Los nietos de Spiderman
La teor¨ªa dominante de las actuales generaciones familiares, como se sabe, sostiene que los padres se llevan mal con los hijos, o apenas hablan entre ellos sino es para discutir por todo, especialmente de pel¨ªculas y novelas, pero que entre los nietos y los abuelos, por arte de magia, se restablece el discurso familiar en toda su primitiva intensidad antropol¨®gica. Esa extra?a relaci¨®n ¨ªntima entre el abuelo y el nieto es un t¨®pico que funciona en todo el globo, en todas las culturas y en todos los parques de atracciones, pero que nunca nos explicaron satisfactoria, cient¨ªficamente. Muy al contrario de las tormentosas relaciones entre padres e hijos, de las que la literatura psi derivada del Freud que estaba dopado con coca¨ªna hizo su caballo de batalla bajo el nombre de c¨¦lebres, obscenas y sangrientas tragedias familiares griegas.
El caso es que, o bien Freud no tuvo nietos (mi erudici¨®n acad¨¦mica no llega a tanto), o al austriaco se le pas¨® por alto la relaci¨®n ¨ªntima y decisiva para la actual cohesi¨®n familiar, y luego del par¨¦ntesis de los complejos famosos se restablece la perdida armon¨ªa familiar gracias a la relaci¨®n ¨ªntima entre los abuelos y los hijos de sus hijos.
Que yo sepa, el nieto nunca fue una figura muy principal del psicoan¨¢lisis, acaso por la posibilidad del horror sumado de las relaciones ped¨®filas e incestuosas, pero lo que es cierto y cualquiera puede verificar es que, sin la figura principal del nieto, la familia monoparental est¨¢ coja, y eso que es la relaci¨®n m¨¢s pura en las viejas conjeturas freudianas. Aqu¨ª no hay ninguna teor¨ªa cient¨ªfica de siniestra met¨¢fora hel¨¦nica y cero especulaciones psicoanal¨ªticas. Todo lo que hay es una p¨¦sima literatura costumbrista de tradici¨®n espa?ola que se limita a constatar algo obvio para la qu¨ªmica del cerebro: que el abuelo chochea mientras que al nieto ya se le han puesto las pilas Duracel del consumo y s¨®lo aspira a tener barra libre.
Pero hay que ir m¨¢s all¨¢ para entender las muy extra?as relaciones entre los abuelos y los nietos, el ¨²nico fen¨®meno que restaura la cohesi¨®n familiar luego de la era larga del psicoan¨¢lisis, los divorcios y la cantada disoluci¨®n de las parejas de la generaci¨®n X. Hay que ir a la actual pasi¨®n compartida entre abuelos y nietos por unos mismos superh¨¦roes de c¨®mic, cine, tele, cromos, juguetes y videojuegos, asunto in¨¦dito en la cultura del entretenimiento
Este verano, y por exclusiva raz¨®n de mi nieto de cuatro a?os, he vuelto a ser un consumidor obsesivo y compulsivo de aquellas mismas mitolog¨ªas que ya consum¨ªa en mi infancia, hace tres generaciones. Y eso une mucho porque resulta que yo vi nacer, morir y resucitar varias veces a Spiderman, Superman, Batman, Los Cuatro Fant¨¢sticos (excepto el caso de Silver Surfer) o los X-Man de la potente factor¨ªa Marvel, y a la mayor parte de los superh¨¦roes y mutantes que arrasan en los ¨²ltimos box office de Hollywood y alrededores, sobre todo en esos videojuegos que ya facturan much¨ªsimo m¨¢s que los viejos estudios de Los ?ngeles, y que en su d¨ªa, cuando su irrupci¨®n en la cultura pop (aunque eso mismo fue el pop), ya me hab¨ªan cautivado del mismo modo que cautivan a mi nieto.
No s¨¦ cu¨¢ntas veces habr¨¢ ocurrido en la ¨²ltima historia de la lucha de clases generacional un fen¨®meno similar. Nietos y abuelos comprando y disfrutando de unos mismos h¨¦roes de c¨®mic, intercambiando informaci¨®n sobre los nuevos superpoderes y pasando la tarde en conversaci¨®n amigable, muy zen por mi parte, sin que Freud nos interrumpa con aquellos terribles complejos que tanto complicaron las relaciones familiares del siglo pasado.
Es m¨¢s, gracias a mi nieto no s¨®lo he logrado entender la industria actual del box office de Hollywood (un negocio de doble uso, que suma la nostalgia de los abuelos del baby-boom con los superpoderes de arrastre de los nietos de Spiderman y compa?¨ªa), sino que explica perfectamente el complejo fen¨®meno de la globalizaci¨®n. Ya s¨®lo aspiro a que mi nieto, un d¨ªa, no caiga en las garras de esa ingratitud tan dominante en la cultura actual, y cuente a sus nietos que sus queridos superh¨¦roes de capa y medias proced¨ªan todos de la infancia del bisabuelo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.