La coca¨ªna entra en Espa?a en 15 minutos
La polic¨ªa sospecha que los narcotraficantes han abierto una ruta a¨¦rea en la zona del Estrecho
?C¨®mo detener una avioneta que vuela bajo, no es detectada por los radares, va cargada de droga, y se ignora d¨®nde aterrizar¨¢? Esta pregunta se la han hecho recientemente varios mandos policiales espa?oles. Y carece de respuesta. Los narcotraficantes han abierto una nueva ruta para introducir droga en Espa?a. Lo hacen por aire utilizando avionetas capaces de aterrizar en cualquier camino rural, conducidas por pilotos suramericanos. El viaje desde Marruecos dura un cuarto de hora. A lo largo del ¨²ltimo a?o, la polic¨ªa ha descubierto cuatro casos, motivo suficiente para sospechar de este nuevo procedimiento.
Desde la costa de Marruecos hasta las inmediaciones del coto de Do?ana (C¨¢diz) el viaje en avioneta es breve. En un cuarto de hora, un piloto experimentado puede descender a tierra y soltar los bultos de droga. No necesita un aer¨®dromo. Le basta un camino de tierra. El m¨¦todo resulta r¨¢pido, relativamente barato (la avioneta puede ser alquilada) y c¨®modo a la vista de las dificultades que plantea esta ruta para la polic¨ªa espa?ola, que carece de medios para interceptar aeronaves.
"?C¨®mo vigilamos policialmente el aire?". ?se es el reto que se le plantea a la polic¨ªa
Mientras la polic¨ªa busca una soluci¨®n preventiva al problema, la caza y captura de una avioneta es un reto muy complicado, debido a las condiciones en las que se desarrollan estos vuelos clandestinos. La avioneta puede partir de cualquier aer¨®dromo, sea espa?ol o, como se ha dado el caso, portugu¨¦s. El piloto apaga las balizas del aparato, momento a partir del cual la aeronave es indetectable para los radares de Aviaci¨®n Civil. Queda un ¨²ltimo detalle: sortear los radares militares que apuntan a la zona del Estrecho. "No son muy eficientes", confirman varios pilotos con horas de vuelo en la zona, "Y, adem¨¢s, los militares van a lo suyo. No se preocupan de las avionetas", a?ade uno de ellos.
La avioneta aterriza en alg¨²n punto de Marruecos, generalmente zonas muy llanas, como los alrededores de Larache. All¨ª, carga la mercanc¨ªa, llena el dep¨®sito de gasolina, y emprende el viaje de regreso a territorio espa?ol. Entonces, comienza el verdadero problema. Aunque fuera detectado por los radares militares, poco se puede hacer si no se conoce el lugar del aterrizaje en Espa?a. La polic¨ªa carece de aviones para perseguir una avioneta y s¨®lo dispone de helic¨®pteros dise?ados para otro tipo de cometidos, hasta el punto de que, en las operaciones realizadas hasta el momento, ha necesitado el auxilio de los experimentados pilotos de Vigilancia Aduanera, cuyos helic¨®pteros suman miles de horas de vuelo en la persecuci¨®n de las lanchas que utilizan los narcos. Pero aun as¨ª, tanto la autonom¨ªa como la velocidad de una avioneta supera la capacidad de un helic¨®ptero. Se ha dado el caso de abortar una persecuci¨®n porque los helic¨®pteros se quedaron sin combustible.
"?Disparamos hacia la avioneta como hacen en M¨¦xico?, ?llamamos a un caza militar para que la intercepte?, ?c¨®mo se hace eso en cuesti¨®n de minutos?", se pregunta un mando policial. "Si aterriza, ?c¨®mo interceptamos la droga en tierra si desconocemos el punto de aterrizaje?, ?c¨®mo llegamos hasta ese punto por carretera antes de que desaparezcan? En definitiva, ?c¨®mo vigilamos policialmente el aire?" Ese es el nuevo reto que se le plantea a la polic¨ªa espa?ola.
Los cuatro ¨¦xitos policiales registrados en el ¨²ltimo a?o contra este tipo de tr¨¢fico de drogas no tranquilizan especialmente a la polic¨ªa. Tres de esas operaciones (Lucero, Clipper y C¨®ndor) se caracterizaron por un detalle muy importante: la polic¨ªa tuvo informaci¨®n previa de los planes de los narcotraficantes. Es decir, sab¨ªan cu¨¢ndo despegar¨ªan y d¨®nde pensaban aterrizar.
Hubo un cuarto caso el pasado mes de junio motivado por la casualidad: un hidroavi¨®n ameriz¨® en las costas canarias por problemas t¨¦cnicos. Proced¨ªa de Marruecos. Cuando un agente hizo una revisi¨®n rutinaria del aparato, encontr¨® un fardo con 25 kilos de coca¨ªna. Ese hallazgo motiv¨® la detenci¨®n del piloto franc¨¦s y una revisi¨®n m¨¢s a fondo, que permiti¨® encontrar m¨¢s droga en el interior de las alas. Pero ah¨ª no acabaron las sorpresas: en las inmediaciones del lugar del amerizaje afloraron nuevos fardos que el piloto debi¨® tirar al mar, hasta superar una cantidad de coca¨ªna que superaba los 400 kilos. De no haber mediado ese problema t¨¦cnico, el hidroavi¨®n habr¨ªa descargado su mercanc¨ªa en la costa gaditana.
Desde que los narcos colombianos comenzaron a instalar sus almacenes de coca¨ªna en varios pa¨ªses africanos para su posterior env¨ªo a Europa, la polic¨ªa espa?ola llevaba esperando la apertura de nuevas rutas de entrada a Espa?a desde el sur. La ruta a¨¦rea era una posibilidad que nunca se hab¨ªa descartado. "Lo que no sabemos es cu¨¢nto tiempo llevan intent¨¢ndolo", afirma un comisario. Detr¨¢s de las operaciones culminadas por la polic¨ªa estaban traficantes sevillanos, franceses y marroqu¨ªes. Sin embargo, salvo en el caso del hidroavi¨®n, la droga obtenida fue hach¨ªs por cantidades que no superaban los 400 kilos y ese es un detalle que no les cuadra del todo. "Nos tememos que lo que interceptamos fueron vuelos de prueba, porque estamos convencidos de que el objetivo final ser¨¢ el transporte de coca¨ªna". En este sentido, es toda una evidencia la presencia de pilotos suramericanos.
"Si no tenemos informaci¨®n previa, estamos indefensos. No hay medios para neutralizar esta ruta", reconoce un mando policial. "Habr¨¢ que plantearse c¨®mo vigilamos el aire".
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