Las minor¨ªas se desmoronan
IU y Partido Andalucista pierden cada vez m¨¢s fuerza en un mapa pol¨ªtico en el que se impone el bipartidismo
De un tiempo a esta parte los discursos de Izquierda Unida y Partido Andalucista (PA) convergen de manera reincidente en un punto: el lamento ante lo que llaman el bipartidismo "feroz" de PSOE y PP, y la escasa atenci¨®n que prestan a sus propuestas los medios de comunicaci¨®n, pendientes siempre, se quejan ellos, de los partidos poderosos. Al menos eso es lo que dijeron tras los descensos de las elecciones municipales y las dificultades que se abren ahora para las pr¨®ximas. Es cierto que el bipartidismo camina a paso ligero en todas las instituciones -los ayuntamientos, por su especial condici¨®n, son los que m¨¢s resisten-, pero el decaer de estas dos fuerzas son viejas historias en las que pesan sobre todo sus tragedias fratricidas. Se acercan las elecciones generales y auton¨®micas (apenas restan seis meses) y ambas formaciones est¨¢n inmersas en intensos procesos de desgaste interno que han provocado ellos mismos.
PSOE y PP ven con preocupaci¨®n el declive porque se eliminan las posibilidades de pactos
A seis meses de las elecciones, ambos partidos est¨¢n inmersos en fuertes crisis internas
PSOE y PP contemplan este espect¨¢culo sin regocijo alguno, puesto que, al margen del beneficio que le puede reportar en votos la autoinmolaci¨®n de las minor¨ªas, no esconden su preocupaci¨®n ante la rigidez de la aritm¨¦tica y las pocas posibilidades que se presentan para establecer pactos si no alcanzan la mayor¨ªa suficiente. Se ha podido ver muy recientemente en las elecciones municipales. El cataclismo de los andalucistas en Sevilla (cero concejales) seg¨® al candidato popular Juan Ignacio Zoido la ocasi¨®n de alzarse con la alcald¨ªa y, por el contrario, la resistencia de IU (tres concejales) permiti¨® a Alfredo S¨¢nchez Monteseir¨ªn continuar con el bast¨®n de mando. En Ja¨¦n, la crisis provincial de IU a punto estuvo de impedir que la socialista Carmen Pe?alver arrebatase el puesto a Miguel S¨¢nchez de Alc¨¢zar.
En los d¨ªas previos a las elecciones, los socialistas jiennenses estaban m¨¢s interesados en solucionar los conflictos internos de la federaci¨®n que los propios afectados, a tenor de las reuniones y m¨²ltiples conversaciones que cruzaron en esas fechas en el Parlamento andaluz dirigentes andaluces de una y otra formaci¨®n. De la inquietud por la p¨¦rdida de especio de las minor¨ªas da una idea la charla profesoral que le dedic¨® el presidente de la Junta, Manuel Chaves, en el ¨²ltimo debate del estado de la comunidad a la portavoz andalucista, Pilar Gonz¨¢lez, sobre la ca¨ªda de su partido. He aqu¨ª un extracto. "El PA es necesario, es positivo que est¨¦ presente en esta C¨¢mara para formar parte de la pluralidad (...) Cuando yo hablo de la marginalidad pol¨ªtica, no es una amenaza, es un riesgo pol¨ªtico que ustedes corren. Perm¨ªtame que est¨¦ preocupado y por eso lo haya manifestado (...) ?Que ustedes quieren volar por libre? Por supuesto. Yo los veo desorientados, yo los veo perdidos en el debate pol¨ªtico. Y a m¨ª me gustar¨ªa que ustedes estuvieran en el Parlamento".
La situaci¨®n del PA es especialmente alarmante. Despu¨¦s de gobernar durante ocho a?os en coalici¨®n con el PSOE en la Junta, atraviesa el valle m¨¢s profundo de su azarosa trayectoria, con los peores resultados en 20 a?os (6,14% en las municipales de mayo). Se han o¨ªdo pocas voces de sus descontentos cuadros porque el armaz¨®n puede acabar por venirse abajo, pero la crisis ha estallado igualmente, aunque de manera silenciosa. El mutismo se explica en parte porque tras el cambio de direcci¨®n de Antonio Ortega a Juli¨¢n ?lvarez en 2004 la mayor¨ªa de los discordantes est¨¢n fuera del partido. Desde el exterior han intentado levantar una alternativa de ¨ªndole nacionalista que no ha cuajado. Se trata de viejos enemigos que han llenado con sus disputas p¨²blicas p¨¢ginas enteras de elaboradas ofensas mutuas, y la empat¨ªa ha resultado imposible.
Los cr¨ªticos que se han quedado confiesan que el panorama es tan negro que resulta temerario, adem¨¢s de balad¨ª, articular ninguna oposici¨®n interna hasta que no pasen las elecciones auton¨®micas. No obstante, en provincias como Huelva se funciona con una gestora y, en otras, como M¨¢laga, apenas queda estructura de partido. La dimisi¨®n m¨¢s sonora fue la del primer secretario del comit¨¦ local de Sevilla. Con la extrapolaci¨®n de las elecciones locales, en los pr¨®ximos comicios auton¨®micos se mantendr¨ªan tres de los cinco esca?os que tienen ahora. Pero ¨¦sta es una lectura muy optimista, el propio equipo de ?lvarez admite en privado que pueden llegar a ser un partido extra parlamentario.
En Izquierda Unida, el equilibrio interno logrado gracias al trabajo de la reforma del Estatuto de Autonom¨ªa ha resultado ser un espejismo. La uni¨®n que procur¨® el esfuerzo com¨²n ha funcionado s¨®lo como un analg¨¦sico de efecto pasajero, y las viejas rencillas de sus cuadros dirigentes se han vuelto imponer justo donde se atasca siempre IU: en el reparto de cargos. La c¨²pula de la federaci¨®n quiere que el coordinador, Diego Valderas, encabece la lista de Sevilla, la circunscripci¨®n de la portavoz parlamentaria, Concha Caballero, que se quedar¨ªa fuera.
El argumento del PCA, que, al igual que en el ¨¢mbito federal, cada vez empuja m¨¢s en la reclamaci¨®n de una voz propia, es que Caballero ha superado el l¨ªmite m¨¢ximo que establecen los estatutos para un cargo p¨²blico (ocho a?os). Sin embargo, la asamblea de Sevilla, que se ha rebelado contra la operaci¨®n, alega que los estatutos federales dicen que ese plazo se empieza a contar a partir de 2006, sin car¨¢cter retroactivo, y que las normas andaluzas adem¨¢s introducen el principio de la flexibilidad y de la relevancia p¨²blica, condiciones que, sostienen los cr¨ªticos, se cumplen en el caso de la portavoz. La lectura que hace este sector es que el PCA elige Sevilla para derribar a Concha Caballero, ya que Valderas podr¨ªa presentarse por M¨¢laga, plaza que deja vacante Antonio Romero.
A este pulso se une la suspensi¨®n de militancia durante seis meses de 16 concejales de varios pueblos de Ja¨¦n y la expulsi¨®n de otro edil de M¨¢laga. La ¨²ltima encuesta que conocen ya apunta la p¨¦rdida del esca?o de Ja¨¦n, uno menos de la representaci¨®n actual (6).
Algunos dirigentes de PA y de IU reconocen que las pr¨®ximas elecciones son su ¨²ltima oportunidad. Uno de ellos sentencia: "El bipartidismo avanza, s¨ª, pero es la carcoma interna la que acabar¨¢ por desmoronarnos".
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