"Necesitar¨¢ la 14..."

Tengo una hija preciosa de 10 a?os. Hace una semana ha dejado de cenar. Mide 1,40 cent¨ªmetros y pesa 35 kilos, y seg¨²n la cartilla de salud infantil la ni?a est¨¢ en la media. Parece ser que los dise?adores y fabricantes de ropa no tienen hijos en edad de crecimiento, pues no entiendo c¨®mo es posible no encontrar un pantal¨®n de la talla 12 en el gran almac¨¦n m¨¢s famoso de Espa?a. "Necesitar¨¢ la 14", dicen las dependientas, "y luego se le recortan los 20 cent¨ªmetros de largo que le sobran". (Dicho en tres ocasiones). Mi hija sali¨® llorando del establecimiento y dentro de dos a?os seguramente ser¨¢ anor¨¦xica. Yo soy frutera y cuando vendo un kilo de peras no doy 800 gramos. De nada sirve la campa?a de Oliverio Toscanni, pol¨¦mico fot¨®grafo de publicidad, si nadie (a quien corresponda) controla y obliga a los fabricantes de ropa a devolvernos los dos cent¨ªmetros de tela que nos escatiman, ampar¨¢ndose caprichosamente en el nefasto t¨¦rmino acu?ado como moda.

"Despu¨¦s de todo, ?qu¨¦ es la moda? Desde el punto de vista art¨ªstico una forma de fealdad tan intolerable que nos vemos obligados a cambiarla cada seis meses" (Oscar Wilde). La moda es pasajera, la anorexia no lo es.