Monjas budistas se suman a la protesta contra la junta birmana
Veinte mil personas salen a la calle en apoyo de los religiosos
Decenas de monjas vestidas de blanco se sumaron ayer a la protesta que mantienen desde hace una semana miles de monjes budistas contra la Junta Militar de Myanmar (Birmania). Despu¨¦s de que Aung San Suu Kyi, premio Nobel de la Paz, apoyara a los religiosos, las monjas acudieron ayer al rezo en la pagoda de Shwedafon, una de las m¨¢s sagradas del budismo. Despu¨¦s marcharon hacia el centro de Yangon, acompa?ados por miles de fieles.
La marcha se desarroll¨® de manera pac¨ªfica en medio de un aguacero, el peor en 39 a?os. Decenas de polic¨ªas de paisano vigilaban discretamente. Cerca de 20.000 personas desafiaron al miedo y a las condiciones clim¨¢ticas y se agolparon en las aceras para aplaudir el paso de los religiosos. El ambiente era de fiesta. Los monjes, que protestan contra el maltrato de varios bonzos a manos de los soldados y la carest¨ªa de los productos b¨¢sicos como consecuencia de la subida del precio de los combustibles, gritaban: "Nuestro levantamiento triunfar¨¢". Tras una semana, ayer comenzaron a extenderse las protestas a otras ciudades.
La permisividad policial y la reaparici¨®n el s¨¢bado de la premio Nobel Suu Kyi delante de su casa, donde se encuentra confinada desde mayo de 2003 (su ¨²ltima detenci¨®n), sin visitas, tel¨¦fono ni contactos con el exterior por orden militar, son interpretadas como un signo de flexibilidad del r¨¦gimen, que a¨²n no sabe c¨®mo responder a la rebeli¨®n religiosa.
Los militares llevan 45 a?os en el poder en Myanmar, la antigua Birmania. En 1988 aplastaron de forma brutal un levantamiento para exigir cambios democr¨¢ticos.
"Muchos no pudimos contener las l¨¢grimas", explic¨® un hombre que asisti¨® el s¨¢bado a la vigilia de 15 minutos que mil monjes realizaron delante de la casa de Suu Kyi. Soldados equipados con material antidisturbios se mantuvieron entre los religiosos y la casa, pero sin llegar a intervenir. La mujer que m¨¢s temen los militares apareci¨® en la puerta y salud¨® con las manos unidas. Fue suficiente para dar impulso a la protesta. Ayer se tomaron medidas: la guardia delante de la casa fue reforzada y se impidi¨® el paso de 200 monjes que trataban de repetir el rezo.
Valent¨ªa y disciplina
"Los monjes han demostrado su valent¨ªa, fuerte determinaci¨®n y disciplina, mientras que el r¨¦gimen ha mostrado flexibilidad", explic¨® un miembro retirado del Gobierno. "Esto demuestra que se pueden resolver las diferencias de manera pac¨ªfica", a?adi¨®.
Los generales que gobiernan Myanmar -r¨¦gimen que Estados Unidos calific¨® ayer de "brutal"- tienen previsto reunirse en su nueva capital, Naypyidaw. El encuentro podr¨ªa comenzar hoy, y en ¨¦l se tratar¨¢ a buen seguro la protesta. En Myanmar la religi¨®n budista impregna la vida diaria de la gente. Hay unos 400.000 monjes, casi tantos como soldados tiene el Ej¨¦rcito. El regreso de los monjes a las calles se produce 19 a?os despu¨¦s de su uni¨®n a las fuerzas democr¨¢ticas que protestaban contra el r¨¦gimen militar.
Durante las revueltas ocurridas en agosto y septiembre de 1988, los soldados mataron a tiros a cerca de 3.000 personas, entre ellas a muchos monjes, y detuvieron a abades de monasterios que, tras retirarles los h¨¢bitos, fueron condenados a largas penas de c¨¢rcel. "Los militares siempre han temido a los monjes, a sus rebeliones y otros actos de desobediencia, porque son una fuerza con capacidad para conseguir cambios en Birmania", indic¨® a Efe Saw Moe, disidente exiliado en Tailandia desde hace casi 20 a?os.
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