Una bofetada enciende Otxarkoaga
Un peque?o incidente entre un comerciante y un menor de etnia gitana altera la convivencia en el barrio bilba¨ªno, dividido por la presencia de "familias conflictivas"
Todo empez¨® por una bofetada. El pasado 14 de septiembre, el propietario de una tienda del barrio bilba¨ªno de Otxarkoaga le dio un cachete a un menor de etnia gitana cuando se le encar¨® tras interpretar que hab¨ªa intentado llevarse una chucher¨ªa. La equivocaci¨®n le cost¨® cara. Ese d¨ªa tuvo que echar la persiana antes de hora. Al lugar acudieron familiares y amigos del menor a pedir cuentas al comerciante y, finalmente, s¨®lo la Polic¨ªa Municipal ayudada por la Ertzaintza pudo atajar la trifulca y rescatar al tendero de su establecimiento.
A partir de ese episodio, el miedo, los prejuicios y los ¨¢nimos de las 12.000 familias que viven en el barrio se han tensado seg¨²n pasaban los d¨ªas. Hasta que el jueves m¨¢s de un millar de vecinos decidieron romper el silencio de lo "pol¨ªticamente correcto" para denunciar con una manifestaci¨®n las "continuas amenazas" que dicen recibir por parte de "familias conflictivas". A la protesta se sumaron los partidos pol¨ªticos de la oposici¨®n, m¨¢s Ezker Batua, y a ella se opusieron de forma tajante las asociaciones gitanas y de familias del barrio. Otxarkoaga es hoy un barrio dividido.
Algunos vecinos consideran que todo ha sido un "montaje" que se ha escapado de todo control
"Se les ha ido de las manos". ?scar Vizarraga, presidente de la asociaci¨®n gitana Kaler Dor Kayico, al igual que los representantes de Iniciativa Gitana, lo tiene claro. "Nadie duda de que debe mejorar la seguridad ciudadana del barrio, pero la manifestaci¨®n ha criminalizado a un pueblo entero. No es justo y han manchando el nombre del barrio", dice. Durante la manifestaci¨®n del jueves, los asistentes buscaron atravesar las zonas m¨¢s conflictivas. Y all¨ª gritaron: "Traficantes, kanpora" y "Menos ayudas, m¨¢s obligaciones", y se vivieron los momentos de mayor tensi¨®n al cruzarse con personas de etnia gitana a los que se acus¨® de "vagos" o "traficantes". Estos hechos que han sido valorados como "vergonzosos" tanto por las asociaciones gitanas como por parte de las principales asociaciones de vecinos de Otxarkoaga, sorprendidos de c¨®mo una bofetada ha calentado tanto los ¨¢nimos.
Algunos han decidido no consentir m¨¢s. Una nueva plataforma vecinal, creada por personas gitanas, recoger¨¢ firmas durante este fin de semana para pedir responsabilidades a los partidos pol¨ªticos all¨ª presentes. "Fue una apolog¨ªa directa a la violencia. Nos metieron a todos en el mismo saco. Ni todos los delincuentes del barrio son gitanos, ni hay tanto delincuente en el barrio como para realizar tanto ruido", zanja Vizarraga, todav¨ªa escandalizado por los hechos.
Mientras tanto, en la plaza del mercado, donde contin¨²a su actividad el comerciante que encendi¨® la mecha con una simple bofetada, reina el silencio. "No participamos de esos montajes", manifiesta un vecino sin detener el paso. Y es que, para muchos, todo esto ha sido un "montaje" que se les ha ido de las manos a los organizadores de la manifestaci¨®n. "En este barrio siempre hemos convivido todos con todos", aducen.
"Si quieren denunciarnos por apolog¨ªa de la violencia, que lo hagan; pero que sepan que lo que incita de verdad a la violencia es no saber convivir", se defiende Antonio Basagoiti, portavoz del PP en el Ayuntamiento de Bilbao. Considera que lo sucedido es el estallido "de una bomba de relojer¨ªa que el Ayuntamiento ten¨ªa encima de su mesa y no ha hecho nada por evitarlo", y afirma que la soluci¨®n solo pasa por redistribuir a las familias conflictivas por el resto de barrios de Bilbao a trav¨¦s del alquiler social. El PSE considera necesario otras medidas m¨¢s estructurales, como la regeneraci¨®n urbana de la zona para evitar un mayor deterioro.
Sin embargo, los vecinos miran con recelo a los pol¨ªticos. "Se han aprovechado de lo sucedido. La asociaci¨®n de comerciantes ha sido presionada por ellos para que siguieran adelante con la manifestaci¨®n a la que nosotros no acudimos, ni tampoco los comerciantes del mercado. S¨®lo se acuerdan de este barrio para lo que quieren", sostiene Crist¨®bal Rivera, secretario de la Asociaci¨®n de Familias de Otxarkoaga, integrada por m¨¢s de mil hogares. Para ellos la soluci¨®n es clara: seguir trabajando por la integraci¨®n como hasta ahora. "Todos sab¨ªamos que la situaci¨®n no pod¨ªa seguir as¨ª. Desde 1983 han acumulado en esta zona a las familias conflictivas, algo que dificulta mucho la convivencia". Nadie sabe poner cifra a esas familias, como tampoco a los ¨ªndices de delincuencia, pero todos reconocen que "ah¨ª est¨¢n"
"Pero en este barrio no hay navajas, ni armas. Uno puede pasear de madrugada que nadie te asalta. Lo sucedido estos d¨ªas es excesivo", insiste Rivera. Por eso, para esta asociaci¨®n con m¨¢s de 30 a?os de historia, la soluci¨®n pasa por seguir solicitando mejoras urbanas. "Si la calle que rodea toda la zona contara con un mobiliario urbano mejor, estuviera saneada y con ofertas culturales de nivel, nada de esto suceder¨ªa". Son peticiones que volver¨¢n a poner sobre la mesa el pr¨®ximo 8 de octubre, cuando se re¨²nan en el Ayuntamiento con los concejales de Bienestar Social, Ricardo Barkala, y el de Seguridad Ciudadana, Eduardo Maiz, acompa?ados por la asociaci¨®n de comerciantes que convoc¨® la manifestaci¨®n y las asociaciones Iniciativa gitana y Kale Dor Kayico.
La reuni¨®n se pact¨® antes de la manifestaci¨®n, pero ¨¦sta no se desconvoc¨®. "Este suceso ha supuesto un paso atr¨¢s", lamentan las asociaciones gitanas. "Todos miran ahora al pueblo gitano: ya no nos llaman gitanos, sino conflictivos", insisten sus representantes. Sin embargo, la mayor¨ªa conf¨ªa en que el paso de los d¨ªas temple los ¨¢nimos y Otxarkoaga recupere el pulso habitual de un barrio de gente trabajadora, en el que todo el mundo tiene su sitio.
"?La c¨¢mara de gas?"
?scar Vizarraga, presidente de la asociaci¨®n gitana por la escolarizaci¨®n Kale Dor Kayiko, est¨¢ indignado. El pasado jueves vio c¨®mo m¨¢s de un millar de personas gritaban a un grupo de gitanos en el barrio bilba¨ªno de Otxarkoaga durante una manifestaci¨®n: "Kanpora. La causa, una bofetada. "Considero lamentable que en esa manifestaci¨®n estuvieran partidos pol¨ªticos y que el organizador llorara de emoci¨®n por lo bien que hab¨ªa salido todo. Al PP s¨®lo les faltaba pedir la c¨¢mara de gas para los gitanos".
Abel Charc¨¢n, portavoz de la asociaci¨®n de comerciantes que convoc¨® la manifestaci¨®n tambi¨¦n est¨¢ indignado, pero por el motivo contrario. "Esto no ha sucedido por una simple bofetada. El malestar procede de todos estos a?os", explica, a la vez que reconoce que los gritos que corearon en el acto responde al sentir de muchos vecinos. En este sentido, afirma que esa expresi¨®n de malestar responde a la situaci¨®n que viven los comerciantes del barrio. No obstante, admite que "ni todos pensamos igual, ni todos los gitanos son iguales". Charc¨¢n dice que decidi¨® salir a la calle para que por fin alguien les haga caso.
El alcalde de Bilbao, I?aki Azkuna, ha hecho acuse de recibo, pero tratando de calmar las aguas. "Lo que no va a hacer el alcalde son n¨²meros de circo. Vamos a ir suave, hablar con los actores y buscar las soluciones que haya que buscar", ha dicho con ¨¢nimo apaciguador.
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