La infamia
"D?GANME C?MO es un ¨¢rbol, d¨ªganme c¨®mo es la justicia, no me digan c¨®mo es la dignidad". D¨ªganles c¨®mo es un ¨¢rbol, porque la c¨¢rcel, como un insaciable vampiro, va sorbiendo poco a poco los recuerdos del mundo exterior; d¨ªganles c¨®mo es la justicia, porque ah¨ª donde se encuentran, entre cuatro paredes inmundas o ante el pelot¨®n de fusilamiento, ¨¦sta es una caricatura innoble, un remedo grotesco, la mism¨ªsima m¨¢scara del oprobio. Pero no les digan qu¨¦ es la dignidad, porque la han conocido ¨ªntimamente, con ella se han acostado y con ella se han levantado, comieron en su mesa o le ofrecieron su hambre, y entre unas horas y otras, enfrentando carceleros y verdugos, cerrando los labios y los dientes bajo los extremos de la tortura, esos hombres reinventaron la dignidad humana en los lugares donde, seg¨²n el cat¨®n de los criminales, deber¨ªan acabar perdi¨¦ndola. Este libro de Marcos Ana nos cuenta c¨®mo ocurri¨®. Present¨¢ndose como memorias de una vida, es mucho m¨¢s que eso, no s¨®lo porque su autor rechace todas y cada una de las tentaciones de mirarse, complaciente, en el espejo, sino, sobre todo, porque lo rompe para que, en sus m¨²ltiples fragmentos, se refleje el rostro de sus compa?eros de infortunio. El yo, aqu¨ª, es siempre un nosotros.
Este libro es una lecci¨®n de humanidad, pero no porque su proyecto y su prop¨®sito hayan sido los de aleccionar a los lectores acerca del camino recto, como si de estas p¨¢ginas se tuviera que deducir un c¨®digo ¨¦tico o un manual de reglas de moralidad p¨²blica y privada. De un modo que es al mismo tiempo descarnado y po¨¦tico, Marcos Ana examina y describe, con sutil bistur¨ª y un estilo seguro de sus recursos, la vida en la c¨¢rcel, sus hero¨ªsmos y sus desfallecimientos, la solidaridad convertida en instinto, la valent¨ªa como un h¨¢bito, sin las que no ser¨ªa posible sobrevivir al infierno de los d¨ªas y de las noches, al miedo de las madrugadas que tra¨ªan la muerte, la larga espera de una libertad que para muchos no lleg¨® nunca. Dinos c¨®mo es un ¨¢rbol para que no dudemos de que algo en el mundo, fuera de estos muros, sigue luchando contra la infamia, contra la mentira, contra la crueldad demencial de los enemigos de la vida; dinos c¨®mo es y d¨®nde est¨¢ la justicia para que le arranquemos la venda de los ojos y as¨ª pueda ver, por fin, a quienquiera que, de verdad, ha estado sirviendo, pero no nos digan c¨®mo es la dignidad porque ya lo sabemos, porque, incluso cuando parec¨ªa que no era nada m¨¢s que una palabra, comprendimos que era la pura esencia de la libertad en su sentido m¨¢s profundo, ese que nos permite decir, contra la propia evidencia de los hechos, que est¨¢bamos presos, pero ¨¦ramos libres. Este libro lo demuestra, como un soplo de aire fresco que llega para derrotar al cinismo, a la indiferencia, a la cobard¨ªa. Tambi¨¦n demuestra que hay una posibilidad real de acceder a la esfera de lo verdaderamente humano. Marcos Ana ha estado ah¨ª. Estuvo y estar¨¢ mientras viva. Agradezc¨¢mosle la sencillez, la naturalidad con que es un hombre. Entero, aut¨¦ntico, completo.
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