Ya no se vende extracto de garrapata

La mitad de las estanter¨ªas de la santer¨ªa est¨¢n vac¨ªas. En el resto, la dominicana ?lfida Suero vend¨ªa ayer velas, im¨¢genes de santos y botes para garantizar el amor o un buen negocio. La Polic¨ªa Municipal ha requisado 600 art¨ªculos de su tienda de Ciudad Lineal al encontrar restos de animales protegidos y productos sin registro sanitario con supuesto poder curativo. Ni detenciones ni cierre por el momento. Ella asegura que no vende "nada que se coma".

Los 600 art¨ªculos precintados por la Polic¨ªa Municipal el pasado 12 de septiembre siguen en el negocio de ?lfida, en un cuarto trasero al que no permite pasar. Aceites de culebras de anguilas, restos de tibur¨®n, extractos de garrapatas y de buey almizclero. La mujer se encoge de hombros: "Vienen de Venezuela o de Estados Unidos, a m¨ª me los venden". Seg¨²n una portavoz del Ayuntamiento, no han pasado los controles establecidos en el convenio sobre Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES).

En las cajas precintadas tambi¨¦n hay p¨®cimas, jabones y cosm¨¦ticos sin registros sanitarios. Seg¨²n la versi¨®n policial, se vend¨ªan como supuestos productos curativos, lo que incumple la Ley del Medicamento del Ministerio de Sanidad. La santera lo niega con aspavientos. "Ah, no, aqu¨ª no vendemos nada que se pueda comer, no fabricamos nada, el que quiera curarse que vaya al m¨¦dico". Lo dice en el interior de su local de menos de 20 metros. No ense?a la supuesta cocina, que, en las im¨¢genes tomadas por la polic¨ªa, parece un lugar l¨²gubre con botes sucios, botellas amontonadas y cacerolas herrumbrosas. La tienda la tiene abierta desde enero de este a?o.

La santera parece sorprenderse cuando se le pregunta por el origen de sus ritos. "Pues qu¨¦ religi¨®n va a ser, la cat¨®lica", dice. "Productos que se venden all¨¢ [Rep¨²blica Dominicana] y tambi¨¦n son muy usados ac¨¢, por ustedes los espa?oles", a?ade.

Ayer, harta de entrevistas, colg¨® el cartel de cerrado. Ser¨¢ la Junta Municipal quien decida si ese cierre es definitivo. Mientras, la mujer ofrece otro argumento para defenderse: "Aqu¨ª hacemos lo mismo que sale todas las noches en televisi¨®n, leer las cartas".