Los fiscales perseguir¨¢n como delito las agresiones al personal sanitario
El Pa¨ªs Vasco, Catalu?a, Andaluc¨ªa y Galicia ya aplican este sistema de penas m¨¢s severas
Gritos, insultos y, de vez en cuando, amenazas o golpes. "Pr¨¢cticamente todos los m¨¦dicos han pasado por alguna de estas situaciones a lo largo de su carrera", afirma Beatriz Ogando, experta de la Confederaci¨®n Estatal de Sindicatos M¨¦dicos. "Un 75% reconoce que ha sufrido alg¨²n tipo de violencia, y un 5% admite que ha sido f¨ªsica", a?ade. Para intentar frenarlo, los colegios m¨¦dicos del Pa¨ªs Vasco, Catalu?a, Galicia y Andaluc¨ªa han llegado a acuerdos con la fiscal¨ªa para que trate las agresiones como "atentados a funcionarios", lo que implica penas m¨¢s severas.
La petici¨®n de ayer de los representantes del Colegio de M¨¦dicos de Madrid a miembros del Consejo General del Poder Judicial y de la Fiscal¨ªa General del Estado es un nuevo intento para conseguir apoyo legal ante una situaci¨®n que cada vez va a peor, seg¨²n afirman los facultativos. Los datos del colegio madrile?o, que fue pionero en crear un servicio de atenci¨®n para los asociados agredidos, as¨ª lo confirman: en 2002 se abrieron cuatro procesos judiciales. En 2006 fueron 60. En lo que va de 2007 ya van 53, lo que indica que "se superar¨¢ la cifra del a?o anterior", afirma el abogado del colegio madrile?o Crist¨®bal Zarco. Y los datos son extrapolables a todos los sistemas sanitarios, a?ade. Ogando coincide. Seg¨²n sus c¨¢lculos, de los casi 200.000 m¨¦dicos que hay en Espa?a, alrededor de 10.000 han sido atacados f¨ªsicamente alguna vez, y unos 175.000 han recibido amenazas verbales. "Y los otros no es que no les haya pasado nada, es que no lo admiten", apunta.
Los m¨¦dicos de atenci¨®n primaria o urgencias son los que est¨¢n en zonas m¨¢s calientes. Para estos ¨²ltimos, recibir amenazas "casi es parte de su trabajo", dice Ogando. En los hospitales son las enfermeras las que llevan la peor parte, porque est¨¢n m¨¢s en contacto con los enfermos y sus familias, afirma.
Multa o c¨¢rcel
La soluci¨®n para los expertos est¨¢ en la "aplicaci¨®n correcta de la ley". Considerar que un insulto a un m¨¦dico que est¨¢ trabajando en un centro p¨²blico es un atentado a un funcionario supondr¨ªa que esa actuaci¨®n dejar¨ªa de ser calificada falta para ser delito. En el primero de los casos se zanjar¨ªa con una multa, explica Ogando, quien se basa en su propia experiencia y un juicio que gan¨® "hace 10 a?os". En cambio, si ese mismo insulto -llamarla "hija de puta"- se califica como atentado puede "conllevar c¨¢rcel y una multa por da?os morales de 600 a 1.000 euros, con lo que la persona tendr¨ªa antecedentes penales y la posibilidad de dictar una orden de alejamiento", apunta.
Algunos colegios auton¨®micos de m¨¦dicos ya han conseguido un compromiso de la Fiscal¨ªa correspondiente para que act¨²e en ese sentido. Son los de Catalu?a, Galicia y Andaluc¨ªa. El del Pa¨ªs Vasco ha firmado un protocolo de actuaci¨®n el pasado 17, en el que ser¨¢n los propios colegios los que tramitar¨¢n las denuncias, y la Fiscal¨ªa las considerar¨¢ de oficio un delito, informa June Fern¨¢ndez.
Adem¨¢s, con este procedimiento el domicilio que figurar¨¢ en la denuncia ser¨¢ el del colegio, lo que servir¨¢ para preservar al m¨¦dico de futuras amenazas. Una iniciativa similar plantea el Colegio de Madrid, pero dando tambi¨¦n como domicilio alternativo el de alguna instituci¨®n sanitaria, "que es, al fin y al cabo, quien tiene que proteger a sus trabajadores", afirma una portavoz.
La reuni¨®n de ayer es un nuevo intento de los m¨¦dicos madrile?os para conseguir el apoyo de la judicatura y la fiscal¨ªa, algo que hasta ahora no han logrado. Pero el trabajo que Ogando est¨¢ preparando para la Confederaci¨®n Estatal de Sindicatos M¨¦dicos incide en otras medidas. La primera, crear un registro centralizado de las agresiones. Como los m¨¦dicos saben bien, el primer paso para fijar un tratamiento es tener un diagn¨®stico.
Seis meses de c¨¢rcel por amenazar al m¨¦dico
La lucha legal para dar m¨¢s protecci¨®n a los profesionales sanitarios ha tenido la semana pasada un momento que los implicados califican de "hist¨®rico". "Por primera vez en Madrid un juzgado ha condenado a seis meses de c¨¢rcel a un hombre que amenaz¨® a su m¨¦dico", relata satisfecho el abogado Crist¨®bal Zarco. La sentencia es firme, y, como el hombre ten¨ªa antecedentes, deber¨¢ cumplir la pena de prisi¨®n, explica Zarco.
"En fecha 8 de febrero de 2007, sobre las 17 horas, el acusado M. A. V. D. se dirigi¨® hasta un centro de salud de la localidad de M¨®stoles, donde prestaba sus servicios el Dr. Pascual O. D. El acusado se dirigi¨® al facultativo exigi¨¦ndole en tono intimidatorio que extendiera a su nombre varias recetas m¨¦dicas de ansiol¨ªticos, neg¨¢ndose el colegiado por no estar justificada su prescripci¨®n. Personada una dotaci¨®n de la Polic¨ªa Nacional en el Centro de Salud, a requerimiento del m¨¦dico, el acusado fue invitado a abandonar el recinto, march¨¢ndose ¨¦ste del lugar". As¨ª comienza la narraci¨®n el magistrado de la Secci¨®n 26 de la Audiencia Provincial de Madrid.
La situaci¨®n fue a peor. "Momentos despu¨¦s el acusado retrocedi¨® sobre sus pasos y volvi¨® a personarse en el centro m¨¦dico, introduci¨¦ndose sorpresivamente en la consulta del mismo facultativo, a quien de forma extremadamente violenta le espet¨®: 'Me vas a dar las recetas de todos modos y, si no, te vas a acordar t¨² y tu familia'. Al tiempo que hac¨ªa tal advertencia, el acusado extrajo una navaja plateada de 17,8 cent¨ªmetros de hoja, que comenz¨® a manipular en presencia del facultativo. ?ste, presa de p¨¢nico, procedi¨® de forma inmediata a prescribir los medicamentos reclamados, abandonando el acusado el recinto, una vez se hizo con las recetas m¨¦dicas", contin¨²a el juez.
En la sentencia se hace constar que el acusado padec¨ªa un s¨ªndrome de abstinencia porque era consumidor habitual de ansiol¨ªticos. Por eso se le condena a seis meses de c¨¢rcel, "internamiento para tratamiento m¨¦dico en un establecimiento adaptado" y una orden de alejamiento por dos a?os.
UNA EPIDEMIA CRECIENTE
En Espa?a hay unos 200.000 m¨¦dicos colegiados, aunque no todos trabajan en el sistema p¨²blico.
Un 75% admite que ha sido insultado o amenazado en el trabajo; un 5% asegura que ha sido agredido.
Los ataques registrados por el Colegio de M¨¦dicos de Madrid han aumentado un 1.400% en cinco a?os.
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