Un libro re¨²ne in¨¦ditos de M¨¦ndez Ferr¨ªn y Leopoldo N¨®voa

El Museo de Arte Contempor¨¢nea de Vigo acoge, en menos de 15 dias, la segunda presentaci¨®n de un ¨¢lbum original en el que se cruzan los caminos de dos genios de la cultura de nuestros d¨ªas. Si hace dos semanas fueron el poeta Carlos Oroza y el artista pl¨¢stico Ant¨®n Lamazares los protagonistas, ayer asistimos a otra reuni¨®n excepcional, la del pintor Leopoldo N¨®voa y el escritor Xos¨¦ Lu¨ªs M¨¦ndez Ferr¨ªn.

Ferr¨ªn y N¨®voa no se conoc¨ªan, aunque se admiraban en la distancia, o tal vez en la cercan¨ªa, de sus obras respectivas. El editor Nelson Villalobos, que trataba a ambos, les hizo coincidir en el taller de N¨®voa en Armenteira (Meis), donde el pintor nacido en Salcedo en 1919 se encuentra instalado. De aquel universo que le fascinaba, Villalobos escogi¨® cinco obras que recibieron la aprobaci¨®n del pintor. "Eran s¨®lo unos papeli?os, como tantos otros que tengo. Podr¨ªan haber ca¨ªdo en el olvido o fructificado en cuadros, esculturas o tapices, pero encontraron su destino en este libro que naci¨® por s¨ª mismo, con naturalidad. Es un trabajo modesto que ha resultado de gran belleza", explica N¨®voa.

A la carpeta de dibujos que Villalobos ten¨ªa en mente se sum¨® la personalidad intensa de Xos¨¦ Lu¨ªs M¨¦ndez Ferr¨ªn (Ourense, 1938). "En cuanto se conocieron, empezaron a surgir las ideas, est¨¢bamos los tres emocionados", recuerda Villalobos. El trabajo dur¨® un a?o, un tiempo para madurar y componer las piezas del tr¨ªo editor-pintor-escritor. "Ferr¨ªn tom¨® las obras de N¨®voa y cre¨® un poema a partir de ellas. No fue un encargo, puedo decir que lo hizo con el coraz¨®n porque le gustaba la obra". De ah¨ª naci¨® este poema pict¨®rico, presentado en un libro tratado como obra de arte en el taller de serigraf¨ªa de Villalobos, un artista cubano afincado en Vigo que ya trabaj¨® con Ferr¨ªn como ilustrador de alguno de sus poemarios. "?l es el responsable del objeto art¨ªstico, porque es un magn¨ªfico dise?ador que conoce los secretos del papel, del cart¨®n y de las proporciones ¨¢ureas", se?ala Ferr¨ªn.

"Desde luego que fue agradable trabajar con ¨¦l. En los sesenta Lu¨ªs Seoane ya nos contaba a Raimundo Pati?o y a m¨ª que N¨®voa era un gran pintor y el tiempo le dio la raz¨®n". Ferr¨ªn ve un conjunto "precioso". De inmediato le atrajeron las peque?as dimensiones de las obras del pintor que Villalobos le presentaba, acostumbrado como estaba al N¨®voa de los grandes murales.

S¨®lo habr¨¢ veinte ejemplares en el mundo, todos firmados por los autores y sellados en el taller, hechos a mano, con inclusi¨®n de las cinco serigraf¨ªas de N¨®voa, algunas piezas de madera y apenas algunos rastros de impresi¨®n mec¨¢nica. En el taller vigu¨¦s de Villalobos de lo que m¨¢s orgullosos se sienten es de la encrucijada para el encuentro de dos genios.