Buda Superstar
Par¨ªs estrena una ¨®pera concebida por Damon Albarn y Chen Shi-Zheng
?Qu¨¦ hay en com¨²n entre el cantante del grupo pop Blur y un escritor chino del siglo XVI? La respuesta -deslumbrante- se ofrece ahora en Par¨ªs, en el teatro del Ch?telet, hasta el pr¨®ximo 13 de octubre. Despu¨¦s, el espect¨¢culo, titulado Monkey, Journey to the West, viajar¨¢ a Berl¨ªn para iniciar luego una gira por todo el mundo.
Esta ins¨®lita s¨ªntesis entre dos tradiciones se hace a partir de unos hechos reales: el viaje del monje Siuan Tsang (602-664) a la India donde permanece 15 a?os, aprende s¨¢nscrito y recopila los textos fundacionales del budismo. Novecientos a?os despu¨¦s el escritor Wu Chengen escribe una novela-r¨ªo de corte fant¨¢stico que cuenta todo eso a trav¨¦s de las andanzas de un mono irreverente que se cree m¨¢s sabio que Buda. Es la Peregrinaci¨®n hacia el Oeste, ahora convertida en ¨®pera.
Damon Albarn: "Quer¨ªa introducir la dimensi¨®n f¨ªsica al espect¨¢culo"
La producci¨®n se ha puesto en pie gracias al deseo de Jean-Luc Choplin, director general del Ch?telet. "Hab¨ªa visto el espect¨¢culo de Chen Shi-Zheng El pabell¨®n de las amapolas y quer¨ªa verle trabajar en una ¨®pera que recurriese a las t¨¦cnicas del circo chino y de las artes marciales. ?l me propuso adaptar Peregrinaci¨®n hacia el Oeste. Le suger¨ª hacerlo con un m¨²sico pop y acept¨® encantado. Damon Albarn me pareci¨® la persona adecuada y ¨¦l me pidi¨® incorporar al proyecto a Jamie Hewlett, que es el responsable de la identidad visual del grupo virtual Gorillaz con el que Albarn ha vendido m¨¢s de 20 millones de discos".
Las ideas y las personas, para materializar su potencial, necesitan recursos. "El Ch?telet es coproductor del espect¨¢culo con un 76%. El resto lo han aportado el festival de Manchester y la Staatsoper de Berl¨ªn", dice Choplin. Para Albarn era importante "no hacer un pastiche de la m¨²sica china". Ha incorporado instrumentos chinos y se ha impregnado del mundo maravilloso que ten¨ªa que evocar musicalmente. "S¨®lo sab¨ªa de la historia gracias a los dibujos animados que hab¨ªa visto de peque?o. Ahora he hecho dos largos viajes por China, en compa?¨ªa de Chen Shi-Zheng, he contactado con m¨²sicos y bailarines y no estuve realmente convencido hasta que un compositor local me dijo que me despreocupase de los problemas de fidelidad y actuase como un intermediario". Un intermediario entre Oriente y Occidente, entre los siglos, entre las culturas, entre las religiones.
La puesta en escena parte de una constataci¨®n: "En la ¨®pera occidental el cuerpo no tiene importancia. Lo que cuenta es la voz. Yo quer¨ªa reintroducir la dimensi¨®n f¨ªsica al espect¨¢culo", dice Shi-Zheng. Y gracias a bailarines y a artistas de circo, Monkey, Journey to the West logra ser un producto muy atractivo y capaz de atraer a la ¨®pera al p¨²blico joven.
?La m¨²sica es buena? Es m¨²sica de espect¨¢culo, que dif¨ªcilmente puede escucharse sola, en disco o como concierto. A ratos recuerda a Michael Nyman, en unos pocos instantes a Satie, casi nunca a Blur y, en su conjunto, sirve de soporte r¨ªtmico a la trama, cantantes y coreograf¨ªa. Y eso es lo importante: contar el viaje inici¨¢tico de los personajes, las pruebas que tienen que superar hasta llegar a la sabidur¨ªa, a convertirse en Buda ellos mismos. Misi¨®n cumplida. En ese sentido, Monkey, Journey to the West es al budismo lo que Jesucristo Superstar fue para el cristianismo, con la ventaja de incorporar un sentido del humor e irreverencia que nunca permitir¨ªa nuestra Conferencia Episcopal.
Babelia
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