 de julio de 1992, la unidad de exterminio que comandaba el mayor Santiago Mart¨ªn Rivas (hoy preso) perpetr¨® una nueva matanza. Esta vez en la Universidad Enrique Guzm¨¢n Valle, conocida como La Cantuta, uno de los centros m¨¢s penetrados por Sendero Luminoso. Los asaltantes irrumpieron a las doce de la noche en la residencia estudiantil, y secuestraron a nueve alumnos y un profesor, a los que asesinaron a sangre fr¨ªa en un descampado y enterraron posteriormente con cal.
Una de las v¨ªctimas era Enrique Ortiz, de 21 a?os, alumno de cuarto a?o de educaci¨®n f¨ªsica. Su cad¨¢ver fue el ¨²nico encontrado en su integridad, despu¨¦s de que los asesinos enterraran y desenterraran a las v¨ªctimas en dos ocasiones para no dejar huellas. Su hermana, Gisela Ortiz, ha sido la voz de los familiares que ha reclamado justicia en todo este tiempo. Recorri¨® Per¨² y viaj¨® a Chile en diversas ocasiones para exigir la entrega de Fujimori.
"Estoy contenta porque la extradici¨®n culmina una etapa dif¨ªcil, y preocupada por la responsabilidad que significa llevar a cabo en Per¨² un proceso contra Fujimori", dice Gisela Ortiz, que no descarta presiones pol¨ªticas de los fujimoristas, del Gobierno y de sectores de la c¨²pula militar. Su mayor temor es que el juicio al ex presidente se convierta en una plataforma para Fujimori y el fujimorismo, "que haya presiones que impidan un proceso justo y que despu¨¦s de tantos a?os siga la impunidad. Estamos desesperados porque haya justicia".
Sin llegar a los extremos del ex dictador Augusto Pinochet en Chile, la figura de Fujimori polariza a algunos sectores de la sociedad peruana. El s¨¢bado sus partidarios le esperaban en la sede de la polic¨ªa a¨¦rea en El Callao con banderas y pancartas de "Chino, inocente". Sus partidarios se enfrentaron con la polic¨ªa al comprobar que su l¨ªder aterrizaba en la base a¨¦rea de Las Palmas, dentro de una operaci¨®n de despiste calculada por las autoridades.
En su reclusi¨®n provisional en la Direcci¨®n de Operaciones Especiales de la Polic¨ªa, Fujimori recibi¨® ayer la visita de su hija Keiko, la congresista m¨¢s votada en las elecciones de 2006. "Hay fujimorismo para rato", declar¨® el ex gobernante antes de salir de Chile. "Si no es con Alberto Fujimori, ser¨¢ con Keiko Fujimori".
Los fujimoristas tienen 13 de los 120 esca?os del Congreso, una cifra que hasta ahora ha significado un respaldo esencial para el Partido Aprista, en el Gobierno, que no tiene por s¨ª solo la mayor¨ªa parlamentaria. La ¨²ltima encuesta de Apoyo indic¨® que el 58% de los peruanos nunca votar¨ªan al Chino, como llaman cari?osamente a Alberto Fujimori sus seguidores, lo que indica que es un pol¨ªtico que genera anticuerpos en buena parte de la sociedad. En otra encuesta sobre los m¨¢s poderosos del pa¨ªs, Fujimori ocupa el puesto decimosexto.
El triunvirato est¨¢ en la c¨¢rcel
Con la extradici¨®n de Alberto Fujimori, todos los integrantes del triunvirato que ejerci¨® el poder en Per¨² durante la d¨¦cada de los noventa est¨¢n en la c¨¢rcel. Culmina as¨ª el desmoronamiento de un r¨¦gimen militarizado que lleg¨® a parecer indestructible.
El ex presidente sigue los pasos de Vladimiro Montesinos, su asesor m¨¢s cercano y ex jefe del todopoderoso Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), preso en la Base Naval del Callao, y de Nicol¨¢s de Bari Hermoza, comandante general del Ej¨¦rcito entre los a?os 1992 y 1998, recluido en el penal de San Jorge. Los dos tienen una larga serie de procesos abiertos.
El general Hermoza, otrora fiel escudero, propin¨® en 2001 el golpe m¨¢s duro que ha recibido Fujimori en sus siete a?os como pr¨®fugo de la justicia. El antiguo jefe del Ej¨¦rcito, que orden¨® la captura de los estudiantes en La Cantuta, declar¨® ante un juez que se enter¨® del resultado de aquel operativo a trav¨¦s de Montesinos, quien le confi¨® que el Grupo Colina era un asunto entre el jefe del SIN y el presidente Fujimori, es decir, con pleno conocimiento del primer gobernante del pa¨ªs. Esta declaraci¨®n compromete seriamente al extraditado, y ser¨¢ uno de los ejes de la acusaci¨®n de la fiscal¨ªa, que pide una pena de 30 a?os de prisi¨®n para Fujimori por las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta.
La defensa alega desconocimiento de las actividades del grupo paramilitar Colina, bautizado con este nombre en honor del capit¨¢n de Infanter¨ªa Jos¨¦ Colina Gaige, que se infiltr¨® en Sendero Luminoso y fue muerto por error por una patrulla militar.
De los siete casos procesales que enfrentar¨¢ Fujimori ante la Corte Suprema peruana, las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta (25 muertos) se perfilan como la gran batalla judicial. En ausencia del acusado, la etapa de investigaci¨®n de ambos casos ya concluy¨® en Per¨², por lo que el juicio oral podr¨ªa empezar en breve, seg¨²n declar¨® el ex procurador Ronald Gamarra.
LAS ACUSACIONES
25 homicidios en Barrios Altos y La Cantuta
Pago de 15 millones de d¨®lares (11 millones de euros) a Montesinos
Interceptaci¨®n telef¨®nica a pol¨ªticos, empresarios y periodistas
Robo de 40 maletas en la casa de la esposa de Montesinos
Secuestro de un empresario y un periodista
Soborno a congresistas tr¨¢nsfugas
Compra de un canal de TV con fondos p¨²blicos
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.